Nuevos enfrentamientos en Yemen dejan dos muertos y 18 heridos

SANA- Soldados yemeníes mataron el domingo a dos combatientes tribales e hirieron a 18 manifestantes opositores al Gobierno, en los últimos enfrentamientos al final de una semana de disturbios que ha generado temores sobre el surgimiento de una guerra civil.

En una escalada de violencia en la afueras de la capital, dos miembros de una tribu opositora resultaron muertos en la región montañosa de Naham, dijo un jeque del clan, después de que el Ejército bombardeara el área donde se concentraban los grupos armados.

En Saná, los soldados utilizaron municiones reales contra manifestantes mientras salían de su campamento de protesta hacia las calles de la capital.

“Ví a los soldados desde arriba, en los edificios y en el puente”, dijo Mohammed al-Mas, de 21 años, uno de los manifestantes, cuya espalda estaba empapada en sangre por una herida con arma de fuego. Dijo que un poste de electricidad se desplomó y dividió en dos la marcha.

“Entonces empezaron los disparos y corrí, pero derrepente sentí el disparo en la espalda y no sé lo que pasó después”, relató.

Dieciocho personas resultaron heridas y los médicos dijeron que dos estaban en estado crítico. Los funcionarios de salud negaron un reporte de la televisión de que un manifestante había sido asesinado.

Cerca de 17 personas murieron el sábado cuando fuerzas del Gobierno atacaron el principal campo de protesta de la oposición de Saná, dijeron testigos y médicos, lo que elevó a unos 100 la cifra de muertos en cinco días de enfrentamientos.

Analistas temen que una caída en la anarquía en el Estado de la Península Arábiga cree oportunidades para un brazo de Al Qaeda establecido en el país, lo que pondría en peligro las rutas de envío de petróleo a través del Mar Rojo.

El presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh, regresó inesperadamente al país el viernes después de una estadía de tres meses en la vecina Arabia Saudita, donde viajó para recuperarse de un intento de asesinato en junio.

Su vuelta a Saná se produjo a pesar de los pedidos occidentales y de los Estados del Golfo para que ponga fin a sus 33 años en el poder tras la revuelta de ocho meses.

Saleh, de 69 años, aún no ha anunciado sus intenciones desde que regresó a Yemen, pero dijo el sábado que iba a “llevar la paloma de la paz y la rama de olivo”.