¿La leche materna puede irritar a tu Bebé?

Written by Redacción. Posted in Reportajes

Published on enero 15, 2012 with No Comments

Según los expertos del Consejo de Investigación Médica (MRC) del Reino Unido en Cambridge, Inglaterra, esta irritabilidad es natural.
Y aunque los bebés que toman leche de fórmula parezcan más contentos y sea más fácil apaciguarlos, esto podría deberse a que están sobrealimentados.
La leche materna es lo mejor, subrayan los científicos en el estudio publicado en PLoS One, y las madres deben perseverar.
Los expertos en salud recomiendan que las madres alimenten a sus bebés exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida.
Muchas nuevas mamás se esfuerzan por amamantar a sus bebés, pero en los primeros meses o semanas desisten y cambian a la leche de fórmula.
La explicación más común de porqué dejaron de lactar es “mi bebé no queda satisfecho con leche materna solamente”.
Esta razón, dicen los científicos del MRC, refleja la percepción de que la inquietud o el llanto de su bebé es una señal negativa.
Pero agregan que esta irritabilidad en los bebés que lactan es normal y es la forma que tienen para comunicar sus necesidades a su madre.
Cansancio, no hambre
Por ejemplo, explican los investigadores, cierto llanto podría deberse al cansancio del niño y no a que está hambriento.
Y la razón por la cual los bebés que toman leche de fórmula parecen tan serenos podría deberse a que están sobrealimentados.
“Los bebés que toman biberón podrían parecer más contentos, pero las investigaciones muestran que estos infantes pueden estar sobrenutridos y ganar peso demasiado rápido”
“Hay evidencia abrumadora que muestra que la lactancia es la forma más normal y más sana de nutrición infantil. Y nuestros hallazgos no lo contradicen”, afirma el firma el doctor Ken Ong, quien dirigió la investigación.
“Nuestros hallazgos son esencialmente similares a lo que encontramos en otras etapas de la vida: la gente a menudo siente que comer es reconfortante”, agrega el experto.
En el estudio del MRC, que involucró a 316 bebés de 3 meses de edad, se pidió a sus madres que comentaran sobre el temperamento de su infante y anotaran si lo habían alimentado con lactancia o biberón.
En total, 137 de los niños fueron alimentados exclusivamente con leche materna, 88 exclusivamente con biberón y 91 con una mezcla de leche de fórmula y leche materna.
Los resultados mostraron que los bebés que habían sido amamantados habían sido clasificados por su madre como “de temperamento más exigente” y tendían a llorar más.
Rosie Dodds, del National Childbrith Trust (Fondo Nacional de Partos y Nacimientos) del Reino Unido afirma que estas observaciones son muy útiles para los padres.
“Las madres y sus bebés podrían sentir que el inicio del amamantamiento es estresante y difícil en una sociedad donde dar el biberón es visto como la norma y la lactancia no es algo familiar para muchos padres”, afirma la experta.
“Sería interesante comparar esta situación con la de países donde casi todos los bebés son amamantados”.
Agrega que “a menudo escuchamos a madres que dicen que una vez que logran ‘agarrar la onda’, la lactancia se vuelve pan comido”.
Por su parte, el profesor Nick Wareham, director de la Unidad de Epidemiología del MRC, expresa que este estudio “nos ofrece información fascinante sobre las complejas y dinámicas señales entre una madre y su bebé”.
“El entendimiento de los factores que determinan la alimentación de un infante es un paso clave en el diseño de estrategias apropiadas que conduzcan a conductas sanas”.
La leche de mamá tiene todo lo que necesita el bebé
Es tan buena que el bebé no necesita nada más. Ni agua, ni jugo, ni tecitos, etc.
Tiene todas las vitaminas, las grasas y las proteínas que necesita el bebé en cantidad exacta.
El bebé es más sano y tiene más defensas, previene las diarreas.
Es la vacuna para todas las enfermedades infectocontagiosas.
Nos ayuda a ahorrar dinero.
Se digiere bien y el bebé no se constipa.
Esta a la temperatura justa y no se echa a perder.
Otros beneficios
Crea un lazo de amor muy fuerte que protege al bebé tanto física como mentalmente.
Sin hablar mamá y bebé se entienden.
La leche de mamá, siempre esta disponible, no se acaba y el bebé se puede calmar en el acto.
Da satisfacción a la mamá y al bebé.
