Mejor con Salud.- Para llevar a cabo la técnica de intubación se necesita administrar una serie de fármacos que se verán a lo largo del artículo.
El compromiso de la vía aérea y la ventilación es una de las causas de muerte y/o morbilidad severa en adulto y personas ancianas. Por ello, las técnicas de reanimación cardiopulmonar, como la intubación, es uno de los puntos más importantes del manejo de este tipo de emergencias.
La intubación es un procedimiento muy frecuente dentro de los servicios de emergencias y cuidados intensivos, independientemente de la patología que origine la necesidad del manejo avanzado de la vía aérea.
Este procedimiento tiene dificultades originadas por la anatomía propia de las estructuras laríngeas, el tiempo limitado para resolver un problema y la pobre visualización de las estructuras. Por ello, se emplean ciertos fármacos que pueden ayudar al profesional a llevar la intubación con más facilidad.
¿En qué consiste una intubación?
La intubación consiste en la introducción rápida de un tubo en la tráquea para proveer un conducto abierto de aire. Al introducir el tubo, el paciente puede manejar el funcionamiento de la vía aérea con más facilidad.
La intubación es el método preferido a la hora de controlar la vía aérea de un paciente debido a las ventajas que presenta. Por un lado, aísla la vía aérea, permitiendo mantenerla permeable. También previene la insuflación gástrica, es decir, que el estómago se llene de aire.
Por otro lado, facilita la aspiración traqueal profunda además de asegurar la administración de una concentración alta de oxígeno. Este procedimiento también elimina la necesidad de mantener un sellado adecuado mascarilla-cara y supone una vía adicional para la administración de medicamentos.
¿Cuándo se ha de utilizar la intubación?
Existen indicaciones precisas para llevar a cabo este procedimiento, siendo la más frecuente el paro cardiorespiratorio. Sin embargo, son más las situaciones que precisan una intubación.
Los pacientes que necesiten aislar o proteger su vía aérea, los que sufren un trauma craneoencefálico con escala de Glasgow menor a 8 puntos o los que padecen una insuficiencia respiratoria mayor a 30 o menos de 10 respiraciones por minuto, son pacientes en los que se realizará una intubación.
Además, también se puede llevar a cabo en los que han sufrido un fallo respiratorio inminente o los que tienen un edema en la vía aérea, bien sea por quemaduras o anafilaxia.
Fármacos utilizados en la intubación
Durante la intubación, el organismo produce una respuesta potente de descarga adrenérgica que cursa con taquicardia, hipertensión y aumento de la presión intracraneal y ocular.
Por ello, se ha descrito una etapa denominada preoxigenación, en la que se administran los siguientes fármacos con el fin de reducir esta respuesta fisiológica:
- Lidocaína: indicado en pacientes con hipertensión intracraneal o aumento de la reactividad bronquial. La dosis de lidocaína recomendada es 1,5 mg/Kg peso, idealmente 3 minutos antes de la intubación.
- Fentalino: es un opioide que disminuye la respuesta simpática, es decir, la taquicardia e hipotensión arterial. Es importante ser cuidadoso con el empleo de este fármaco ya que produce depresión respiratoria.
- Atropina: se recomienda para prevenir la bradicardia en pacientes pediátricos.
- Dosis desfasiculante de un bloqueador neuromuscular: actualmente no se recomienda, ya que se desconoce el beneficio real que ocasiona disminuir la fasciculaciones. Sin embargo, sí que se conocen los efectos adversos de este tipo de medicamentos.
Otros fármacos empleados
En cuanto a la fase de inducción y parálisis, se administran secuencialmente fármacos sedantes que conducen a la inconsciencia y luego un relajante neuromuscular, normalmente succinilcolina. Entre los agentes inductores y bloqueadores neuromusculares más utilizados en clínica se encuentran:
- Etomidato: es el inductor de efecto hipnótico más empleado. No afecta a la hemodinamia.
- Ketamina: es el único fármaco comparable en estabilidad hemodinámica al etomidato.Es un anestésico disociativo. Produce liberación de catecolaminas, lo que se traduce en un aumento de la frecuencia cardíaca, presión arterial y gasto cardíaco. Es ideal en paciente hipotensos.
- Propofol: es un fármaco ampliamente utilizado en la inducción anestésica por ser un sedante-hipnótico de acción ultracorta. Su principal ventaja es que presenta un inicio rápido de acción y tienen poca duración, además de presentar acciones antieméticas.
- Barbitúricos: el tiopental es, al igual que el propofol, muy usado en anestesia. Se recomienda en pacientes con sospecha de hipertensión endocraneal que están hemodinámicamente estables.
- Benzodiazepinas: el midazolam es el fármaco de esta categoría más empleado por su efecto relativamente rápido y su corta duración en comparación con otros medicamentos de su familia. Además, posee un efecto amnésico mayor.
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