Notimex.- Investigadores del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) comercializarán un fertilizante diseñado con una variante de fósforo que reducirá los daños por uso de herbicidas y los altos costos en la producción agrícola.
Esto se logró al contar con una tecnología inusual para modificar el metabolismo de las plantas, que permitió a los investigadores consolidar una empresa para distribuir el producto.
A partir del proyecto de tesis de la doctora Damar López Arredondo, quien propuso un sistema de fertilización y control de melazas basado en plantas transgénicas -galardonado con el Premio Agrobio 2013-, la compañía StelaGenomics fue fundada en 2011 para generar cultivos más competitivos y de mayor calidad.
El doctor Luis Rafael Herrera Estrella, director del laboratorio dependiente del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), resaltó que esta iniciativa es el resultado de siete años de trabajo.
Y demuestra, subrayó, que “México puede desarrollar tecnologías competitivas para el mercado internacional de semillas genéticamente modificadas”.
Explicó que si bien los fertilizantes -particularmente el de fósforo- han sido empleados para enriquecer los suelos con nutrientes específicos y garantizar la producción de alimentos, el uso excesivo de éstos se ha convertido en el principal problema ambiental debido a los daños ocasionados en el suelo agrícola.
Al ser aplicados sobre el suelo, comentó, éstas sustancias químicas tienden a reaccionar con otros compuestos -calcio, magnesio, hierro y aluminio- y los cultivos sólo aprovechan 30 por ciento en forma de alimento.
El resto es consumido por los microorganismos o cuando llueve son arrastrados hasta los ríos, los lagos y el mar, donde causan severos problemas ecológicos, precisó.
Con este panorama, los investigadores buscaron una alternativa química distinta al fósforo e iniciaron una exploración en Cuatrociénegas, Coahuila, donde hallaron la clave en un elemento llamado fosfito capaz de descomponerse en el suelo en forma disponible de fertilizante (fósforo).
Es decir, allí, identificaron el gen responsable de permitir a una bacteria metabolizar los fosfitos, componentes altamente estables en los suelos, y proveer de una fuente de fósforo de alta eficiencia para las plantas.
Herrera Estrella, quien forma parte del Seminario Permanente las Ciencias y las Tecnologías en México en el Siglo XXI, acentuó que la importancia del hallazgo radica en que el fosfito no reacciona con otros elementos y puede ser aprovechado sólo por el cultivo sin desperdiciarlo en el suelo o ser consumido por las bacterias.
Otra ventaja, resaltó, es que permite tener un control efectivo de malezas o hierbas malas que son demasiado agresivas e impiden el crecimiento de los cultivos, además de ser incapaces de transformar el fosfito.
Para comprobar este desarrollo, el equipo de científicos evaluó el uso de fosfato y fosfito en un grupo de modelos genéticamente modificadas y otro de control (no modificado) con tabaco y arabidopsis, porque son plantas más fáciles de manejar en laboratorio.
Los resultados arrojaron que con el primer compuesto no hubo diferencias y únicamente las muestras transgénicas crecieron al emplear el segundo elemento, pues las plantas de control fueron incapaces de usarlo para alimentarse.
El titular del Langebio aseguró que la tecnología, también probada sobre cultivos de maíz y soya en condiciones de invernadero, permitirá a los productores ahorrarse hasta 50 por ciento del costo en herbicidas y, por consiguiente, aminorar daños ecológicos y efectos negativos en la salud humana.
Además, consideró que el fertilizante a base de fosfito apunta a 500 millones de hectáreas cultivadas con baja disponibilidad de fósforo en el mundo y, de manera inicial, se tiene el propósito de atender a por lo menos 50 o 60 millones de esa superficie.
Por las bondades aportadas a la agricultura, el experto dijo que “es el primer fertilizante desarrollado a nivel mundial con grandes beneficios al medio ambiente y promovido por una empresa mexicana”.
Recordó que este trabajo inició con cinco doctores y, para 2015, StelaGenomics prevé tener al menos 20 especialistas con el mismo nivel de preparación para los próximos cuatro años.
Por ello, exhortó a los expertos del Sistema Nacional de Investigadores a impulsar este tipo de iniciativas para generar el mayor número de empleos posibles y así cubrir la demanda creciente de estudiantes de posgrado.
Finalmente, el doctor Herrera Estrella señaló que con esta tecnología ya se trabaja en un proyecto para producir biocombustibles menos nocivos para el medio ambiente a partir de microalgas.
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