El arte de saber vivir.- El siguiente es el relato del último percance que tuvo don Jairo, un conductor de 57 años que trabaja como transportador y acude a consulta porque siente que está muy “irascible y todo le genera irritabilidad”, cuando iba a guardar el auto al final de su jornada laboral: «Iba tranquilo hacia la empresa y aunque había mucho tráfico me sentía tranquilo, pues ya estaba terminando mi jornada sin contratiempo alguno. Un motociclista se me atravesó en un cruce vial y lo insulté a rabiar. Él se devolvió y le hice el reclamo airado, pero sacó un arma de fuego y me apuntó directamente. “¡¿Te vas a hacer matar?!” –fue lo que me dijo. Inmediatamente, puse el carro en marcha y sin decir palabra ingresé al parqueadero.
Como vivo a pocas cuadras de allí, llegué caminando a la casa, con ira, con miedo, con impotencia. Mi hija salió a recibirme y la saludé de manera seca, y cuando enseguida me dijo que necesitaba dinero para comprar material para una manualidad, le respondí con un grito diciéndole que yo no era un cajero electrónico, que me dejara en paz… Ella solo atinó a encerrarse en su habitación y la escuché llorando. Me di cuenta en ese momento que estaba actuando de manera inadecuada y que en algo debía cambiar…».
Conducir, un motivo más de estrés
Conducir un vehículo, sea un automóvil, moto o bicicleta, suele ser motivo de estrés en nuestras ciudades, debido al incremento del flujo vehicular, el clima y el ritmo de vida acelerado que solemos llevar en la actualidad. Muchas son las manifestaciones de estrés ocurridas en carretera, donde frecuentemente se presentan accidentes, riñas e incidentes que afectan la estabilidad emocional de las personas y pueden acarrear consecuencias, tanto para los conductores como para los peatones.
El caos que se presenta en las carreteras de las grandes ciudades refleja un incremento decidido en el número de vehículos rodando por las calles y el retraso en infraestructura vial en nuestras ciudades. Esto, unido a otras variables como el afán por llegar rápido a nuestros destinos, el estado de las vías, la intolerancia al conducir, el clima, entre otras, hace que “el placer de conducir” se convierta en una actividad estresante, que afecta nuestra salud mental.
A mayor estrés disminuyen habilidades para conducir
La relación entre el desempeño al conducir y el estrés es inversamente proporcional. A mayor estrés, disminuyen las habilidades de conducción, mientras que cuando la persona logra controlar sus reacciones de estrés, su desempeño al manejar aumenta. Además, esta relación constituye un círculo vicioso, pues a mayor estrés, más equivocaciones se comenten al conducir y las equivocaciones cometidas incrementan los niveles de estrés. Es por esto que las tasas de accidentalidad tienen alta relación con los niveles de estrés de los conductores.
Accidentalidad en Colombia
Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, en Colombia se presentaron cerca de 5.000 muertes en casi 45.000 accidentes vehiculares reportados durante el año 2018, siendo los más afectados los usuarios de motocicletas y los peatones. Esto ha puesto en alerta a las autoridades, pues al parecer las campañas para disminuir la accidentalidad vial no tienen aún el efecto esperado en la población.
El denso tráfico que se presenta en muchas ciudades, el estado de las carreteras, la falta de señalizaciones, el mal estado de los vehículos, la contaminación ambiental, la prisa y la falta de zonas de parqueo, son algunas de las variables que a diario encontramos y que pueden estar relacionadas con el incremento del estrés asociado a variables del tráfico vehicular.
Las reacciones de estrés están relacionadas con la accidentalidad, pues se altera nuestra percepción y nuestros sentidos, influyendo negativamente en la atención y concentración que se requiere para conducir.
Cómo “manejar” el estrés al conducir
Aunque pareciera que es inevitable sentir estrés al conducir, por las razones antes mencionadas, es evidente que se pueden manejar algunas de las variables, tanto internas como externas, asociadas a las manifestaciones de estrés al conducir. Haciendo una recopilación de lo que plantean tanto el Ministerio de Transporte en Colombia, como algunas secretarías de tránsito e instituciones de formación de conductores, se proponen las siguientes recomendaciones para manejar el estrés asociado al hecho de conducir:
- Manejar de manera cómoda: Tener un asiento de conductor que ofrezca bienestar y confort, con clara visibilidad hacia el frente y manejo de los espejos retrovisores, para tener un mayor control del entorno al conducir.
- Prepararse física y mentalmente para conducir: El estado de salud, tanto física como mental, es muy importante al momento de tomar el volante. El conductor debe revisar si está en condiciones de manejar y si no, abstenerse de hacerlo.
- Tener confianza en sí mismo al conducir: Una de las variables que más genera ansiedad es el temor por conducir (que en casos extremos se denomina amaxofobia), pues la inseguridad conlleva al conductor a tener anticipaciones de fracaso, accidentes o errores que pueden provocar situaciones de riesgo.
- Evitar distractores mientras se conduce: Está bien que un poco de música puede ayudar a la comodidad y tranquilidad mientras se maneja, pero distraerse con otros estímulos, como el celular o los videos, puede ponernos en riesgo e incrementar nuestras respuestas de estrés.
- Salir con tiempo hacia el lugar de destino: Como el tráfico vehicular es fluctuante, por circunstancias concretas que pueden ocurrir en la vía, se sugiere no salir con el tiempo preciso hacia destinos con una hora fija de llegada. Es preferible llegar antes que ofuscarse por quedarse en un trancón y no llegar a tiempo.
- Revisar el auto de manera periódica: Las fallas mecánicas son causa frecuente de accidentes y, por ende, de estrés. Constantemente se debe revisar la condición del vehículo a nivel mecánico, eléctrico y electrónico; estado de las llantas, niveles de fluidos y demás aspectos que nos garanticen un viaje tranquilo.
- Mantener la calma si sucede algún incidente: En caso de accidente o incidente vial es necesario mantener la calma para poder desarrollar estrategias de afrontamiento pertinentes. Si en el hecho se involucran otras personas u otros conductores, no se debe llegar a niveles de agresión con ellos, sino buscar formas pacíficas de solucionar el problema y, de ser necesario, acudir a las autoridades competentes y a la intervención de las empresas aseguradoras.
- Evitar la fatiga: Cuando se tienen largas jornadas de conducción, bien sea en la ciudad o en carretera, es necesario tomarse algunos momentos para el descanso.
- Salir del auto, caminar, refrescarse, son estrategias que debemos realizar cada cierto tiempo (al menos cada dos horas) para evitar que la fatiga y los microsueños afecten nuestro desempeño.
- Conducir a velocidad moderada: Es evidente que a mayor velocidad es menor la maniobrabilidad y control que tenemos sobre el auto. Exceder los límites de velocidad aumenta el estrés, pues conlleva a toma de decisiones urgentes y a un estado de alerta por los imprevistos que se pudiesen presentar.
- No conducir bajo los efectos del alcohol o drogas alucinógenas: Los efectos de estas sustancias parecen ser relajantes, pero al disminuir la capacidad de desempeño en el conductor hacen que este pueda cometer más errores al volante, lo que incrementa el riesgo de accidentalidad. No es sólo por evitar las multas, sino por salvar vidas en la vía.
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