Muy Interesante.- Continuamente recibimos noticias extraordinarias sobre Marte, el planeta rojo. Noticias relativas a su evolución planetaria, sus volcanes, sus minerales y rocas; su atmósfera, las múltiples evidencias sobre existencia de agua y sobre si pudo haber vida, o puede incluso haberla en la actualidad (obviamente vida microbiana).
Más recientemente, están ya en marcha programas relacionados con futuras misiones tripuladas que evalúan seriamente la posibilidad, aún remota, de alcanzar el planeta. Pero, ¿Cómo se estudia Marte? ¿Cómo es posible que podamos obtener tantos resultados científicos sobre cuestiones tan diversas y evaluarlos apropiadamente?
Bien, en primer lugar, hay que explicar que los estudios sobre ciencias planetarias están caracterizados por su interdisciplinariedad y así es como hay que abordarlos y entenderlos. Dicho esto, se pueden concretar varias “fuentes principales de información”, a través de las que aprendemos acerca de Marte, de su pasado y su presente, desde distintas perspectivas y a distintas escalas:
a) las observaciones y estudios astronómicos y astrofísicos a través de telescopios; b) las monitorizaciones e investigaciones mediante el envío de misiones que incluyen orbitadores, landers y rovers; c) el estudio de los distintos tipos de meteoritos marcianos; d) la utilización de cámaras de simulación de ambientes planetarios que nos permiten investigar procesos superficiales, combinando distintos tipos de variables (presión, temperatura, radiación UV, composición de la atmósfera, etc.) y e) finalmente, el estudio de los denominados análogos de Marte: zonas con especiales características por su geología, mineralogía, climatología, geoquímica o incluso microbiología, que nos ayudan a comprender distintos ambientes extremos, probar prototipos y nuevos instrumentos que, posteriormente, formarán parte de las misiones y para desarrollar nuevos modelos científicos. Todo ello, extrapolado después al estudio del presente y del pasado de Marte.
En España venimos trabajando en investigaciones que cubren todos estos aspectos y entre los que cabe subrayar nuestra participación en varias misiones a Marte, como por ejemplo la actualmente activa del rover Curiosity: misión NASA-MSL (Mars Science Laboratory) o las futuras ESA-ExoMars y NASA-Mars2020.
También es muy importante tener en cuenta la importancia de nuestro país, gracias a su geodiversidad, en la identificación y caracterización de determinadas zonas de la Tierra como análogos de Marte. Río Tinto, Jaroso, Canarias, Campos de Calatrava o el Golfo de Cádiz cuentan con un merecido reconocimiento internacional y están siendo piezas clave en numerosos estudios geológicos y astrobiológicos de primer nivel sobre el planeta rojo.
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