ADN Político. En su cuarto día de discusiones sobre la legislación secundaria en materia de energía, el Pleno del Senado aprobó este domingo las nuevas leyes de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en las que se fijan las reglas para que ambas funcionen como empresas productivas del Estado.
El cambio es una obligación establecida en la reforma constitucional promulgada en diciembre pasado e implica que Pemex y la CFE trabajen de forma similar a la de las compañías privadas. Según los defensores de la propuesta, esta medida permitirá que operen con mayor eficiencia.
Las leyes quedaron aprobadas en lo general por 89 votos a favor y 27 en contra; en lo particular, fueron avaladas por una votación de 88-26.
El documento —enviado a la Cámara de Diputados para su revisión— establece que Pemex y la CFE tendrán “autonomía técnica, operativa y de gestión”, lo que les dará mayor libertad para actuar y generar negocios rentables, a decir de los promotores de la iniciativa.
Además, tendrán tanto un director general, responsable de la operación diaria, como un Consejo de Administración compuesto por 10 integrantes, que se encargará de la planeación estratégica. Esto incluye definir las prioridades de la institución y diseñar el plan de negocios con un horizonte de cinco años.
Dentro del Consejo de Pemex estarán el titular de la Secretaría de Energía (Sener), quien fungirá como presidente, además del secretario de Hacienda y otros tres consejeros del gobierno federal. Los cinco restantes serán consejeros independientes, es decir, expertos propuestos por el Ejecutivo y ratificados por el Senado por mayoría calificada (dos terceras partes de los legisladores presentes en la sesión).
En el Consejo de la CFE también estarán los titulares de la Sener y de Hacienda, tres consejeros del gobierno federal, cuatro consejeros independientes y un consejero en representación de los trabajadores.
Además, ambas instituciones tendrán que entregar en julio de cada año un informe sobre su situación financiera. Con base en él, Hacienda propondrá el dividendo o pago que deberán dar al Estado, el cual deberá ser aprobado por el Congreso dentro de la Ley de Ingresos.
Otro punto consiste en que cada una tenga un comisario —propuesto por el gobierno federal y ratificado por la Cámara de Diputados—, responsable de evaluar su desempeño.
¿Eficiencia o debilitamiento?
El dictamen generó controversia entre los principales partidos.
Por un lado, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) aseguraron que con estas medidas se hará de Pemex y de la CFE instituciones eficientes. Por otro, los partidos de izquierda de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT) argumentaron que se les debilitará al grado de “desmantelarlas”.
“La modernidad nos alcanzó, el no atenderla nos condena a la mediocridad. Estamos en el siglo XXI, el mundo ya cambió y nosotros debemos hacerlo”, dijo en tribuna el priista Daniel Amador Gaxiola al defender el dictamen.
“En este dictamen se anula el plan de negocios quinquenal que había propuesto el Ejecutivo y se cancela la Estrategia Nacional de Energía, no hay una visión de largo plazo, no hay Pemex ni CFE para después”, señaló momentos antes la perredista Dolores Padierna, vicecoordinadora de su bancada.
Para la izquierda, además, estos cambios no garantizan que Pemex y la CFE puedan competir con los particulares, a los cuales abrió el camino la reforma constitucional en la materia.
Avance en la discusión
El dictamen con las leyes de Pemex y de la CFE —que también incluye reformas a las leyes de Entidades Paraestatales; Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios, y de Obras Públicas— es el tercero que queda avalado en el Senado, de un total de cuatro.
Durante sesiones previas que comenzaron el jueves, se aprobaron los que contenían la nueva Ley de Hidrocarburos y la nueva Ley de la Industria Eléctrica.
Estos tres documentos avalados ya fueron enviados a la Cámara de Diputados para su revisión, mientras que este órgano legislativo, a su vez, analiza otras seis iniciativas energéticas relacionadas con los ingresos del Estado.
El único dictamen que aún debe discutir el Senado como cámara de origen es el que incluye la ley de órganos reguladores del sector energético, que se abordará en la sesión de este lunes.
Las normas en cuestión reglamentarán la reforma constitucional de 2013, una de las principales propuestas del presidente Enrique Peña Nieto, a la que se opone la izquierda argumentando que equivale a entregar los recursos del país a particulares.
Antes de la sesión de este domingo, la bancada del PRD en el Senado develó un nuevo megaletrero contra la reforma presidencial.
El mensaje fue montado en los ventanales de las oficinas de los senadores perredistas —con vista al patio central de la Cámara Alta—. El texto dice “Thanks, dear senators” y está acompañado de los emblemas del PRI y del PAN, en alusión a la supuesta gratitud de empresas extranjeras, en especial de Estados Unidos, por la “venta” de los hidrocarburos nacionales.
“Thanks, dear senators, PRI, PAN; gracias, les dice el Tío Sam, muy agradecido. Origen de la propuesta: empresas extranjeras. Idioma en el que se construyó: inglés, francés, algunos otros idiomas de inversionistas extranjeros”, dijo a medios el coordinador de la bancada perredista, Miguel Barbosa.
El viernes, también en la sede de la Cámara Alta, el PRD dio a conocer un primer megaletrero en el que acusó al PRI de ser un dinosaurio que busca robarse a Pemex y a la CFE.
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