Una década sin el “Padrino” Brando

Written by Redacción. Posted in Espectáculos, Minuto a Minuto, Noticias Destacadas

Published on junio 27, 2014 with No Comments

el-padrino- Marlon BrandoEFE.- Polémico y brillante a partes iguales, Marlon Brando dejó a su muerte, hace diez años, una herencia de fantásticas interpretaciones y una vida plena de amores, hijos y escándalos. Pero por encima de todo, será para siempre Vito Corleone, el ‘padrino’.

Es una de las escenas más estereotipadas de los Premios Oscar: se escucha el nombre del galardonado y este sube al escenario, sonriente, para recibir la estatuilla y comentar en muchos casos: “¡pesa más de lo que imaginaba!”. Puede que esta sea una de las pocas situaciones convencionales que vivió Marlon Brando en el mundo del cine, cuando recogió el Oscar al Mejor actor en 1955 de manos de Bette Davis por “On the waterfront” (“La ley del silencio”). Porque la vida del actor fue de todo, menos convencional.

Ya ha pasado una década desde que Brando falleciera en Los Ángeles (California), el 1 de julio de 2004 a los 80 años, debido a un problema respiratorio. El que para muchos era “el mejor actor del mundo” dejaba atrás no solo una memorable galería de personajes, entre los que destaca el del padrino más famoso de todos los tiempos, Vito Corleone. También quedaba la imagen de una estrella que se salía de los cánones marcados por Hollywood.

Nacido en Omaha (Nebraska, Estados Unidos) interpretó grandes títulos que han pasado a la historia del cine como “Un tranvía llamado deseo” (1951), de Elia Kazan, “The wild one” (“Salvaje”, 1953), de Benedek, “El último tango a París” (1972), de Bernardo Bertolucci, y “Apocalypse now” (1979), de Francis Ford Coppola, pero de todos sobresalen su papel de “The Godfather” (“El Padrino), del mismo Coppola (1972).

Según desveló poco después de su muerte la revista estadounidense Vanity Fair, la primera reacción del actor al saber que le proponían el papel de Vito Corleone fue decir “no”, en un empeño de “no glorificar a la mafia”. Finalmente, bajo una capa de maquillaje que le daba un aspecto más envejecido, un cuidado lenguaje gestual y una voz modulada a la perfección, Don Vito conseguía atrapar todas las miradas, y con el conquistó su segundo Óscar.

La vida privada de Brando estuvo muy lejos de ser tranquila. Se casó tres veces, con Anna Kashfi, Movita Castaneda y Tarita Teriipia. Matrimonios que acabaron con anulación o divorcio y con los que tuvo cinco de sus hijos. De su relación con su ama de llaves, Maria Christina Ruiz, nacieron tres hijos más, a los que se suman los adoptados y algunos ilegítimos.

Su descendencia hizo que pasara uno de los tragos más duros de su vida, cuando uno de sus hijos, Christian, fue acusado de matar a la pareja de su hermanastra Cheyenne, quien más tarde acabó suicidándose.

Estas experiencias personales quedaron fuera en su autobiografía, “Songs my mother taught me”, que publicó en 1994 junto al periodista Robert Lindsey. En ella habló de su dura infancia y la relación que tuvo con sus padres, que marcaron su forma de ser al convertirse en adulto.

Tras su fallecimiento, Coppola dijo que Brando habría odiado “que todo el mundo comentara su muerte”.

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