llas artesNotimex. De manera inusual, las tradicionales “Mañanitas tapatías” fueron entonadas anoche en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes para la filóloga mexicana de origen alemán Margit Frenk, dentro del homenaje que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) le rindió con motivo de su cumpleaños número 90.
Antes de ese emotivo cierre, la escritora Margo Glantz, el maestro Gonzalo Celorio y el filósofo Ambrosio Velásco, entablaron un diálogo del que brotaron recuerdos, añoranzas, vivencias y experiencias, nombres, fechas y situaciones que de una u otra forma cada uno de los convocados a la fiesta ha tenido con la feliz cumpleañera.
En su turno, Gonzalo Celorio dejó ver que fue hace casi medio siglo cuando él y Margit Frenk se conocieron y en ese sentido, puso en relieve las muchas aportaciones que ella ha hecho a la filología, la filosofía, las letras nacionales y a la Academia Mexicana de la Lengua (AML) en su calidad de miembro de esa añeja, respetada y calificada institución.
Glantz invitó a subir al escenario a la homenajeada, quien originalmente se apostó entre el público. “Súbete para platicar acá”, le dijo y ella, con ánimo encendido por la emoción, accedió de inmediato. “Somos casi gemelas: Las dos estudiamos en Mascarones, las dos somos académicas de la lengua y las dos somos casi centenarias”, señaló entre sonrisas.
Margit Frenk, quien este 21 de agosto cumplirá nueve décadas de existencia, acudió a la memoria para recordar como creó obras monumentales como el “Cancionero folklórico de México”, y al respecto, el filósofo Velásco hizo eco a las palabras de Margo Glantz para subrayar la tenacidad y originalidad visible en ensayos e investigaciones de Frenk.
En el acto se dijo que hace 90 años el mundo se estremeció con noticias que llegaban de Europa. Se había creado el Partido Nacionalsocialista en Alemania, y con él, uno de los episodios más crueles para los judíos y para el mundo entero. Margit nació en Hamburgo, como muchos niños que llegaron a la vida justo en el territorio donde germinó el horror.
“Alemania no era un país querido de nosotros”, afirmó. México es su país, a donde llegó desde los cuatro años de edad acompañada por sus padres y un hermano. Aquí conoció las más variadas y extrañas canciones populares, mismas que reunió en cinco tomos bajo el nombre de “Cancionero folklórico de México”, una de sus obras más reconocidas.
Actualmente Frenk es la máxima autoridad en el mundo de la lírica popular hispánica, y su impronta es haber logrado que ahora esos estudios sean reconocidos como todo un género que ha entrado a formar parte de las academias y en los capítulos de historia de la literatura. Antes de ella, todo esto no existía, de acuerdo con la información del INBA.
“Toda esa poesía debía ser desenterrada del olvido. Estaba dispersa en manuscritos y de libros impresos en los siglos XVI y XVII. Cada vez que podía ir a Europa iba a la Biblioteca Nacional de España y veía libros de poesía, de teatro, novelas y algunos tratados. Muchos años me dediqué a eso, a ir sacando y encontrando cancioncitas”.
La lectura de los románticos alemanes significó mucho en su vida. Encontró en ellos el indicio de su interés por la lírica antigua. “Eran aficionados a las canciones populares. Yo creo que eso debe haber influido en mi gusto. Desde que era joven yo cantaba canciones populares de México y España. Las aprendí en libros, no porque las oyera”, subrayó.
Ella ha sido distinguida como presidente de la Asociación Internacional de Hispanistas, miembro correspondiente de la British Academy, miembro honorario del Institute of Romance Studies de la Universidad de Londres, miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua y de número de la Academia Mexicana de la Lengua.
Tiene doctorados honoris causa por la Sorbonne Nouvelle, París III y la Universidad de Sevilla. En México ha recibido los premios Universidad Nacional, Nacional de Ciencias y Artes, y Alfonso Reyes. Pertenece a la Asociación Internacional de Hispanistas, a la Asociación Internacional Siglo de Oro y a la Society for Renaissance and Baroque Hispanic Poetry.
Frenk dejó ver anoche que actualmente estudia “Don Quijote de la Mancha”. En la época en la que fue escrito ese libro por Miguel de Cervantes (1547-1616), la cultura era básicamente oral. “Toda la gente estaba en contacto con toda la riqueza cultural de una literatura a través del oído. La cultura fue muchísimo más oral que escrita. La lectura silenciosa es una cosa moderna, porque en aquellos años, la letra entraba por los oídos, no por los ojos”, señaló.
Desde hace un tiempo, la más importante hispanista del mundo padece los estragos de la ceguera. “Me está costando mucho trabajo leer. No sé cómo le voy a hacer porque para escribir necesito estar sola. Estoy acostumbrada a trabajar con la vista y la letra… estoy en un momento de crisis. Afortunadamente tengo asistentes que me ayudan”, acotó luego.
A sus 90 años de vida, Margit Frenk sigue disfrutando de las pequeñas cosas que la alegran, como la música polifónica del Renacimiento, uno de sus más grandes gustos. “Siento que mi vida es muy buena, excepto esta parte horrible de la pérdida de la vista. Por lo demás es pura gozadera, gozo de muy buena salud”, concluyó la risueña cumpleañera.
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