Los esclavos del siglo XXI

Written by Redacción. Posted in Minuto a Minuto, Nacional

Published on diciembre 07, 2011 with No Comments

Forum en Linea. José Luis Ortiz Santillán. Imposible abstraerse del El buen fin. Antes de dase a conocer alguien preguntaba en Twitter ¿qué es El buen fin? Se me ocurrió decir, no es otra cosa que una deformación del español, en ese momento no me imaginaba que me había equivocado y que en realidad sería una deformación de la política económica, una manera de reducir los ingresos de los hogares y de aumentar su endeudamiento con los bancos, a través de las tarjetas de crédito, y con la tiendas departamentales.

Las ventas a crédito y los meses sin intereses han sido los protagonistas principales de El buen fin, pues la mayoría de los productos ofertados en las tiendas se dan mediante estas promociones. En todo el país periodistas de diferentes medios se dieron a la tarea de ver los precios antes del inicio del El buen fin y durante el mismo, no sólo constataron que las ventas a crédito con tarjetas de los diferentes bancos comerciales y las ventas a meses sin intereses o compre ahora y pague en enero, eran las que se estaban realizando, sino que además que los precios habían aumentado hasta más del 30%.

De esta forma, El buen fin ha servido para incrementar el nivel de endeudamiento de la mayoría de los hogares de clase media en México y aumentar los años de esclavitud de millones de ciudadanos en manos del capital bancario. La libertad económica para decidir se ha vuelto relativa, la libertad la hemos usado para correr desenfrenadamente en busca de más y más satisfactores, no sólo de aquellos fundamentales para el bienestar de nuestras familias, sino de muchos otros que nos llevan a gastos superfluos, relacionados no sólo con la interminable competencia con los avances de la tecnología, sino con nuestros vecinos y colegas de trabajo, aumentando nuestro nivel de endeudamiento por encima de nuestros ingresos con el afán de tener el iPhone 4!, la última camioneta en el mercado, el último auto de moda, la última computadora, vivir en el mejor barrio de la ciudad o realizar el viaje al extranjero, etcétera.

La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), informó que durante el segundo día de El buen fin, las ventas de sus afiliados crecieron entre 25 y 30%, pero quizá en esa misma proporción creció su nivel de endeudamiento también y su pérdida de libertad con el capital financiero, para el cual tendrá que trabajar en los próximos años para pagar sus deudas con él, si tiene trabajo y bien remunerado, seguramente podrá hacerlo, pero si hoy vive la ficción del engaño coyuntural y mañana pierde su empleo ¿cómo podrá pagar sus deudas con los bancos y tiendas?

Pero El buen fin es para todos, a cada uno a su modo, y mientras usted se paseaba en Liverpool, Palacio de Hierro, Sears, Sam’s Club, Comercial Mexicana, etcétera, hubo quienes fueron de shopping a Estado Unidos o a Francia.

Así las cosas, desafortunadamente, en medio de la agudización de la crisis económica internacional, que ya ha provocado una caída de la inversión extranjera directa del 18% en el primer semestre, una paulatina reducción de las exportaciones y del crecimiento de la economía nacional, que seguramente provocará la desaparición de miles de empleos más, al reducirse las exportaciones, quizá en un 28% en promedio, como en 2008, al gobierno se le ha ocurrido la brillante idea de reactivar la economía con El buen fin, en lugar de haber obligado a los bancos a reducir sus tasas de interés y disminuir los impuestos, en particular el Impuesto Sobre la Renta que afecta directamente los ingresos de los trabajadores, para estimular así la inversión privada, la creación de empleos y el consumo interno, a fin de compensar con ello la caída de las exportaciones.

Pero no, así que seguramente en el próximo año veremos aumentar la delincuencia y el crimen organizado en el país, gracias a esta errática política económica orientada a aumentar el número de esclavos del capital y no a reducir la pobreza en el país, como ha sido el caso, insisto, en China y Brasil en los últimos años.

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