Notimex. Al visualizar la composición como un arte, el autor mexicano Jorge Torres Sáenz (1968) expresó que “la gente le tiene miedo al arte contemporáneo pero no debería, hay muchas cosas por descubrir”.
Por ello, y como una invitación a la escucha de mundos nuevos, el compositor estrenará mundialmente su pieza “Huésped de la aurora”, junto a la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM), el próximo sábado 13 de febrero, en el cuarto concierto de la Primera Temporada 2016.
Torres Sáenz compartió en entrevista telefónica con Notimex que su pieza “Huésped de la aurora”, como su nombre lo indica, es “una invitación a la escucha de mundos nuevos, de mundos diferentes”, ya que es en la aurora en donde se da la “máxima tensión cósmica”.
Se trata de una pieza “única en la historia de la música” porque está diseñada para tres solistas que nunca se encuentran juntos: oboe, arpa y acordeón, acompañados de la orquesta, “es una obra muy singular, no hay obra así en el repertorio”.
“Huésped de la aurora” es una pieza que intenta abrirse camino por sí misma, ya que propone algo diferente, y prueba de ello es la utilización del acordeón que usualmente no se utiliza en música de cámara o de concierto lo que ofrece “posibilidades muy novedosas y sonoridades muy interesantes”, señaló.
Aunque la combinación en primera instancia pudiera parecer extraña, dijo que existen referencias en composiciones de la iconografía cristiana antigua que plantearon estos acoplamientos.
“Encontramos que hay representaciones de ángeles músicos tocando al mismo tiempo arpa, un instrumento de aliento parecido al oboe y un órgano portativo, que bien nos recuerda un instrumento de tecla, que es el acordeón”, explicó.
Dicha pieza surgió de la necesidad de cualquier artista o creador de explorar, construir y generar mundos nuevos, de mantenerse permanentemente buscando propiciar los momentos donde se generen nuevos planos, nuevas reflexiones, nuevas regiones de la experiencia.
Torres Sáenz describió que su trabajo en general se encuentra en un “cruce de varios caminos” ya que su quehacer se desplaza entre la filosofía, la historia del arte y la música, con lo que intenta “ensanchar” sus expectativas musicales a través de otras maneras de ver la realidad.
Expresó que su música pretende generar “colisiones” entre estas disciplinas como una forma de resistencia, misma que plantea una escucha profunda que “ofrezca una apertura al mundo”.
“Una forma de resistencia frente a lo que Nietzsche ya avizoraba en su tiempo, que era el desierto que se acerca, una especie de aplanamiento de nuestra inteligencia, de nuestras sensaciones”.
“En música es una resistencia frente a eso, intentando generar una escucha profunda, un mundo que escuche música que le ofrezca un mundo, que le ofrezca una apertura a un mundo”, puntualizó.
En tanto si la música tiene alguna responsabilidad para con el público de transmitir el contexto social, político y cultural que se vive, el autor refirió que “sí pensamos que la responsabilidad implica una respuesta, es indudable que la música tiene que darla”, y tiene, además, la responsabilidad de hacer nuevas preguntas.
“Es indudable que la música tiene que dar respuesta frente a una sociedad que se pregunta por un porvenir posible, se pregunta por el sentido de la vida, de lo humano, e incluso de lo inhumano que vivimos”.
“La música tiene que colocarse en ese lugar de crisis y creo que lo hace, y de una manera particularmente potente porque la música de alguna manera está referida a sí misma, se escapa de la lógica de la vista”.
Por otra parte, el autor opinó que las oportunidades laborales para los compositores no sólo mexicanos, sino para los compositores de otras partes del mundo, han cambiado mucho gracias a las formas de comunicación actual.
Dijo que México es un lugar muy propicio para la creación, pero consideró que la sociedad mexicana se encuentra en plena transformación, se encuentra en una búsqueda de porvenir y en ese sentido, el lugar del arte es privilegiado en nuestro país.
Afirmó que los jóvenes son muy abiertos a las nuevas manifestaciones del arte, y sólo es cuestión de hacer a un lado los prejuicios sobre que la música clásica es elitista. “La música toca lo más profundo de lo humano, y lo humano es de todos”, aseguró.
El compositor se encuentra en la actualidad trabajando en óperas, cantatas y composiciones para conciertos solistas, así como la preparación de un concierto de cámara para orquesta, al tiempo que se desempeña como académico en la Escuela Superior de Música del INBA y de la Facultad de Música de la UNAM.
Jorge Torres Sáenz extendió una invitación a todo el público para presenciar el estreno mundial de “Huésped de la Aurora”, el próximo sábado 13 de febrero y domingo 14 en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.
El concierto también contará con la interpretación de “El festín de los enanos” de José Rolón (1876-1945), y la “Sinfonía fantástica” de Héctor Berlioz (1803-1869), bajo la batuta del director huésped, el alemán Hansjorg Schellenberger (1948).
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