Piñatas, arte mexicana en peligro de extinción

Foto: Antonio Zamora

Por: Antonio Zamora

Todo está listo, el papel periódico y el de colores, la olla de barro y el engrudo; es lo que María necesita para empezar su trabajo, fabricar las piñatas. A más de un año del penoso accidente en el Mercado ‘5 de mayo’, donde se incendiaron 84 locales, el lugar, que ha sido reparado a medias, ya luce adornado con cientos de piñatas a unos días de Navidad.

‘Doña Mary’, como la conocen en el mercado, lleva ya casi dos meses elaborando decenas de piñatas para surtir a sus clientes, en la que considera es: “la mejor época del año”. Sin embargo, con nostalgia, reconoce que la tradición por romper una piñata en las posadas y Navidad se ha ido perdiendo.

“Ya no es como antes. Cuando comencé a vender piñatas, aquí en el mercado, no me daba abasto, venía gente de la Ciudad de México, de algunos municipios cercanos a surtirse, pero ahora no. Son pocos los que aún hacen posadas, solo en las juntas auxiliares o barrios, pero en la ciudad casi no”.

El peligro de extinción, en el que está la tradición, originaria de hace casi 5 siglos, provoca que el arte de hacer piñatas ya no pueda usarse como una manera de sustento, como lo era en antaño, cuando las familias completas participaban en su elaboración.

“Yo aprendí a hacerlas por necesidad. Hace como 30 años una vecina me enseñó y las comencé a elaborar en mi casa y las traía a este mercado, para ofrecérselas a los locatarios. Antes mi familia subsistía de esto, pero ahora, además de vender piñatas, tenemos una verdulería, porque no alcanza”.

Ante la invasión de productos chinos, aunado al desinterés de muchos por mantener vivas las posadas y piñatas, personas como ‘Doña Mary’ se resisten a dejar morir estas tradiciones, que si bien tienen un origen religioso, ilusionan a cualquiera.