Notimex. La fotógrafa de origen alemán Christa Cowrie (1949) se despidió anoche con gratitud y estilo tanto del Citru como del Cenidi-Danza, centros de investigación en los que había laborado durante 20 años.
En medio de un homenaje que le rindió el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (Citru), Cowrie agradeció el tributo, así como el “sueldo digno, generoso y puntual” que siempre recibió.
Sobre su labor, recordó que a lo largo de estos años aprendió mucho del teatro, de sus actores, actrices, dramaturgos, escenógrafos, iluminadores y vestuaristas, “que no es más que el espejo de nuestras vidas”.
Tras nombrar algunos de sus directores favoritos, confesó sentarse cerca de la salida de emergencia, pues ya no podía soportar una mala obra de teatro.
Luego, señaló que actores y bailarines van, vienen y dejan su arte efímero en los escenarios, y su foto permitirá que quede para siempre “una buena imagen de su trabajo… mis fotos se quedan bien archivadas, tanto en el Cenidi-Danza como en el Citru”, destacó.
“Aquí en el Citru están sus obras, trayectoria, juventud, transformación profesional, listos para ser consultados. Recuerden que con la foto siempre he querido retratar una emoción especial en cada uno, el clic que me fue provocado en un instante en su arte actual, el clic que es una reacción instantánea, verdadera, sutil y perfecta”, puntualizó Cowrie, quien radica en México desde 1963.
Antes, en el homenaje, que arrancó con un documental sobre la trayectoria de Cowrie, Arturo Díaz, director del Citru, y la investigadora Patricia Cardona, subrayaron la sensibilidad y talento de Cowrie para captar lo mejor del arte escénico.
De acuerdo con un comunicado, en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes (Cenart), donde también se celebraron los 34 años del Citru, Díaz reconoció la trayectoria de la fotógrafa, quien, dijo, supo cultivar la perfección de su labor fotográfica en una simbiosis entre la cámara y el universo teatral.
“En las imágenes que nos ha legado Christa podemos atestiguar aquel teatro del fracaso que sin embargo nos aporta la constancia de la existencia, vastedad y diversidad de producciones escénicas”, apuntó.
Para Díaz, vendrán nuevas generaciones que capten la riqueza cultural de México, pero Christa Cowrie es por hoy el valor más alto de la imagen del teatro mexicano entre los siglos XX y XXI.
El titular del Citru también leyó un texto del periodista y crítico de arte Fernando de Ita, quien recordó que a la fotógrafa con 43 años de trayectoria la conoció como parte de un grupo de jóvenes que “llegaron a darle un nuevo periodismo a México”.
De Ita destacó que Christa Cowrie no sólo se formó como fotógrafa en la cámara, sino en el cuarto oscuro, en aquellos años 80 del siglo XX donde la intuición, habilidad, conocimiento del oficio y el talento personal estaban por encima de la tecnología.
Christa Cowrie, abundó, es un fruto de dos tradiciones culturales y estéticas: Alemania y México. “Larga vida para el arte de la imagen que como él, Christa Cowrie nos revela la gloria y el suplicio de ser mujeres, ser hombres”.
Por su parte, Patricia Cardona, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza (Cenidi) José Limón, cerró argumentando que:
“Cuarenta y tres años de carrera profesional como fotógrafa son galaxias de luz comprimida, son océanos de miradas, siglos de pulsiones, continentes de torsos, amaneceres de intuición, estrellas fugaces de carcajadas, hormigueros de adrenalina, cordilleras de viajes, aludes de pasión, atardeceres de estoicismo, volcanes de disciplina. No hay vara para medir a Christa, su obra, su legado, su incansable progreso”.
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