Por Isela Serrano. Difunet. Hace cinco años, Andrés Manuel López Obrador descalificó al servilismo, “a los poderes fácticos” y mandó “al diablo” a las instituciones; hace media década fue acusado de dividir, de sembrar el odio en el país y fue considerado el enemigo número uno de México.
Hoy, el ex jefe de gobierno del DF apela al amor como estrategia para captar votos. Con su discurso de conciliación, sostiene que de ganar las elecciones de 2012 estaría dispuesto a firmar la pipa de la paz hasta con su acérrimo enemigo, el ex presidente, Carlos Salinas de Gortari.
— Muchos mexicanos ven cambios en su discurso. El hombre que “dividió”, al que se le acusó de haber “sembrado el odio” en el país, habla hoy de la “República del Amor”. ¿Qué cambio experimenta usted? —, se le pregunta a su arribo al Aeropuerto Internacional de Cancún, la mañana del miércoles 23, y a los pocos días de que Marcelo Ebrad decidiera no disputar la candidatura presidencial para dejarle libre el camino a López Obrador.
— Tenemos que buscar la reconciliación. Lo que está de por medio es sacar a México del atraso en que se encuentra. Estamos en una gran crisis; es más, no es sólo una crisis, es una decadencia, es un proceso de degradación progresiva. Para sacar adelante al país se requiere de la unidad de todos. Hay que reconciliarnos.
— ¿Se reconciliaría usted inclusive con personajes como… Carlos Salinas de Gortari?
— Con todos, con todos. Yo no odio, no es mi fuerte la venganza sino la justicia.
En su visita relámpago a Cancún para conocer los avances de su organización Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), el aspirante presidencial fue insistente en su proyecto sobre la construcción, sin rencores, de la “República amorosa”, la fraternidad y los valores humanos para transformar el país.
Dijo estar convencido de que “la crisis de México tiene que ver con la falta de oportunidades, con la falta de bienes materiales; esto es por la falta de empleo, la falta de bienestar, pero también, la crisis de México tiene que ver con la pérdida de valores. Es fundamental fortalecer valores morales, culturales, espirituales”.
Y adelantó que regresará a esta ciudad en enero de 2012 para dar a conocer los postulados de su nueva propuesta, cuyos principios se centran en “el amor a la familia; el amor al prójimo, a la naturaleza y a la patria”.
“Si se es bueno, se puede ser feliz. La felicidad no es acumular bienes materiales, no es acumular riqueza, títulos, fama. La felicidad es estar bien con nosotros mismos, estar bien con nuestras conciencias y estar bien con el prójimo”, expuso.
Han pasado más de mil 500 días desde el 16 de septiembre de 2006, cuando López Obrador derrotado, se auto declaró “presidente legítimo de México” y se “ungió” con la banda tricolor y el águila juarista en el Zócalo de la Ciudad de México frente a su gabinete alterno. Hoy, con un cambio drástico en su discurso, está de regreso en la escena política nacional. A diferencia de la falta de equipo que vigilara las casillas aquél fatídico primer domingo de julio en que se le cayó de las manos la presidencia de la República, ahora que vuelve a ser candidato.
“El Peje” — como popularmente se le conoce — asegura contar con 40 mil secciones, integradas por indígenas, campesinos, intelectuales, científicos y demás ciudadanos afiliados a MORENA.
El radical cambio de imagen de Andrés Manuel ha despertado la creatividad pintoresca de usuarios de redes sociales como Twitter para acuñar “AMLOVE”, como una combinación de iniciales de sus nombres y apellidos con la palabra “love” (amor) para referirse a la nueva estrategia del político. Desde que AMLO habló de la “República amorosa” en una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, la frase se ha prestado a polémicos comentarios en las redes sociales, charlas de café y es motivo de intensos debates políticos.
El reloj marcaba las 10:00 horas cuando el miércoles 26, AMLO arribó al Aeropuerto Internacional de Cancún, el aspirante presidencial portaba guayabera blanca y pantalón color negro. Entre el tumulto de reflectores y flashes, se le preguntó si apoyaba o no al ex candidato a gobernador Gregorio Sánchez Martínez, preso en el penal de Nayarit y puesto en libertad a menos de un año de su aprehensión por falta de pruebas, y quien hoy busca obtener una curul como senador.
“Greg Sánchez resultó el mejor posicionado en una encuesta que hizo Convergencia Nacional, el Partido del Trabajo y MORENA. Falta una medición con el PRD, y el que esté mejor posicionado va a ser candidato”, expuso.
Cuestionado sobre si consideraba que “Greg” Sánchez era inocente y fue un preso político, el tabasqueño respondió: “Como se ha usado la justicia en México, con propósitos políticos, no se puede acusar a nadie mientras no se le demuestre… Sí, (es inocente de las acusaciones) son parte de la propaganda que se da en temporada electoral”.
López Obrador se dio tiempo para calificar como “una ofensa para los ciudadanos de Quintana Roo” el que su contrincante por el PRI, Enrique Peña Nieto, la maestra Elba Esther Gordillo y el presidente del Partido Verde, Jorge Emilio González, “hayan decidido que el candidato a senador del PRI en Quintana Roo sea el ‘Niño Verde’”.
Llamó a investigar el caso toda vez que, dijo, “el PRI ha hecho lo que le ha dado la gana, un gran saqueo (en el estado), corrupción y ahora se junta con el Partido Verde para seguir llevando a cabo prácticas corruptas”.
