Notimex.- Este martes se cumple medio siglo de la muerte de la pintora surrealista Remedios Varo, sin embargo, su obra está más vigente que nunca, como lo evidencia “La dimensión del pensamiento”, muestra que estará abierta al público hasta el próximo domingo en el Museo de Arte Moderno, de la ciudad de México.
La exhibición se suma a las 39 obras de su autoría pertenecientes al acervo del museo y a la exposición “Remedios Varo y sus contemporáneas”, cobijada en el mismo recinto y que busca afinidades artísticas con mujeres que también se desenvolvieron en México.
Nacida el 16 de diciembre de 1908, en la provincia de Gerona, España, Varo dio primera forma a sus habilidades en la Academia de San Fernando, de Madrid.
De acuerdo con sus biógrafos, en Europa contrajo matrimonio con el pintor Fernando Lizárraga, con quien se estableció en Barcelona, España.
Para la segunda mitad de los años 30 del siglo pasado, conoció al escritor francés Benjamin Péret, con quien mantendría un larga relación y además vendría a México como consecuencia de dos movimientos bélicos; uno de ellos la Guerra Civil Española (1936-1939).
Como es sabido, a causa de la Segunda Guerra Mundial vinieron a México muchos europeos, entre artistas e intelectuales, y como refiere el MAM, “dentro de este grupo, se encontraban Remedios Varo, Alice Rahon y Leonora Carrington”.
El estilo de su obra, principalmente pintura, es considerado surrealista y es común leer del contacto que tuvo con personalidades que representan tal movimiento artístico, como André Breton, quien alentó la Exposición Internacional del Surrealismo de 1940 en la ciudad luz.
“Recuerdo de la walkiria” (1938) fue la obra con la que la artista participó en dicha muestra. Varo, también figuró en la exposición “First Papers of Surrealism” (1942), en Nueva York, EUA.
Como refiere Raquel Tibol, en la entrega que dejó leer la semana pasada, Remedios partió hacia tierra azteca en 1941 para poner pie el siguiente año en compañía de Péret.
La crítica de arte también refiere que dentro de las actividades que desempeñó la artista a su llegada, se encuentran: el diseño de publicidad, la decoración de paredes y muebles para restaurantes y residencias, y la restauración de cerámica prehispánica.
Durante su estancia en México conoció a diversos artistas como Diego Rivera, Frida Kahlo y María Izquierdo, también forjó relaciones con otras personalidades que se encontraban en el exilio, principalmente con la pintora y escritora Leonora Carrington.
Remedios Varo, influenciada por Walter Gruen, su última pareja sentimental, se dedica de lleno a la plástica. Viajó para Venezuela donde permaneció alrededor de dos años y regresó a México para pasar la etapa final de su vida.
Entre sus obras más reconocidas figuran “La revelación o el relojero” (1955), “Exploración de la fuentes del río Onírico” (1959), “Vampiros vegetarianos” (1962) y “Creación de las aves” (1957), entre muchas otras.
De acuerdo con Magnolia Rivera, autora de Trampantojos. El círculo en la obra de Remedios Varo, la artista destacó como una mujer que supo documentarse a lo largo de una vida y que logró dominar muchos temas.
Se acercó al tema de la medicina no como una afición, sino con muchos estudios profesionales; tratados de botánica, de ahí que en Remedios Varo se encuentren los ecos de una sabiduría, no suposiciones sino conocimientos documentados, considera Rivera.
Varo Uranga, quien hizo de México su segunda patria, murió aquí el 8 de octubre de 1963.
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