De noche se puede amamantar sin tener que levantarse y se puede seguir descansando.
La mamá esta más cariñosa con los otros hijos y con el marido.
El bebé se desteta cuando la mamá y él están listos para hacerlo.
Consejos
Para tener éxito en el amamantamiento, es bueno tener todos estos conocimientos antes.
Lavar los pezones solos con agua, que tomen sol, y poneles tu propia leche o calostro.
Tener al bebé todo el tiempo que puedas con vos.
Mucha upa al bebé le da seguridad y le hace bien.
Desde el comienzo, poner el bebé seguido al pecho, dejar que tome todo lo que quiera de un lado y luego ofrecer el segundo pecho.
Si los pechos en un principio están muy cargados o duros masajearlos y hacerles baños tibios.
Recordá que el mejor sacaleche es tu bebé.
La leche de madre se digiere a los 35’ de tomada.
Usar un corpiño con la taza un poco mayor para que los pechos no estén apretados.
La mamá debe dar el pecho cuando el bebé lo pida, y olvidarse del reloj.
Recordar que el pezón y la aureola deben quedar dentro de la boca del bebé y así evitar las grietas del pezón.
La postura para amamantar es muy importante para que se logre una buena ganancia de peso y una buena producción láctea, recordar que la mejor postura del bebé es panza con panza con su mamá.
La forma de los pezones puede ser, planos, chiquitos, o con forma de ombligo estas dificultades se superan con masajes adecuados y haciendo un pequeño agujerito en la punta del corpiño.
La mamá que amamanta debe descansar y alimentarse lo mejor posible.
Algunas ideas importantes
Sería muy bueno recordarnos y decirnos: “Mi leche es buena y es lo mejor para mi bebé”, esto nos ayuda a confiar más en nosotros y a aprender a querernos más.
Ningún bebé es igual a otro y es normal que cada uno haga su propio horario de comidas.
El pecho calma las necesidades del bebé por completo.
Durante el embarazo se puede seguir amamantando y luego del parto se continuará amamantando a los dos hijos.
Al bebé conviene ponerlo al pecho lo antes posible después de nacido.
La lactancia prolongada ayuda a formar personas fuertes e independientes.
El calostro es la primera leche llena de vitaminas, minerales y es la vacuna para todas las enfermedades infectocontagiosas.
El destete comienza en los primeros alimentos sólidos que conviene dárselos cuando el bebé pueda sentarse solo y muestre interés por la comida.
Los pechos pueden tener distintos tamaños y producir igual cantidad de leche.
Los mellizos pueden ser amamantados perfectamente solo con el pecho.
Tomá agua en la medida en que tu cuerpo te lo pida.
Mientras se amamanta se sigue produciendo leche.
Los varones y las mujeres se destetan en la misma época.
Normalmente se pueden tener relaciones sexuales hasta la última etapa de embarazo y recomenzarlas luego del parto, y el tiempo varía según cada mujer.
Composición de la leche materna
Aunque la composición varía de una mujer a otra, de un día a otro, incluso dentro del mismo día y de la misma toma y también según la edad de gestación del hijo, se pueden resumir los rasgos más destacados de la composición de la siguiente manera.
Contenido de la leche materna
Bajo contenido en proteínas (0,9-1,1 gr/100 ml), aunque adaptada a su velocidad de crecimiento. El cociente caseína/seroproteínas es de 10/90 al comienzo de la lactancia, pasando a 40/60 en la leche madura.
Contiene una cantidad importante de nitrógeno no proteico y de presencia de ciertos aminoácidos esenciales para el recién nacido (como la fenilalanina y la tirosina).
– También es elevado el contenido de lactosa, fuente de galactosa necesaria para la maduración cerebral, que mantiene un bajo pH a nivel intestinal, y que favorece el desarrollo de una peculiar flora intestinal con indudables beneficios defensivos.
– Contiene ácidos grasos monoinsaturados de cadena larga, de mayor rendimiento calórico, fácil absorción, y sin efecto aterogénico.
Abundan los ácidos grasos poliinsaturados, esenciales para el ser humano, e imprescindibles para la formación de numerosa estructuras (cerebro, retina, o membranas celulares entre otras) o para la síntesis de prostaglandinas, tromboxanos y otras sustancias biológicas.
– Bajo contenido en sales minerales, y un cociente de calcio/fósforo que favorece la absorción del calcio y que facilita la mineralización ósea.
