Con el librito y la pistola a ejercer la autoridad
“Aquí es la Ley de Herodes, o te chingas o te jodes”
Con motivo del primer informe de gobierno de nuestro honorable presidente de la República Mexicana, Enrique Peña Nieto, por alguna extraña razón la primera película que vino a mi mente fue “La ley de Herodes”, cinta dirigida por Luis Estrada y que vio la luz en el año de 1999. ¿Quién no ha visto esta película? Quien no, haga el favor de ir a conseguirla a su videoclub o puesto pirata más cercano.
Ahora sí, en esta ocasión no les voy a decir nada nuevo, más bien los invito a hacer remembranza de esta sátira, a reírse de impotencia junto conmigo. Tal vez sea cierto que los mexicanos nos reímos de todo, y nuestra desgracia no es la excepción. Esta cinta nos narra un hecho tan real, como era en el principio, ahora y siempre y al parecer por los siglos de los siglos.
La película es redonda, buenas actuaciones de Armendáriz Jr., Damián Alcázar, Isela Vega, Manuel Ojeda, Juan Carlos Colombo…; una gran dirección, acompañada por una música apegada al contexto que a la vez resulta folklórica y jocosa; una imagen en tono sepia que nos ubica a mitad del siglo XX.
La cinta gira en torno a la historia de Juan Vargas, quien al tener como característica principal “ser buena persona” o ser “medio pendejo”, es designado a cubrir el puesto de Presidente Municipal de San Pedro de los Saguaros, un rincón marginado, de esos que ya no existen.
Vargas, ante la oportunidad que recibe, comienza a idealizar su próspera carrera en la política, concibiéndose como próximo diputado estatal y federal, como mero chapulín de hueso en hueso, de esos personajes que tampoco existen.
Triste sorpresa se lleva, al darse cuenta del timo en el que cayó preso. Pronto, ante la incapacidad de gobernar de buena forma, inmiscuido como último eslabón de una gran cadena de corrupción, se ve incitado a manejar las cosas a su conveniencia, valiéndose del “librito y la pistola”, es decir, del manejo de la leyes y la represión, cayendo en un grado de autoritarismo, que lo lleva a disfrutar de “las delicias del poder”.
La película retrata y hace muchas alegorías, como las siguientes: El padre, el poder de la iglesia, el cuarto poder o el quinto ahora. La influencia de la religión sobre los creyentes, el cual sigue manteniendo un alto nivel ¿o por qué las giras del papa a diversos países latinoamericanos donde ha sido necesario un pacifista?
El gringo, el país del norte, el imperialismo. Quién al final termina quedándose con la lana y hasta con la mujer. La nación que se hizo de territorio mexicano hace siglos, que se hizo de poderío económico ante saqueos a nivel internacional, el que nos pintó la cara con el TLC y que año con año se cobra la deuda externa.
El burdel y la cantina, el comercio, las empresas, chuecas o legales, que contribuyen al heraldo público y a mantener llenos los bolsillos de los altos funcionarios inmiscuidos en corrupción.
La colocación del poste de luz, las obras públicas, obras absurdas que podrían compararse con la estela de luz y una que otra atracción turística. Por mencionar algunas.
De risa y de miedo el retrato de la creación de impuestos y el cambio que Vargas realiza a los periodos presidenciales. ¿Acaso un augurio del aumento del IVA a productos básicos? ¿O a la ampliación de periodos presidenciales municipales?
Podría solo reprochar la falta de alusión a la mercadotecnia política, al uso de la propaganda, tan marcada en las últimas tres elecciones presidenciales.
La Ley de Herodes, lamentablemente es de esas películas (como México, México, Ra ra ra, 1976) que pudimos ver hace 37 años, o hace 14 años, o las miramos el día de hoy, o mañana o pasado, y nos seguimos y seguiremos identificando, en mayor o menor medida.
Por cierto, digna de mención, la secuencia de Vargas vs las chicas del burdel, donde a través de un paneo circular, podemos apreciar un “foursome” hilarante.
Por último y en otro tema, quiero agradecerles, a los pocos o muchos amigos lectores; a los que han venido siguiendo esta humilde columna cada semana, desde el 29 de Julio. Además los invito a dejar su opinión, toda crítica es aceptada. Contribuyamos a ser una sociedad de la comunicación, a hacer de esta publicación un medio interactivo y no un simple informativo.
Omar Villaseñor Zayas
@omarVzayas
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