Jorge Meléndez Preciado. Tal vez porque ya se está acercando el final. Quizá debido a que todavía quiere ganar adeptos. O a lo mejor para ir elaborando las condiciones para que no haya sorpresas futuras. Pero en lo últimos tiempos a Felipe Calderón se le ve muy activo en diversos frentes. Eso sí, en todos intentando dejar su impronta y mostrando que no resultó un funcionario que atendiera a todos los mexicanos, como protestó, sino benefició a unos cuantos, especialmente quienes coinciden en su ideología y/o prácticas.
Varias cuestiones lo muestran así.
Las modificaciones al artículo 24 de la Constitución para otorgarle mayores libertades a la Iglesia católica, no a todas las religiones, y alterando el Estado laico.
La inauguración a las volandas de la famosa, por criticada, Estela de Luz, dándole impunidad a quienes encargó de la costosísima obra.
Decretando préstamos a los estudiantes de las universidades privadas, algo que no sólo atenta contra la universidad pública sino que es un acto con repercusiones gravísimas para los ciudadanos y de apoyo a los bancos y los negocios de unos cuantos.
Posibilitando que su hermana, Luisa María Calderón, la famosa Cocoa, apoye a Ernesto Cordero, mientras que su exsecretario privado, Roberto Gil, ayude a Josefina Vázquez Mota. En el lenguaje del futbol americano, mandando doble cobertura.
Y, para no extendernos, pidiendo la inmunidad para Ernesto Zedillo por los crímenes de Acteal, asunto que está en los juzgados de Estados Unidos, con el objeto que si Calderón llega a ser enjuiciado por la llamada guerra contra el narco tenga ayuda priísta y de Estados Unidos.
De todo esto, ahora sólo comentaremos el asunto de los 2 mil 500 millones de pesos que erogará el gobierno federal para dar créditos a 23 mil jóvenes de 21 universidades privadas. Donde aseguró el funcionario, se preparan muy bien los muchachos para emprender tareas importantes.
Incluso apuntó Felipe: “Si funciona bien, como sabemos que va a funcionar, le vamos a meter mucho más (dinero), ¿cuánto?, todo lo que se necesite” (Reforma, 10 de enero). Se le olvida algo al panista, el siguiente año no estará en Los Pinos y quien llegue tendrá que rediseñar un asunto que tiene cuando menos dos inconvenientes.
Uno, la tasa de 10 por ciento fija es muy alta y seguramente gran parte del dinero lo tendrá que pagar el gobierno ante la insolvencia de los muchachos.
Dos, se hace porque hay una elevación de las colegiaturas en las universidades privadas, menos ingreso de alumnos y graves problemas económicos en negocios que hace tiempo eran muy prósperos.
Por cierto, el anuncio se hizo en el Instituto de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), cuyos estudiantes protestaron en la entrada porque hace casi dos años asesinaron a Jorge Mercado y Javier Arredondo. Hasta el momento no hay ningún militar detenido y la versión oficial insiste que cayeron por fuego cruzado con delincuentes, algo realmente inconcebible.
La manifestación jamás la vio Calderón, ya que llegó en helicóptero. Pero si le ocultaron el asunto o él no quiso saber nada de los jóvenes que reclamaban, es igual de grave. Nadie a estas alturas puede creer que engaña a la gente si elude enfrentar los problemas, como ocurrió en el inservible edificio de más de mil millones de pesos.
Señala muy bien en un artículo Ciro Murayama (El Universal, 10 de enero): “Son los países con mayor presencia del gasto público en la educación los que consiguen las mejores combinaciones de resultados en términos de calidad educativa y cohesión social (los casos de Noruega, Finlandia, Suecia y Alemania). En cambio, donde la educación depende más de las reglas del mercado, los niveles de desigualdad son mayores como ocurre en Colombia o Chile”.
No olvidemos que en donde nacieron Pablo Neruda y Nicanor Parra, hay un movimiento desde hace más de un año, el que encabeza la comunista y bella geógrafa, Camila Vallejo. Debido a esos reclamos, la popularidad de Sebastián Piñera, que había llegado a grandes alturas luego del rescate de los mineros chilenos, se desplomó a menos del 30 por ciento.
Pero en Estados Unidos, ejemplo seguramente de Felipe, la organización Education and Empowerment, señala que es necesario devolverle la gratuidad a las universidades públicas, que se desvele la contabilidad de las privadas y eliminar los intereses en los créditos estudiantiles” (Sin embargo, 10 de enero).
Según el profesor Andrew Ross, uno de cada cinco estudiantes está en moratoria porque le es imposible sufragar sus créditos. Cada uno, al decir de Suzanne Collado, tiene una deuda de cuando menos 35 mil dólares.
Ello porque hay físicos que laboran de taxistas y químicos desempeñándose como meseros. Una gran cantidad de profesionistas incluso desempleados por la grave crisis. Muchos de éstos son los que han llevado a cabo las ocupaciones en Wall Street, Nueva York y Washington.
Curioso, en tanto los modelos privatizadores fracasan abiertamente en infinidad de naciones, en México seguimos aferrados a los dictados de la contrarrevolución conservadora (Ronald Reagan y Margaret Tatcher viendo muy orondos cómo se desploma el mundo).
Dice bien el teórico Carlos Bini, citado por el periodista Juvenal González (Milenio Puebla, 10 de enero): “Quien no sabe gobernar es siempre un usurpador”.
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