Notimex.- Virtuosismo, elegancia, talento y mucha química se apreció anoche en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, donde los músicos de The Royal Philharmonic Orchestra ofrecieron un magno concierto, como parte de los 80 años del recinto.
La agrupación, que ha disfrutado de más de 65 años de éxito, llegó a esta capital para llenar el máximo recinto cultural del país y deleitar al público con un espectacular recital dedicado a quien fuera considerado el último gran representante del clasicismo vienés: Ludwig van Beethoven (1770-1827).
Lo cerca de 80 músicos cautivaron a la concurrencia, de la mano de Pinchas Zukerman, violinista de origen israelí, quien regresó a México ahora como director huésped de la citada agrupación.
En el primero de los dos conciertos programados, personalidades como María Cristiana García Zepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el compositor Mario Lavista; Javier Garciadiego director del Colegio de México, y otros funcionarios del INBA, entre otros invitados especiales, arribaron al lugar para ser testigos de la calidad musical de esta prestigiada agrupación.
El repertorio estuvo integrado por la obertura de “Las criaturas de Prometeo”, “Concierto para violín y orquesta” y “Sinfonía número 7”, tres obras con las que el público se volcó en aplausos una y otra vez a esta orquesta, que ha sido dirigida por distinguidos directores como Rudulf Kempe, André Previn, Vladimir Ashkenazy, entre otros.
Además del talento de sus músicos, Zukerman, quien ha trabajado con grandes batutas, íconos del siglo XX, como Leonard Bernstein y Carlo Maria Giulini, quien cautivó a los presentes, pues no se conformó con dirigir a los británicos, sino que sorprendió al foro al derrochar talento y pasión al momento de tocar su violín.
Y de manera magistral e hipnótica ejecutó la pieza “Concierto para violín y orquesta en re mayor. Op. 61”, con la que se llevó los aplausos y los ¡bravos! de la noche.
Fue muy buena la convocatoria que hicieron los británicos, que incluso, cerca de 250 personas también fueron testigos de su talento con el violín desde la explanada del Palacio de Bellas Artes, lugar donde se colocaron sillas, una carpa grande y una megapantalla para seguir el recital, a pesar de la lluvia y del ligero descenso de temperatura.
En el escenario, la agrupación fundada en 1946 por Sir Thomas Beecham, continuó con su excelsa presentación ejecutando la obertura de “Las criaturas de Prometeo”, una obra escrita para un ballet con argumento del bailarín Salvatore Viganò y estrenado en el Burgtheater de Viena, el 28 de marzo de 1801.
Sin duda una de las obras más aplaudidas y gustadas fue “Concierto para violín y orquesta”, donde Zukerman brilló al ejecutar esta pieza conformada por tres movimientos musicales y considerada por la crítica especializada, como el más grande, el mejor de todos los conciertos para violín.
La gala cerró con otra pieza de lujo “Sinfonía Número 7”, obra de cuatro movimientos musicales, de corte romántico, con la que los británicos se robaron la noche.
La agrupación ofrecerá esta noche el segundo y último concierto, con la presencia de la violonchelista Amanda Forsyth, esposa de Zukerman, quien deleitará con “Doble concierto de Brahms” y la “Sinfonía No. 3 Heroica de Beethoven”.
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