Notimex. Como un personaje rodeado de periódicos, siempre atento a las cosas más extrañas, pero sobre todo, como un hombre que jugó un papel importante en la difusión de autores nacionales y extranjeros en México, amigos y familiares recordaron al escritor Federico Campbell (1941-2014), en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
Los escritores Martín Solares, Humberto Musacchio, Myriam Moscona y su viuda Carmen Gaitán rindieron un cálido homenaje, a quien era considerado uno de los intelectuales mexicanos que reflexionó más profundamente sobre el poder, sus claroscuros, personajes e imposturas.
Emocionada, Carmen Gaitán habló del hombre con el que compartió su vida, a quien calificó de maravilloso, “un erudito sin pretender serlo, sencillo y atento, sobre todo, un amoroso con las personas que quería.
“De ahí el encanto de su personalidad, era como un niño dentro de un hombre, le gustaba tanto el silencio como las discusiones. Relataba anécdotas originales, era muy buen conversador”, rememoró.
Además de no haber sido un personaje ajeno a lo que ocurría en su país, su amigo, vecino y colega Humberto Musacchio señaló que Campbell, “siempre estaba con un montón de diarios, porque le gustaba leerlos para entender lo que ocurría en el mundo y en México.
“Federico era un observador atento, agudo de los fenómenos políticos”, dijo el escritor, quien agregó que Campbell tenía una fuerte capacidad de llevar a la literatura lo que ocurría en el mundo.
“Y lo hacía con una gracia especial y para llegar hasta la literatura tenía que pasar por un largo proceso de interrogaciones”, refirió.
Por su parte, Myriam Moscona describió a Federico como una figura honesta y acertada cuya pluma se deslizaba con éxito entre la literatura y el periodismo.
Fue, dijo, un escritor de dos mundos a la vez con una personalidad en la que jamás falló a una entrega o a una columna.
“Era un hombre disperso, uno como lector nota el tiempo concentrado en la sabiduría que posee, esa necesidad de historias, de cuentos”, dijo Moscona, quien mencionó que Campbell no era retórico, ni como autor ni como periodista, pues su imaginación traspasaba la de un hombre normal, que mantuvo siempre su personalidad bromista.
En su oportunidad, Martín Solares señaló que el bajacaliforniano analizaba con astucia los escabrosos sucesos políticos que se vivieron durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y comparaba las novelas más emblemáticas del género policiaco de todo el mundo, con la atroz realidad nacional, donde abundaban crímenes sin resolver.
“Muchos de los ensayos de Federico, generan nuestro entusiasmo, nos invitan a compartirlos, no podemos dejar de asombrarnos o de sonreír ante las conexiones que hace, como tampoco podemos dejar de indignarnos con su denuncia de la impunidad hasta que también transmitimos nosotros esa denuncia o ensayo a otro lector”, dijo.
Solares consideró que para varios lectores, su prosa funcionó como esa mecha inicial y faro de ocho días que en un país de telenovelas y boletines oficiales nos invitaba a entender que la literatura no es sólo un divertimento y que la realidad no ha de ser patrimonio de los políticos.
Comentó que el boom de los narradores del norte de los años 90, enriqueció tanto a la literatura mexicana y no se habría producido sin su entusiasmo
“Federico recordaba que el mejor tema de la literatura, siempre somos nosotros, la búsqueda sincera de nuestros orígenes, al pregunta por el padre o madre, o porque no, por nuestro estado de ánimo.
“Tenía la convicción de que la literatura no es sólo un divertimento que se aleja de la realidad sino una especie de encantamiento, de hechizo, una ecuación que funciona a base de personajes e historias”, concluyó.
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