El presidente ruso, Dmitri Medvedev, rechazó el domingo las reivindicaciones de la oposición, que exige nuevas elecciones legislativas, pero prometió investigar los fraudes denunciados, tras las manifestaciones sin precedentes que cuestionaron la victoria del partido gobernante.
Este movimiento, de una magnitud nunca antes vista desde la llegada al Kremlin en 2000 de Vladimir Putin, reunió el sábado en Moscú al menos 50.000 personas -80.000 según algunas estimaciones (25.000 según la policía)- y a otros miles de manifestantes en medio centenar de ciudades rusas.
Estas manifestaciones fueron organizadas para denunciar los fraudes que según la oposición permitieron al partido Rusia Unida -dirigido por Putin y del que Medvedev era cabeza de lista- ganar las legislativas del 4 de diciembre.
Durante estas manifestaciones la oposición reclamó la organización de nuevas elecciones y desplegó pancartas: “¡Devolvamos al país sus elecciones!”, “¡Queremos un nuevo recuento de los votos!”, “¡Rusia, sin Putin!”.
En Vladivostok, el puerto ruso de la costa del Pacífico, las banderolas de unos 500 manifestantes decían: “¡Anulen el resultado de las elecciones!”, “¡Falsificadores a la cárcel!”.
Esas manifestaciones fueron dispersadas con dureza por la policía, que detuvo a 1.600 personas en ambas ciudades. Los manifestantes pidieron este sábado su liberación
“No estoy de acuerdo ni con las consignas ni con las declaraciones de los manifestantes”, dijo Medvedev, según la agencia Interfax, en referencia a las denuncias de fraudes generalizados en el recuento de votos para beneficiar a Rusia Unida.
“No obstante he dado la orden de verificar todas las informaciones que provienen de las oficinas de votación y que conciernen el respeto de la legislación electoral”, reiteró Medvedev un día después de la movilización.
Durante un viaje a Praga el jueves el presidente ruso ya había declarado: “hay que examinar todas las sospechas de irregularidades. Para eso tenemos la comisión electoral y los tribunales”.
Uno de los líderes de la oposición, el ex ministro Boris Nemtsov, calificó inmediatamente de “burla” las declaraciones de Medvedev sobre las verificaciones.
En efecto, las autoridades se negaron ya a examinar la cuestión de la dimisión del presidente de la comisión electoral, una de las reivindicaciones de la oposición, que le acusa de haber organizado los fraudes.
Por su parte Dimitri Peskov, portavoz de Vladimir Putin, calificó las manifestaciones de “protestas democráticas de una parte de la población que está descontenta con los resultados oficiales”.
“Respetamos el punto de vista de los manifestantes, oímos lo que dicen y vamos a seguir escuchándolos”, añadió.
Unos opositores rusos protestan el 10 de diciembre de 2011 en la Plaza Bolotnaya de Moscú contra lo que califican de fraude electoral en los comicios parlamentarios, ganados por el gobernante partido Rusia Unida. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, expresó el domingo su desacuerdo con las críticas de la oposición en las manifestaciones sin precedentes realizadas contra el resultado de las elecciones legislativas.
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