Agencias.- A través de su Programa Especial de Cambio Climático 2014-2018 , el gobierno federal reconoció que “la reciente reforma energética conllevará un aumento en las actividades destinadas a la producción de hidrocarburos y probablemente incrementarán las emisiones de gases de efecto invernadero“, causantes del calentamiento global, emisiones que, a nivel nacional, se elevarán al menos en 28%, durante la actual década.
Publicado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales el pasado 28 de abril, tras ser aprobado por el presidente Enrique Peña Nieto, el Programa Especial de Cambio Climático advierte que “se calcula que en el año 2020, las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero alcanzarían mil millones de toneladas, es decir, 28% más que las de 2010″.
El aumento en la emisión de gases de efecto invernadero en México a raíz de la reforma energética, señala el documento, no sólo se verá influenciada por la mayor actividad de la industria petrolera, sino también por la expansión de la infraestructura de generación y abasto eléctrico, derivada de la misma reforma.
El Programa Especial destaca que, por sus características geográficas, entre las que destacan encontrarse entre dos océanos, su relieve y su latitud, México es “uno de los países más vulnerables al cambio climático”, cuyos principales efectos serán un aumento de 2 grados centígrados en la temperatura del norte del país, para el año 2039, mientras que en el resto de la república el aumento será de 1 a 1.5 grados centígrados.
Además, se calcula que para el año 2100, la temperatura se habrá elevado 4 grados centígrados en los estados que hacen frontera con Estados Unidos, y entre 2.5 y 3.5 grados centígrados en el resto de México.
“Las regiones más susceptibles a las ondas de calor –señala el documento– son la llanura costera del Pacífico, principalmente aquellos municipios que forman parte de la cuenca del Balsas, el noreste de Coahuila y norte de Nuevo León, así como gran parte de la península de Baja California y el centro de la península de Yucatán.”
Basado en modelos climáticos que simulan las condiciones que podrían presentarse en el futuro inmediato por el calentamiento global, las autoridades mexicanas calcularon que, dentro de tres décadas, es posible que el tiempo que transcurre entre un periodo de temperaturas extremas y otro, que actualmente es de 2 años, se vea disminuido a 1 año y medio. De esta forma, “la mayor parte del país se volverá más seca y las sequías (agrícolas) serán más frecuentes, con el consecuente aumento de la demanda de agua, particularmente en el norte del país y en zonas urbanas”.
De forma paralela, el calentamiento global provocará, para el año 2039, una disminución general de entre 10% y 20% en el volumen de lluvias, aunque “en el estado de Baja California se presentará la mayor disminución de precipitación anual, alcanzando hasta 40%.” Al mismo tiempo, se calcula que, cuando llueva, las precipitaciones serán más fuertes, de tal forma que en México los periodos de lluvias intensas se reducirán de 15 a 12 años, “incrementando el riesgo de inundaciones para alrededor de 2 millones de personas que, actualmente, se encuentran en situación de moderada a alta vulnerabilidad”.
Las entidades del país que presentan mayor vulnerabilidad a lluvias son Tabasco, Veracruz, Oaxaca y Sonora; mientras que los estados que presentan mayores afectaciones por inundaciones son Veracruz, Oaxaca y el Estado de México.
Por otra parte, el Programa Especial prevé que, para el año 2050, el cambio climático habrá provocado que al menos 15 especies de mamíferos terrestres vean reducida su área de distribución en 50%, mientras que otras 13 especies se desdoblarán hacia nuevos hábitats, duplicando su área de distribución, ya que “el aumento en la temperatura ha contribuido a la introducción y establecimiento de especies exóticas invasoras que desplazarán a las especies nativas que sean más vulnerables ante las nuevas condiciones climáticas”.
Cambio climático, síntomas presentes
Tomando en cuenta las mediciones ambientales realizadas desde los años 50 del siglo pasado, el Programa Especial de Cambio Climático reconoce que el calentamiento global no sólo es un hecho “inequívoco”, sino también que su “principal causa está relacionada con las actividades humanas”.
