EFE. El pulso por el Óscar al mejor actor entre Michael Keaton y Eddie Redmayne supone uno de los grandes dilemas en la 87 edición de los Óscar, si bien el británico ha tomado ventaja tras sus victorias en los BAFTA y, especialmente, en los premios del Sindicato de Actores de EU. (SAG).
No obstante, y a pesar de que Redmayne juega la baza de interpretar a una persona real (Stephen Hawking), la balanza se puede decantar del lado de Keaton si los académicos deciden recompensar el regreso triunfal de uno de sus actores más queridos tras años prácticamente desaparecido.
MICHAEL KEATON, capaz de volar sin las alas de Batman.
Los ojos de Keaton llenaron de misterio a Batman en las primeras encarnaciones del superhéroe en la gran pantalla a las órdenes de Tim Burton, con quien trabajó previamente en “Beetlejuice” (1988) convirtiéndole en icono.
Sin embargo, en esa época su talento nunca fue reconocido a pesar de interpretaciones de gran calado emocional como “My Life” (1993) y pasó inadvertido durante más de una década tras sus apariciones en obras de Quentin Tarantino (“Jackie Brown”, 1997) y Barbet Schroeder (“Desperate Measures”, 1998).
En “Birdman” y a sus 63 años, encarna a una estrella acabada del cine de superhéroes que quiere resurgir dirigiendo, escribiendo y protagonizando una obra de Broadway. Con el Óscar en liza, es hora de comprobar si la realidad supera una vez más a la ficción.
De momento su impecable interpretación le ha proporcionado el Globo de Oro, en categoría de comedia, el Gotham o los premios de los críticos de Londres, Nueva York, San Francisco, así como el National Board of Review.
EDDIE REDMAYNE, el retrato portentoso de una cruel enfermedad.
A sus 33 años y con su primera nominación bajo el brazo, Redmayne podría llevarse al gato al agua por interpretar a Stephen Hawking, el célebre astrofísico británico que vive postrado en una silla de ruedas y sin posibilidad de hablar a causa de la enfermedad de la motoneurona -relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica-.
Redmayne tiene a su favor el hecho de encarnar a una figura real e interpretar un papel de discapacitado, factores decisivos históricamente para la Academia de Hollywood. Además, los vencedores de los SAG y los de los Óscar en el campo de mejor actor han coincidido de pleno en la última década.
Al actor se le puede ver actualmente en un registro completamente diferente en la cinta de ciencia ficción “Jupiter Ascending”, de los hermanos Wachowski, y rueda en estas fechas “The Danish Girl”, de Tom Hooper, sobre la vida del pintor danés Einar Wegener.
BRADLEY COOPER, opción real tras el éxito de “American Sniper”.
Cooper, de 40 años, ha recibido sus tres nominaciones al Óscar de forma consecutiva por “Silver Linings Playbook”, “American Hustle” y “American Sniper”. Los últimos actores que consiguieron un éxito similar fueron Renée Zellweger entre 2001 y 2003 y Russell Crowe entre 1999 y 2001.
Aunque nunca ha ganado la estatuilla, la situación podría cambiar este año por el impacto de “American Sniper”, una película que ha provocado un enorme debate en la sociedad estadounidense sobre el retrato del francotirador Chris Kyle que propone Clint Eastwood, y que ronda los 300 millones de dólares en la taquilla nacional.
Sin duda uno de los intérpretes más cotizados de Hollywood en la actualidad, Cooper tiene pendiente el estreno en mayo de “Aloha”, de Cameron Crowe, y volverá a coincidir con David O. Russell y Jennifer Lawrence en “Joy”, cuyo rodaje comienza a finales de mes.
BENEDICT CUMBERBATCH, emociones y matemáticas.
Al estilo de lo conseguido por Russell Crowe en “A Beautiful Mind” (2001), el británico Benedict Cumberbatch ha convencido a los académicos en “The Imitation Game” con su recreación de un personaje real, en este caso el de Alan Turing, el matemático que descifró el código secreto de Alemania en la II Guerra Mundial.
Se trata de la primera candidatura que obtiene este actor de 38 años, conocido principalmente por su trabajo al frente de la serie “Sherlock” junto a Martin Freeman, y por sus apariciones en producciones de Hollywood como “Star Trek Into Darkness” (2013) o la saga “The Hobbit”, donde pone voz al dragón Smaug.
En los últimos años ha cosechado grandes críticas por sus intervenciones en “12 Years a Slave” y “August: Osage County”, ambas de 2013, y por su impecable retrato del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, en “The Fifth Estate”. En cartera aguardan “Black Mass”, junto a Johnny Depp, y “Doctor Strange”, su incursión en el universo de Marvel.
STEVE CARELL, el genio de la comedia destapa su lado oscuro.
Considerado uno de los grandes genios de la comedia estadounidense gracias a la serie “The Office” y películas “The 40-Year-Old Virgin” (2005), “Little Miss Sunshine” (2006) o “Crazy, Stupid, Love” (2011), Carell ha sorprendido a propios y extraños con su “tour de force” dramático en “Foxcatcher”.
Su papel es el del psicópata millonario John E. du Pont, que sin experiencia previa quiso convertirse en entrenador de lucha libre de EE.UU. para los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, para lo cual adoptó un plan que incluía convencer al medallista Mark Schultz, tan fornido físicamente como débil emocionalmente.
Carell, que obtiene aquí su primera nominación al Óscar, admitió en el almuerzo de la Academia que disfrutó tomando ese riesgo y prometió que volverá a aceptar un papel en las antípodas de lo que suele hacer porque quiere volver a sentir ese “terror” de pisar un terreno desconocido.
No Comments
Comments for Michael Keaton vs. Eddie Redmayne, uno de los grandes dilemas del Óscar are now closed.