El veterano político de 58 años aseguró que de resultar ganador de la contienda electoral, promoverá la construcción de un tren bala que se desplazaría a 300 km/h a lo largo de la ruta maya que comprende Cancún, Chichén Itzá, Mérida, Uxmal, Campeche y Palenque. Detalló que el proyecto costaría alrededor de 60 mil millones de pesos.
“En el caso de ganar se construiría en tres años, a razón de 20 mil millones de pesos por año. Esto permitiría darle un incentivo a la región para que el turista no sólo venga por el mar y el sol, sino que también conozca más sobre la cultura maya. Estamos hablando de trasladarse de Cancún a Palenque, pasando por estos sitios, máximo en tres horas”, ahondó.
A pie de una escalinata a la salida del Aeropuerto Internacional de Cancún, López Obrador aseguró que la ciudadanía, harta de la simulación, optará en 2012 por un cambio ante la disyuntiva de elegir más de lo mismo con el PRI y el PAN.
Advirtió que “si regresa el PRI a Los Pinos, acabaría de arruinar a México (…) sería como el retorno de Antonio López de Santa Anna la última vez que fue presidente, después de que entregara más de la mitad del territorio nacional, cuando posteriormente regresó para vender otra parte del territorio”.
“Si regresara el PRI (…) terminarían de privatizarse PEMEX, la industria eléctrica, privatizarían la educación, la seguridad social. Terminaríamos – dijo – como esclavos en nuestra propia tierra”.
“El Peje”, quien se disputa el segundo lugar en las encuestas con el Partido Acción Nacional, pareciera que sigue los pasos de líderes izquierdistas latinoamericanos que han apelado al amor para resurgir en tiempos electorales, como el presidente venezolano Hugo Chávez, quien declaró que daría “una paliza de amor a la oposición”, y el primer ministro de Nicaragua, el ex guerrillero Daniel Ortega, que cambió el uniforme militar por camisetas blancas en sus actos de campaña y ha optado por versiones adaptadas con lemas sandinistas de la canción Give peace a chance, de John Lennon.
Propuestas, medidas “copiadas” y malas interpretaciones. El político que hace casi cinco años cerró Reforma, una de las principales avenidas de la capital del país, y se le responsabilizó del quebranto económico de la ciudad en aquella ocasión, ahora se presenta como “un hombre bueno, alguien que procura serlo todos los días para ser feliz” y aclara que cuando presentó su programa para crear 4 millones de empleos en 42 días, fue malinterpretado.
“Di a conocer un programa que se llama ‘Jóvenes construyendo el futuro’ porque hay 7 millones que no tienen trabajo ni tienen estudios, estamos planteando, además de echar a andar la economía, que haya empleos en el país”. “Puse de ejemplo lo que hizo el presidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt cuando la Gran Depresión en el año 29 del siglo pasado. Él enfrentó la crisis decidiendo garantizar empleo pleno, y en seis semanas le dio trabajo a 4 millones de estadounidenses”, detalló.
“El programa que planteo representa una inversión de 150 mil millones de pesos, lo que equivale a menos del 5 por ciento del presupuesto nacional, el propósito es otorgar pre-empleo a 7 millones de jóvenes, en los primeros seis meses del año”.
Puso como ejemplo el que sus propuestas como jefe de gobierno del Distrito Federal han sido “copiadas” por otros candidatos a la presidencia del país.
“Cuando íbamos a llevar a la práctica el programa de apoyo de adultos mayores en el Distrito Federal, dijeron que no, al mes de estar en el gobierno (el programa se aplicó) y ahora hasta nos copian, incluso se entregan tarjetas de adultos mayores. Se volvió institucional el apoyo a los adultos mayores”, dijo.
Otro de sus proyectos ampliamente cuestionados, es el caso de los segundos pisos en “la ciudad de la esperanza”, la idea fue copiada por su principal contrincante del PRI, Enrique Peña Nieto, quien como gobernador del estado de México construyó vialidades de segundo piso para continuar la ruta de sur a norte de la Ciudad de México y su área conurbada, con la diferencia en que éstas tienen tramos de peaje, en donde los ciudadanos pagan un monto que no les corresponde, puesto que ya pagaron impuestos.
Aclaró: “no soy demagogo. No engaño. Estoy acostumbrado a cumplir mis compromisos. Siempre que digo algo lo cumplo. Que me digan cuándo he ofrecido algo que no he podido cumplir, o que no he llevado a la práctica”.
Cuestionado por Luces del Siglo respecto a si mantiene o no la misma postura que en 2006, cuando visiblemente molesto declaró “al diablo” las instituciones, Andrés Manuel López Obrador, sostiene: “Esa fue una mala interpretación, igual que ésta (la generación de 4 millones de empleos). Ya no más —dijo refiriéndose a que no contestaría más preguntas— si no me van a sacar de contexto. Ustedes no, porque ustedes son gente buena, pero hay quién sí”.
Pocos minutos después de la charla, AMLO se dispuso a abordar la lujosa camioneta del año, color blanco, doble cabina que lo esperaba a la salida del Aeropuerto Internacional de Cancún. Durante su breve estancia se reunió con dirigentes de las diferentes corrientes internas para escuchar sus respectivas versiones sobre el panorama del PRD en Quintana Roo, donde los ánimos están caldeados por la lucha de las candidaturas a diputados federales y senadores, que se renovarán en julio de 2012.
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