Sarkozy apuesta por oratoria para revertir escenario electoral

Con discursos relámpagos en tres ciudades, el presidente francés Nicolas Sarkozy mostró en su primera semana de campaña por la reelección que no ha perdido su poder de oratoria.
Mezclándose con el público en la norteña ciudad de Lille, los ojos de Sarkozy se ven cansados y él parece incómodo, como si pudiera sentir la hostilidad.
Sin embargo, el líder conservador apuesta a su legendaria oratoria en la campaña mientras se adentra en el enfrentamiento electoral con una fuerte desventaja en las encuestas y el mismo malestar por la débil economía que ha derribado a algunos líderes en Europa.
Sarkozy intenta alcanzar al candidato socialista Francois Hollande en los sondeos e intención de voto con su inagotable energía y nuevas ideas cada semana, pero podría verse en problemas en las calles.
Muchos votantes culpan al mandatario por tres años de presupuestos de ajustes económicos y del mayor desempleo de Francia en 12 años. Las familias en problemas esperan que Hollande proteja mejor sus beneficios de bienestar.
“Voté por Sarkozy la vez pasada pero ahora no sé. El prometió muchas cosas pero no ha hecho mucho”, dijo Fouzia, una mujer jubilada entre una multitud de personas en Lille.
“Estamos pagando muy caro por el euro. Estamos pagando demasiado sólo para vivir”, sostuvo la mujer de 62 años, agregando que la mayoría de sus ocho hijos está desempleado y los otros realizan labores menores.
Desde que entró formalmente el 15 de febrero a lo que se ha convertido en una carrera entre dos competidores, algunos sondeos indican que Sarkozy acortó la brecha a 1 ó 2 puntos por detrás de Hollande en la primera ronda del 22 de abril.
Sin embargo, el candidato socialista sigue 12 puntos adelante en los sondeos de la segunda vuelta que se realizará dos semanas después.
Inmerso en la adrenalina, Sarkozy apuesta a que puede aprovechar la misma determinación y potencia que mostró en la crisis de deuda de la zona euro y durante la Primavera Arabe para convencer a los votantes de que no debería ser reemplazado por un hombre que no posee su experiencia.
“Lo que les dije que pasaría está pasando”, dijo a periodistas en el tren a la vuelta de la actividad del jueves en Lille.
“Al público le faltaba un candidato. Ahora entró en la campaña. Las personas están hablando de un movimiento (en las encuestas), pero lo que yo veo es que (esto) se volteó. Estamos logrando que nuestras ideas lleguen”, declaró.
La extravagancia de Sarkozy irrita a muchos, pero en los auditorios repletos en Annecy, Marsella y Lille se escuchó al líder conservador tan poderoso como hace cinco años, cuando llegó al poder prometiendo sacar a Francia del estancamiento y volver al pleno empleo.
Los asesores de Sarkozy están convencidos de que una campaña feroz podría ser suficiente para cerrar la brecha en la primera ronda y alentar a los votantes de centro a apoyarlo en el balotaje, cambiando la ecuación electoral.
“Si él se muestra excepcional puede cambiar las cosas. Estamos luchando contra cuatro puntos porcentuales”, dijo a Reuters un antiguo asesor de Sarkozy.