Se cumplen 75 años de la muerte de Silvestre Revueltas

Notimex. Reconocido por su calidad musical, el compositor, violinista y director de orquesta Silvestre Revueltas es recordado a 75 años de su muerte, que se cumplirán este lunes, como uno de los más influyentes representantes de la corriente nacionalista.

De su música, el Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, decía: “Silvestre sacaba de sí mismo, de su entraña, cada nota, cada sonido, cada acorde; los extraía de su corazón, de su vientre, de su cabeza, de un bolsillo insondable de sus pantalones […]”.

“La noche de los mayas” y “Sensemayá” y “La coronela” son dos de sus obras más emblemáticas, aunque también escribió infinidad de partituras para películas como: “La bestia negra”, “Ferrocarriles”, “El signo de la muerte”, “Los de Abajo” y “¡Qué viene mi marido!”, entre otras.

Personajes de la vida cultural de México como Fermín Revueltas (pintor y muralista), José (escritor, novelista y guionista), Consuelo (pintora) y Rosaura (actriz).

Silvestre fue un niño prodigio que dio su primer recital de violín a los cinco años, de acuerdo con la biografía que de él difunde el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) “www.conaculta.gob.mx”.

En los años de la Revolución Mexicana, estudió en el Conservatorio Nacional de Música y se sabe que sus primeras obras de composición datan de 1915.

Poco tiempo después, Gregorio Revueltas, su padre, lo envió a él y a su hermano Fermín a Estados Unidos para continuar sus estudios.

Cuando tenía 17 años de edad, ingresó en la escuela jesuita de St. Edwards, en Texas, donde descubrió la música de Claude Debussy (1862-1918), quien fue una de sus grandes influencias, muestra de ello es su pieza para piano “Margarita”.

En 1919, ingresó en el Chicago Musical College, donde obtuvo diploma en violín, armonía y composición. Durante su estancia en Chicago, se le vinculó con movimientos de izquierda y se casó con la cantante Juke Klarecy, con quien tuvo una hija que llamó Carmen.

Cuentan que fue en ese tiempo en el que Silvestre vivió su mejor época. En 1920 regresó a México aunque en 1922 volvió a Chicago para conocer al violinista checo Otakar Sevcik (1852-1934).

En 1923, la muerte de su padre lo trae de nuevo a su país pero su condición económica se complicó y su único ingreso fue de ofrecer recitales.

Entre 1926 y 1928 residió en las ciudades de San Antonio, Texas, y Mobile, Alabama, y fue allí donde compuso la primera obra importante de su catálogo “Batik” para pequeña orquesta.

Luego fue director asistente de Carlos Chávez (1899-1978) entre los años 1929 y 1935, siendo subdirector de la Orquesta Sinfónica de México, informa el sitio “www.biografiasyvidas.com”.

En 1937 viajó a España y participó de manera activa en la Guerra Civil Española (1936-1939), a favor del bando republicano.

También dirigió la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios.

La Guerra Civil lo sumió en una profunda melancolía que no hizo sino más que aumentar una destructiva adicción al alcohol que acabó prematuramente con su vida, cuando apenas contaba con 41 años.

Su producción es más significativa que abundante, con piezas de gran valor como el ballet “El renacuajo paseador” (1933) y las obras orquestales “Ocho por radio” (1933), “Redes” (1935), “Homenaje a Federico García Lorca” (1935) y “La noche de los mayas” (1939); y “Sensemayá” (1938), su partitura más reconocida.

Su estado natal Durango decidió crear el Festival Cultural Revueltas, que rinde tributo a esta destacada familia de creadores mexicanos y que este año tendrá actividades del 9 al 25 de este mes.

En ese marco, del 14 al 17 del mismo mes se llevará a cabo el séptimo Festival Latinaomericano de Arpa Durango, que reunirá a los mejores arpistas del mundo, que ofrecerán nueve conciertos y dos conferencias magistrales.

El objetivo del encuentro, que convoca artistas de Italia, Argentina, Paraguay, Chile, Colombia, Venezuela, Estados Unidos, Reino Unido, Japón y México, es deleitar al público y al mismo tiempo impulsar este tipo de música entre las nuevas generaciones de la región.