Por: Omar Sánchez Chávez
Nacional. Hace aproximadamente cien años, el gobierno de aquel entonces que encabezaba el General Porfirio Díaz, sugirió una reconstrucción de las pirámides que se encuentran en el valle de Teotihuacán, pero los arqueólogos de aquel entonces utilizaron cemento y esto a lo largo de estos años ha evitado la adsorción del agua de lluvia en algunos lados de estructuras, provocando que se pongan en riesgo este Patrimonio de la Humanidad.
Según los primeros datos de los especialistas de Física de la UNAM, la densidad de la estructura de la pirámide del Sol es 20% menor en un lado que en el otro. Es decir, la parte sur de la pirámide está seca mientras que la del norte se mantiene húmeda.
Este problema se debe a que, señalan los especialistas, nuestros ancestros no conocían el cemento, y las piedras las pegaban con baba de nopal, cuya consistencia es muy porosa, a la pirámide le llovía y se secaba, lo que daba cierta humedad a estas estructuras.
Los expertos, sugieren que una de las soluciones para evitar un posible derrumbe, sería colocar un material más poroso en la cubierta para que el agua penetre mejor y humedezca la parte seca. Para lo que los especialistas, afirman existe tecnología para resolverlo.
Estas investigaciones, señalan los especialistas, es una alerta para los arqueólogos, ya que esto sugeriría que otras pirámides de México, las cuales están conformadas por montañas de tierra, podrían correr el mismo riesgo.
Con información de El Universal
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