Así, resume el documento, “desde la década de los años 60, México se ha vuelto más cálido. Las temperaturas promedio a nivel nacional han aumentado 0.85 grados centígrados (…) y las temperaturas invernales (han aumentado) en 1.3 grados centígrados. También se han reducido la cantidad de días más frescos y han aumentado las noches cálidas. Por su parte, la precipitación ha disminuido en el sureste desde hace medio siglo. Las temperaturas han aumentado de manera diferenciada por región, siendo el norte del país la zona con mayor incremento, de 0.25 a 0.50 grados centígrados pro década, entre 1960 y 2010.”
Debido a este incremento en la temperatura, en la actualidad 319 municipios del país (equivalentes a 13% del total) se encuentran ya considerados en “muy alta” y “alta” vulnerabilidad “ante los efectos adversos del cambio climático”, que son inundaciones, deslaves, sequías agrícolas, disminución de rendimiento por precipitación y temperatura, ondas de calor y transmisión de enfermedades.
El Programa Especial de Cambio Climático destaca también que México ocupa, en la actualidad, el segundo lugar mundial con mayor número de especies de reptiles, el tercer lugar con más especies de mamíferos, el cuarto lugar con más especies de anfibios y el quinto lugar con más especies vegetales, todas las cuales se han visto afectadas por el calentamiento global.
De hecho, México ya ha perdido 127 especies vegetales (74 de las cuales eran endémicas), 50% de su cobertura vegetal original y se calcula que 45% del suelo nacional presenta algún tipo de degradación.
Además, del año 2000 al año 2010, México elevó sus emisiones de gases de efecto invernadero en 19%, por lo cual, se calcula que en la actualidad el país genera 1.4% del total mundial de gases que provocan calentamiento global.
Escenarios a futuro
A continuación, te presentamos una tabla con algunos de los problemas que México enfrentará, si la temperatura aumenta entre 2.5 y 4.5 grados centígrados y si las lluvias disminuyen entre 5% y 10%, tal como se tiene previsto que ocurra durante el presente siglo:
– Para el año 2030, el territorio mexicano será menos adecuado para la mayoría de los cultivos que se producen en la actualidad. “Los aumentos en la temperatura, así como los cambios en las temperaturas extremas y en la precipitación, podrían provocar severas disminuciones en la productividad” del sector agrícola, destaca el Programa Especial.
– El aumento del nivel del mar constituye un peligro para los sectores residencial y de infraestructura asentados en zonas costeras. Por otro lado, los sectores hídrico y agrícola podrían verse afectados por efecto de la intrusión salina. Tan sólo en el periodo 2000-2012, las entidades federativas con mayores pérdidas económicas por ciclones tropicales fueron Nuevo León, Veracruz, Nayarit y Quintana Roo, seguidas por Sonora, Tamaulipas, Oaxaca, Yucatán e Hidalgo.
– En el caso de los océanos, un aumento en la temperatura puede ocasionar un colapso demográfico en las poblaciones marinas, ocasionando baja productividad para las pesquerías.
– Es posible la reducción del área cubierta de bosques de coníferas, especies de zonas áridas, semiáridas y especies forestales de zonas templadas.
– Para el caso de mamíferos terrestres y voladores se proyecta al 2050 una reducción de cerca de la mitad de las especies estudiadas, perdiendo más de 80% de su rango de distribución históricas.
– En el año 2020, “el sector transporte, por su alto consumo energético, será el mayor emisor de gases de efecto invernadero; seguido del sector “petróleo y gas”; el sector industrial, el sector “residuos” (rellenos sanitarios, sitios controlados, tratamiento de aguas residuales y quema a cielo abierto), y por último el sector agropecuario.
– Para el año 2020, 76% de la energía eléctrica provendrá de combustibles fósiles (80% gas natural, 12% carbón, 7% combustóleo y 1% diesel) y 21% de energías renovables.
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