José Tomás de Cuéllar es recordado como destacado costumbristas

Notimex.- A 120 años de la muerte del escritor, periodista, político y diplomático mexicano José Tomás de Cuéllar, que se cumplen mañana, es recordado como uno de los precursores en la creación literaria nacional.

Famoso por su obra “Linterna mágica” (1889-1892), este autor que fue conocido como Facundo es considerado uno de los más destacados costumbristas mexicanos.

José Tomás de Cuéllar nació el 18 de septiembre de 1830 en la capital del país, reseña su perfil biográfico publicado en el sitio electrónico “humanistas.org.mx”.

Cursó estudios en Humanidades y Filosofía en el Colegio de San Gregorio y luego en el San Ildefonso, además, estudió pintura en la Academia de San Carlos.

También ingresó al Colegio Militar de Chapultepec, el cual defendió como cadete de la heroica guardia durante la invasión norteamericana.

A los 18 años, comenzó a cultivar las letras como periodista, prosista, poeta y dramaturgo, señala el portal de la Enciclopedia de la Literatura en México.

Colaboró con publicaciones como “La Ilustración Mexicana”, “El Siglo XIX”, “El Laberinto”, “Las Cosquillas”, “El Eco del Comercio”, “El Correo de México”, “El Eco de Ambos Mundos,” “El Federalista”, “La Libertad”, “El Semanario de las Familias”, “El Domingo” y “El Artista”.

Además, junto José María Flores Verdad, fundó el semanario “La Ilustración Potosina” en 1869, en el estado de San Luis Potosí.

En esos años el escritor publicó la ficción folletinesca “El comerciante en perlas”, en un total de 60 entregas que se imprimieron en 1871.

Por otra parte, su vocación escénica comenzó en un pequeño teatro creado en su casa, donde montó obras como “El arte de amar”, “El viejecito Chacón”, “¡Que lástima de muchachos!” y “Natural y figura”.

Sin embargo, de las nueve obras dramáticas que creó, entre comedias, dramas y una pastorela, sólo se publicó la pieza teatral “Deberes y sacrificios” (1855).

Como diplomático y alto funcionario ocupó diversos puestos adscritos al servicio exterior, tales como el de responsable de una comisión oficial en Europa.

En 1872 fue nombrado oficial de la Legación de México en Washington, Estados Unidos, y más tarde fue ascendido a secretario, cargo en el que permaneció hasta 1882.

Asimismo, fungió como jefe del Departamento Comercial, de la Sección de América, oficial mayor interino y como subsecretario de en la Secretaría de Relaciones Exteriores.

José Tomás de Cuéllar fue nombrado socio correspondiente de la Real Academia Española y entre 1889 y 1892 se reunió parte de su obra en una serie que abarca 24 volúmenes, la cual se componen de 17 libros con novelas, cinco con artículos y dos que contienen sus piezas poéticas.

Bajo el título de “Linterna mágica”, esta serie se editó en Barcelona y Santander, España, impresión que agrega un prólogo de Guillermo Prieto (1818-1897).

Entre sus novelas figuran “Ensalada de pollos” (1871), “Historia de Chucho el Ninfo”, “Isolina la ex-figurante”, “Las jamonas”, “Secretos íntimos del tocador y del confidente” “ Las gentes que son así”, “Gabriel el cerrajero o las hijas de mi papá”, “Baile y cochino”, “Los mariditos” y “Los fuereños y La Noche Buena”.

Estas piezas literarias revelan datos indispensables para el conocimiento de un México real y vivo, indica Rubén Salazar Mallén en la introducción de “Estampas del Siglo XIX”, publicado en el portal “cervantesvirtual.com”.

Agrega que Facundo se dedicó a observar y a describir desde adentro un estado social que, a pesar de sus mil defectos, tal vez sea el más interesante de México: la clase media, de donde proceden o a la que han ido todos los que entre nosotros hicieron historia.

Las obras del escritor permite asomarse, desde la amenidad, a una de las épocas más intensas en la historia de México, aquella en que el novelista vivió y que abarca una buena parte del siglo XIX, resalta Salazar Mallén.

La vida del destacado exponente de la literatura nacional de José Tomás de Cuéllar terminó el 11 de febrero de 1894, a los 63 años de edad.