– Contenido suficiente en vitaminas y presencia de enzimas y hormonas.
2. ¿Qué la hace inigualable?
– Permite alcanzar un óptimo estado nutritivo, evita alteraciones metabólicas y trastornos digestivos, porque la composición de la dieta no representará en ningún momento una sobrecarga de la capacidad funcional del aparato digestivo.
– La leche materna suministra también protección antiinfecciosa y antialérgica. El efecto antiinfeccioso obedece a que el lactante no sólo recibe nutrientes por la leche. Además, en su composición existen una serie de sustancias que, por diferentes mecanismos, van a proveerle de una defensa local frente a agentes infecciosos (inmunidad pasiva prestada por la madre), mientras maduren los mecanismos que le permitan contar con su propia inmunidad activa.
Entre estas sustancias se pueden citar la lactoferrina, la proteína fijadora de vitamina B12, la proteína fijadora de ácido fólico, diversas enzimas (lactoperoxidasa, lisozima, etc), gangliosidos, oligosacáridos, factor antiestafilocócico, factores de crecimiento, etc.), nucleótidos, células con propiedades defensivas, inmunoglobulinas.
Quizás constituya éste el capítulo con mayor peso específico para elevar a la leche materna de la categoría de “imitable” a la de “inigualable”.
3. ¿Su composición es constante o puede cambiar?
– Como los requerimientos del lactante no son siempre los mismos, y varían sobre todo en función de la madurez al nacimiento y de la edad postnatal, la leche materna modifica sus características de acuerdo a las demandas del niño, a su capacidad para digerir y metabolizar los distintos nutrientes, y a la mayor o menor necesidad que tenga de recibir protección pasiva, circunstancias sometidas a una permanente evolución.
– La leche materna se adapta a los requerimientos nutricionales. Tanto el volumen de leche, como la calidad de los nutrientes y de otros factores con misión defensiva, van a encontrarse en la leche de la madre en perfecta concordancia a las necesidades exigidas en cada momento.
– El volumen de leche producido por la madre aumenta progresivamente a partir de los pocos centímetros cúbicos segregados el primer día (acordes con la limitada capacidad gástrica del recién nacido al término, que no llega a sobrepasar los 30 ó 35 ml., siendo considerablemente menor en el prematuro).
Ese crecimiento alcanza los 700 ó 900 ml/día que por término medio suele producir la mujer en un estadio de lactancia plenamente establecido. Ya se habla de excepcionales producciones cuando se superan los 1.100 ml. de leche diarios.
– La leche materna se adapta al apetito. La composición de la leche materna varía a lo largo del día e incluso en el trascurso de una misma toma.
– Se adapta a la madurez: Su cantidad y su composición varía según el grado de madurez del hijo.
– También se adapta a la capacidad digestiva y metabólica.
4. Ventajas e inconvenientes
– Ventajas para el niño: Para el hijo casi todo son beneficios. Con la lactancia materna obtiene un mejor estado digestivo y metabólico, mejor estado nutritivo, mayor protección inmunológica, menor riesgo de sensibilización alérgica, mejor evolución psicológica, menos enfermedades y menos mortalidad infantil y prevención de trastornos posteriores.
– Desventajas para el niño: Son mínimas y en casos excepcionales. Como es sabido un pequeño porcentaje de recién nacidos alimentados al pecho presentan ictericia. También es cierto que el nivel de una proteína necesaria para que coagule bien la sangre (protrombina) es menor durante los primeros días en el recién nacido lactado a pecho que en el lactado artificialmente.
Se piensa que la lactancia materna es un factor que, en raras ocasiones, podría favorecer la enfermedad hemorrágica del recién nacido, pero si la primera toma de alimento se hace precozmente en las primeras horas después del parto, como es lo correcto, este factor tiene muy poca importancia.
La vitamina D puede ser insuficiente, por lo que no serán olvidados los suplementos al lactante (los biberones de fórmulas adaptadas la llevan ya incorporada).
Por último, pueden producirse enfermedades en el recién nacido si la secreción láctea es insuficiente o si contiene exceso de sodio, tóxicos o contaminantes.
No se podría dar el pecho si se tuvieran enfermedades congénitas del metabolismo (fenilcetonuria, tirosinemia, galactosemia) y también el padecimiento por parte de la madre de algunas infecciones(infección por VIH, tunerculosis activa cavitaria, etc.)

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