Redacción. El diputado federal del Partido Acción Nacional (PAN), Santiago Torreblanca, lamentó que la mayoría de las iniciativas presentadas en la Cámara de Diputados estén mal redactadas, como por “niños de primaria, de los burros”.
El legislador también reconoció que gran parte de sus compañeros en San Lázaro votan dictámenes sin conocer a ciencia cierta su contenido, pues no tienen nociones sobre su contenido sino hasta que aparecen publicados en la Gaceta Parlamentaria, unas horas antes de ser discutidos en el Pleno.
Para remediar dichas anomalías, Torreblanca Engell presentó un par de iniciativas de reforma al Reglamento de la Cámara y la Ley Orgánica del Congreso, a fin de que una vez aprobados los dictámenes en comisiones, se hagan del conocimiento de los 500 diputados y diputadas, para que éstos tengan tiempo suficiente de leerlos.
Asimismo, propuso que al momento de presentar reservas, el promovente especifique claramente y de lectura al texto que propone cambiar, ello, a fin de impedir que ese recurso legislativo sea utilizado para fijar posicionamientos políticos, “cansar” a los presentes o hacer tiempo en la Tribuna.
De igual modo, solicitó crear una Comisión de Asuntos Político-Electorales, que atienda el sinfín de ajustes que constantemente se presentan en esa materia.
Al detallar cómo es que los congresistas procesan las iniciativas de reforma y los dictámenes respectivos, el legislador panista pidió a sus compañeros, en términos coloquiales, “no hacerse tontos” y reconocer que muchas de las comisiones de trabajo “no sirven para nada”.
Consideró que en San Lázaro hace falta una comisión de ese tipo, en tanto que esa normatividad es la que más reformas registra y cuando se presentan propuestas, suelen turnarse a comisiones cuya especialidad, no necesariamente es la electoral.
“Urge que esta Cámara de Diputados cuente con una Comisión de Asuntos Político-Electorales. Si ustedes ubican todas las legislaturas de los estados y los Congresos locales cuentan con una comisión de la materia. Aquí sorprendentemente no y la Mesa Directiva a veces lo turna a Gobernación, a veces a Comisiones Unidas de Gobernación con otra adicional, cuando tiene que ver con la Constitución, a Puntos Constitucionales, etcétera”, dijo.
“A ver, no nos hagamos tontos. Aquí hay varias comisiones que no sirven para nada, mejor queremos una que sí sirva para algo que nos interesa a todos los ciudadanos”, refrendó.
En cuanto a la redacción de los dictámenes, también se sinceró y confesó que ha votado asuntos en cartera sin saber de qué tratan. Explicó que ello no ocurre porque los congresistas sean “flojos” o no tengan interés, sino porque el marco jurídico de la Cámara no es propicio.
“Miren, no sé si les, si les ha pasado a ustedes, pero yo lo confieso, yo he votado aquí en las sesiones, dictámenes que no he leído. Lo confieso, y estoy seguro que el 100 por ciento de ustedes también lo han hecho y no porque sean flojos o desinteresados, sino porque el marco jurídico no permite conocer los dictámenes bien”, argumentó.
“Actualmente conocemos los dictámenes por la Gaceta Parlamentaria en la noche anterior de la sesión. Perdón, o no dormiríamos en lo absoluto para estudiarlos a fondo y poder presentar las reservas, o tenemos que confiar en lo que nuestros compañeros diputados de nuestros grupos parlamentarios que integran las comisiones de las cuales emanó el dictamen, nos cuentan. Pero ojo, el diablo está en los detalles”, narró.
Lo anterior, al aceptar que en muchas de las discusiones, el sentido del voto se sustenta principalmente en la “confianza” se otorga a los compañeros de bancada que forman parte de las comisiones dictaminadoras.
Sin embargo, abundó, si los diputados se detuvieran a analizar a detalle el contenido de los dictámenes, se darían cuenta de que muchos de ellos, incluso las minutas del Senado, tienen una pésima redacción, como “de niño de primaria, de los burros”.
“Simplemente como anécdota: en la Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, en la última o penúltima sesión estábamos votando una minuta del Senado en la cual se creaba una Unidad Técnica de Igualdad de Género. Si uno le platica la iniciativa suena maravillosa, sin embargo cuando uno analizaba la redacción parecía hecha por un niño de primaria, de los burros. Ahí la importancia que contemos con el tiempo necesario para conocer los dictámenes que vamos a votar”, planteó.
Finalmente, el congresista pidió ajustar la norma interna en el Congreso, para que al momento de presentar reservas, los legisladores no utilicen el tiempo en Tribuna para hacer “cansado” el proceso, a sabiendas de que las propuestas de cambio no avanzarán, a menos de que cuenten con el consenso de las principales fuerzas parlamentarias.
Recordó que en la discusión del presupuesto 2016, la cual se alargó por horas enteras, muchos legisladores hicieron uso de la palabra con el pretexto de las reservas, pero en realidad buscaban fijar posicionamientos políticos y aplicar “tácticas dilatorias” para ejercer presión y “cansar” a la audiencia.
“Por lo cual, estoy proponiendo que necesariamente se tenga que dar lectura a la reserva que se va a subir para evitar este tipo de prácticas”, externó.
“Hay que evitar abusos de diputados irresponsables, que creen que esta Tribuna es únicamente para hacer pronunciamientos que no tienen que ver con el tema y hay que profesionalizar la labor de este órgano legislativo. Creo que si nos esmeramos puede ser uno de los mejores del mundo”, refrendó.
(Con información de MVS).
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