Notimex.- Su atracción por la naturaleza, así como la variabilidad disciplinaria en la que plasmó sus creaciones, hicieron de Gerardo Murillo también conocido como “Dr. Atl”, uno de los artistas más influyentes de la historia de México.
Su estilo vanguardista y la experiencia obtenida durante sus estudios en Europa lo convirtieron en el principal ideólogo del muralismo en México, que a la postre explotarían Diego Rivera (1886-1957), David Alfaro Siqueiros (1896-1974) y José Clemente Orozco (1883-1949), entre otros.
Gerardo Murillo Cornado nació el 3 de octubre de 1875 en la ciudad de Guadalajara, Jalisco; recibió enseñanzas en pintura de Felipe Castro (1711-1775) y cursó estudios en la capital del país, en la Escuela de Bellas Artes, según información publicada en “colegionacional.org.mx”.
Fue becado por el presidente Porfirio Díaz (1830-1915) para que pudiera continuar con su formación académica en escuelas europeas, donde estudió pintura, y se interesó por la filosofía y el derecho, disciplinas que cursó en la Universidad de Roma, en Italia.
Mientras viajaba al viejo continente, una tormenta casi hunde la embarcación en la que se trasladó por lo que se decidió nombrar “Atl” que significa “agua” en náhuatl, y al terminar su doctorado en filosofía, el escritor Leopoldo Lugones (1874-1938) le colocó el seudónimo de “Dr. Atl”.
Durante su estancia en Europa incursionó en la política y el periodismo, participando en el Partido Socialista Italiano y en el periódico “Avanti”; tras su permanencia en Italia se trasladó caminando a París, Francia, para escuchar las cátedras de Henri Bergson (1859-1941) sobre arte.
Tiempo después regresó a México para abundar su estudio sobre la vulcanología, misma que había iniciado en Italia, y empezó a laborar en la Academia de San Carlos de la capital, donde calificaba colecciones y como maestro instruyó a Diego Rivera , David Siqueiros y José Clemente Orozco.
Su interés por la naturaleza lo indujo a estudiar geografía, a realizar caminatas y escalar volcanes como el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, cuyos paisajes guardaba en su mente para después plasmarlos en acuarela o con óleo sobre tela.
Esta pasión dio como resultado uno de los libros más importantes del arte mexicano, el “Cómo nace y crece un volcán, el Paricutín” pues pudo observar el nacimiento del citado cráter, hacer apuntes y pinturas que a la postre expondría en el Palacio de Bellas Artes y que conjuntó en 1950 para realizar el texto.
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) señala que Murillo logró crear una técnica de pintura bastante peculiar nombrada “Atl-color” la cual consiste en la aplicación de tintes secos que imprimía sobre papel.
Otro de los elementos importantes que expuso en sus trabajos, fue el “aeropaisaje” que son componentes geográficos plasmados desde las alturas, así como el paisaje “curvilíneo” que muestra la circunferencia de la tierra.
Obtuvo la Medalla Belisario Domínguez en 1956 y el Premio Nacional de Artes en 1958 gracias a su trabajo con las monografías realizadas sobre las iglesias más populares de México y las artes populares.
El también escritor, destacó por sus novelas “Un hombre más allá del universo”, “El padre eterno”, “Satanás y Juanito García” y “Gentes profanas en el convento”, así como por pinturas como “Dama con volcanes”, “Paisaje con volcán” y “El Paricutín”.
Siempre controversial y de carácter explosivo, mismo que expuso en sus obras con la lava y el fuego, Dr Alt murió el 15 de agosto de 1964 de un paro cardiorrespiratorio; sus restos actualmente se encuentran en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón de Dolores en México.
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