Agencias. La misión evangelizadora realizada por Fray Junípero Serra, y que motivó su canonización, inició en 1750 en la zona serrana de Querétaro, en donde el misionero franciscano dejó como legado cinco templos, o misiones franciscanas.
Roberto Antonio Velasco Nieto, investigador del archivo secreto Vaticano, recordó que antes de viajar a la Alta y Baja California, el misionero español llegó a México para incorporarse al colegio franciscano de San Fernando, para iniciar posteriormente, en 1750 un proceso de evangelización en donde hoy se encuentran los municipios de Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, y Arroyo Seco.
Para Velasco Nieto, la trascendencia de la obra de Junípero Serra radica en que logró dejar evangelizar una región habitada por pames, otomíes, jonases, chichimecos y mecos, en un territorio inhóspito en donde fracasaron anteriormente los dominicos, los agustinos, y los jesuitas.
A decir del investigador, la clave para inculcar el mensaje evangelizador fue la formación franciscana, caracterizada por la sensibilidad que dan la pobreza, y el ser un migrante, además del desarrollo de nuevas formas de comunicación con los habitantes de la región.
“Enseñándoles técnicas de la agricultura, nuevas formas y procesos en la ganadería, y lo más importante, logra plasmar y pacificar”.
Frontispicios repletos de símbolos, que incorporan imágenes propias del catolicismo, y que conviven con elementos característicos de las creencias de las diferentes etnias.
“Logra con mucho respeto incorporar muchos elementos de la religiosidad popular, a través de la tradición, de la costumbre, y de la oralidad“.
Ahí se mezclan elementos como el trigo, la vid, o las figuras de santos, con elementos más simbólicos, como un conejo que representa la luna, el escudo franciscano con dos brazos, y el escudo de las cinco llagas, recordatorio de las cinco heridas que sufrió Cristo.
En algunos casos, los elementos son constantes, aunque algunas de las imágenes son exclusivas de alguno de los recintos, para dejar un mensaje particular para cada fachada.
En el caso de Tancoyol, la misión está dedicada a ‘La señora de la luz’, mientras en Tilaco, se hace énfasis en la labor de San Francisco de Asís, además de una compleja y amplia fachada en Landa de Matamoros, que representa ‘La Ciudad de Dios“. Conca representa ‘El triunfo de la fe’, coronado por la presencia de la trinidad, en tanto la misión de Jalpan representa la conquista espiritual.
Junípero Serra se retiró en 1758 de la serranía de Querétaro, para viajar años después a la Alta y Baja California, para continuar con su misión, aunque con algunas diferencias observadas por Roberto Antonio Velasco Nieto.
“Dentro de la política, de la ideología de la Nueva España, eran considerados fuertes militares, mientras que aquí fueron misiones, en donde se dio lugar el proceso de fusión, de aculturación y de fusión de dos culturas, de dos mundos”.
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