Por: Antonio Zamora
La esperanza son los jóvenes. Tras el desastroso año que ha vivido el Futbol Profesional en Puebla tomando en cuenta las lastimosas actuaciones de La Franja y Lobos BUAP en sus respectivas divisiones, las categorías juveniles se asoman como una válvula de escape para darle al menos una satisfacción a esta afición tan futbolera.
A la eliminación del equipo lobezno de la Liguilla del Ascenso MX, donde clasifican 7 de 15, aunada a la vergonzosa lucha por el descenso que a duras penas zafó el cuadro camotero frente al Atlante, se le contrapone la clasificación de los equipos juveniles a la Liguilla en sus respectivas categorías.
Por parte de la Institución Universitaria, sus escuadras que tienen participación en Segunda y Tercera División, se clasificaron el pasado sábado a la “Fiesta Grande”. En estos grupos de jugadores, destacan jóvenes como Edwin León, que fueron tomados en cuenta para el Primer Equipo, pero solo para participar en Copa MX.
Del lado de los enfranjados, también el sábado, el plantel que participa en la Categoría Sub 20 derrotó a su similar de Pachuca, con voltereta en el marcador incluida, por 3 goles a 2. Los menores que dirige el mítico Carlos Poblete se colocaron como líderes generales y ya tienen su boleto a la Liguilla.
Irónicamente, la Franjita es el equipo con menos goles en contra del torneo. Canteranos como el arquero Iván Rodríguez, Alfredo Juraidini y Pedro Gómez destacan en un equipo que tiene como principales figuras a Eduardo Pérez, Alfonso Tamay y Daniel Guzmán, hijo del apodado “Travieso”. La mayoría sólo han visto minutos con el equipo de Primera División también en la Copa.
Los contrastantes resultados muestran que tanto Puebla como Lobos BUAP tienen jugadores con talento, jóvenes que necesitarán de una orientación para saber encaminarse dentro del ámbito Profesional y así devolverle protagonismo a una ciudad que ansía ver buen futbol.
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