Por: Omar Sánchez Chávez
Oaxaca de Juárez. En la Verde Antequera se celebra cada año, a finales de diciembre, una bella tradición que rinde homenaje al campo y al arte, familias y grupos oaxaqueños muestran al mundo sus creaciones y representaciones a través de rábanos, hojas de totomosle y de flor siembre viva.
El zócalo de la ciudad, es el lugar de reunión para este evento. Cientos y miles de turistas nacionales y extranjeros acuden a observar las figuras de
rábanos, que representan el folclor oaxaqueño, donde se pueden apreciar nacimientos navideños, personajes labrando la tierra, Benito Juárez, tehuanas, animales, la guelaguetza, la virgen de la Soledad, patrona de Oaxaca, y la Juquila, día de muertos, semana santa, una tradicional banda de viento oaxaqueña, además de figuras a base de hoja de palmera.
Mientras los visitantes hacen largas filas para poder observar este espectáculo que cautiva al ojo humano, a la vez, se pueden apreciar juegos
pirotécnicos que son lanzados al aire y la quema del tradicional castillo, que es infaltable en las fiestas oaxaqueñas.
La Noche de Rábanos es una tradición, que muy aparte del premio que reciben los ganadores por su originalidad y creatividad, vive gracias al esfuerzo de familias productoras del tubérculo. Con esto Oaxaca se pinta sola para demostrar que es un estado único, vivo y rico en cultura, donde las manos de sus habitantes son diestras en la elaboración de la vestimenta típica, de la gastronomía, el arte, y la agricultura.
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