Notimex. El cantautor estadunidense Bob Dylan, uno de los referentes más importantes de la música popular, considerado el poeta del rock, blues y folk, celebró este martes su cumpleaños 75, y lo hizoe con el reciente lanzamiento del álbum “Fallen angels”.
La producción discográfica salió a la venta el 20 de mayo y recupera clásicos del jazz compuestos en las primeras décadas del Siglo XX, es el disco 37 de su carrera, y “Melancholy mood” y “All the way” son los sencillos que se desprenden de dicho material.
Por otra parte, el músico prepara el espectáculo “Desert trip”, un megaconcierto que se anunció el pasado 3 de mayo y en el que también participaran Paul McCartney, The Rolling Stones, The Who, Neil Young y Roger Waters.
El show se efectuará en octubre próximo en Indio, California, y ha sido calificado como el más grande concierto con leyendas vivientes del rock.
El galardonado cantautor continúa inmerso en su gira “Never Ending Tour”, por Estados Unidos; el 4 de junio se presentará en Washington y después estará en Oregon, California, Ohio, Nueva York, entre otras.
Robert Allen Zimmerman, su nombre real, una de las grandes figuras de la música popular de Estados Unidos, cantante y poeta que se ubica entre los más influyentes y prolíficos del Siglo XX, nació el 24 de mayo de 1941, en Duluth, Minnesota, donde vivió hasta 1947, cuando su familia emigró a un pequeño pueblo llamado Hibbing.
Ahí comenzó a leer poemas, a tocar el piano y la guitarra, inspirado por Elvis Presley, Jerry Lee Lewis y otras figuras del rock.
Posteriormente, el también músico formó su propia banda y acompañado de su guitarra y armónica inició su carrera en centros nocturnos como Ten O’Clock Scholar Coffe. En esa época adoptó el nombre de Bob Dylan, en honor al poeta Dylan Thomas.
Por esa época abandonó la universidad y viajó a Nueva York con dos ideas fundamentales en su mente: la primera, tocar en algún lugar dedicado al folk, en el Greenwich Village, y la segunda, conocer a Woody Guthrie, quien estaba hospitalizado en Nueva Jersey.
En el otoño de 1961, Dylan empezó a transformarse en una leyenda, cuando un crítico del “The New York Times” publicó una nota sobre uno de sus espectáculos en el Gerde’s Folk City.
Un mes después, John Hammond, ejecutivo de Columbia Records, firmó un contrato con Dylan para la grabación de los temas que conformarían su disco debut, el cual fue editado a comienzos de 1962 y sirvió para descubrir a un nuevo cantautor de 21 años de edad.
Al promisorio primer disco de Dylan le siguió “The free wheelin”, con los temas que se transformaron luego en el símbolo de los años 60 y 70, como “Blowin in the wind” y “A hard rain’s a-gonna fall”, además de baladas como “Girls from de north country” y “Don´t think twice, it’s all right”.
En esta misma placa, Dylan encabezó movimientos de protesta, y como muestra de este impulso, compuso “Restless farewell”.
El próximo álbum del músico, sugerentemente titulado “Another side of Bob Dylan”, fue de características introspectivas y marcó el punto final de una era de folk del músico con “It ain’t me babe” y el inicio de una nueva etapa.
Otro de los temas reveladores de este disco fue “Ballad in plain D”, en el que muestra en una fotografía la ruptura con su pareja Suze Rotolo. Poco tiempo después, Dylan se vio envuelto en el mundo de la megadiva del folk estadunidense, Joan Báez.
En 1965 ingresó a los estudios para grabar “Bringing it all back home”, un álbum entre eléctrico y acústico, que revela una imagen más compleja del artista.
Al eclipsar la fama de Báez, la relación se resquebrajó y Dylan empezó a frecuentar a Sara Lowdes, con quien se casó a finales de ese mismo año, durante el cual grabó y editó el álbum “Highway 61 revisted”, que incluye su monumental sencillo “Like a rolling stone”.
A este disco le siguió “Blode on blode” y en breve tiempo fue la voz más importante de su generación, con sólo 25 años.
