Día de muertos y noche luminosa en Oaxaca

Foto: Omar Sánchez Chávez

Por: Omar Sánchez Chávez.

Putla Villa de Guerrero, Oaxaca.-  Recientemente se celebró el Día de Muertos, y en cada región de nuestro país se cuenta con ritos y celebraciones únicas que enriquecen el multicultural país de México.

En el estado de Oaxaca es de mucha importancia la tradición del Día de Muertos, ya que tiene pueblos indígenas que preservan las costumbres prehispánicas a la hora de colocar el altar a los fieles difuntos.

Foto: Omar Sánchez Chávez

Entre las regiones de la Mixteca, la Sierra Sur y la Costa se encuentra el distrito de Putla del mixteco “Ñuu Kaa” (Tierra de humo o lugar de neblina), que posee pueblos de la etnia mixteca, tacuate, amuzga, mixe, triqui y mestizos, que adornan sus alteres con panes en forma humanoide, cruzando sus manos a semejanza de cómo son enterrados sus muertos. Además elaboran figuras de pan en forma de palomas, canastas y santos.

En este rincón oaxaqueño, poco a poco se han ido incluyendo en los altares de muertos la famosa “hojaldra”, debido a su popularidad en todo el país, pero que en la región putleca y en el distrito de Jamiltepec no es tradicional.

Foto: Omar Sánchez Chávez

El pan de muerto oaxaqueño es único en todo México, por su singular forma y sabor, ya que se le colocan caras de colores y con resplandor, a semejanza de ángeles o animas, debido a las creencias de estos pueblos, que piensan que los difuntos se encuentran al lado de Dios; y que los días 31 de octubre y primero de noviembre, a las doce del día, bajan del cielo a comer la ofrenda que han colocado.

En estos pueblos,  el día 31 de octubre se festeja a los fieles difuntos niños y en los alteres se colocan panes pequeños que simbolizan la infancia. El día 1 de noviembre se celebra a los difuntos adultos, donde se colocan panes grandes, comida y cervezas. En estos dos días la iglesia toca las campanas a las doce del día como señal de que las ánimas están bajando y por ello muchas familias tiran cohetones y colocan incienso en los altares para recibir a sus fallecidos.

Foto: Omar Sánchez Chávez

El primero de noviembre, por la tarde, las personas asisten a los panteones de esta región mixteca y costeña, para acompañar las tumbas hasta el amanecer del 2 de noviembre, fecha en que finaliza esta celebración. Los panteones lucen resplandecientes, iluminados por cientos de velas y veladoras, adornados con flores, donde muchas personas conviven, ríen y recuerdan a sus seres queridos.