Sin embargo, un accidente en motocicleta, ocurrido el 29 de julio de 1966, obligó al artista a permanecer una larga temporada en casa junto a Sara y sus hijos, tiempo que aprovechó para revalorar su carrera y sus prioridades.
Sus siguientes producciones discográficas también fueron exitosas: “John wesley harding”, considerada un punto de reacción a la música beatle y a su técnica que alcanzó los primeros lugares en Estados Unidos; así como el country “Nashville skyline”, que superó las expectativas de sus seguidores.
No obstante, a esta época de triunfos le siguió un rotundo fracaso con “Salf portrait”, un álbum doble editado en 1970. Esto, aunado a que la tan esperada edición de su libro de poemas “Tarántula” (1971), no sirvió para rehabilitar su reputación entre los hippies.
Para entonces, su participación en el Concert for Bangladesh, organizado por George Harrison, representó su primera aparición en vivo en un escenario estadunidense desde el accidente, cinco años atrás, y fue también su primera actuación solista desde 1966.
En ese tiempo, Dylan aceptó participar con Sam Peckinpac en la banda sonora de la película “Pat Garret and Billy the kid”, filmada en México, y “Knockin’on heaven’s door” se convirtió en el tema de la historia de rock and roll con más versiones por los distintos grupos a través de los últimos 30 años.
En 1973 regresó con éxito a las giras de las que se desprendió el álbum doble “Before de flood”, que le devolvió la creatividad. Separado ya de Sara, lanzó “Blood on the tracks”, que es una placa de profunda expresión de amor.
A los 37 años, cuando parecía que Dylan había llegado al final de una etapa, se convirtió al cristianismo y la primera producción de lo que él llamó su renacimiento fue “Slow train coming”.
El disco fue un éxito comercial y llegó a los primeros puestos de las listas de popularidad con el tema “Gotta serve somebody”.
De hecho, le valió su primer premio Grammy en el rubro de Mejor Cantante Masculino de Rock. En los 80 editó “Infields” y “Empire burlesque”, entre otros trabajos; y en los 90 “Under the red sky”, al que siguieron dos producciones dedicadas a “covers” de folk y blues tradicional.
A comienzos de 1997 un nuevo renacimiento se presentó en la vida artística de Dylan. Daniel Lanois produjo el material que Bob tenía acumulado en su casa de Minnesota, para dar como resultado el álbum “Time out of mind”.
Este fue el primer Disco de Oro de Dylan en esa década, triunfo que se truncó cuando en medio de una gira fue hospitalizado por una grave infección, la cual podría haber sido fatal y afectar al corazón; sin embargo, se recuperó unos meses después.
En septiembre de ese año, cuando la gira tocó puntos de Italia, entre ellos Roma, Dylan aprovechó la oportunidad para hacerle una visita al Papa Juan Pablo II, la cual tuvo una enorme repercusión en todos los medios del mundo.
De regreso a su país fue galardonado en el Kennedy Center como uno de los cinco grandes artistas de la música popular estadunidense llamada country.
Su rebeldía, salvajismo y dulzura son sinónimo de una era de cambios y búsqueda de muchos que en los 70 eran jóvenes hippies.
Dylan ingresó a una la galería de clásicos, donde su nombre artístico se escribió con letras mayúsculas dentro del universo del rock, y donde uno de sus éxitos memorables fue “Blowin in the wind”.
En junio de 2007 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes por ser un mito viviente de la historia de la música popular y faro de una generación con el sueño de cambiar el mundo.
Considerado uno de los compositores de rock más prolíficos e influyentes del Siglo XX, el documental que en 1965 fue rodado por D.A. Pennebaker, a partir de una gira que Dylan hizo por Reino Unido, significó un récord de ventas en ese país.
A 40 años de su estreno, “Don’t look back” logró colocarse como número dos en la lista de DVD más solicitados en España. Lo anterior, mediante el lanzamiento especial de dos discos que incluyen la cinta original remasterizada, así como abundante material inédito.
El músico estadunidense, quien ha vendido más de 110 millones de discos y ha realizado presentaciones en todo el mundo, inició una gira en 2008 en Pamplona, España, durante la primera edición del festival “Rock en el Reyno”.
En 2009 fue subastado el poema “Little buddy”, escrito por Dylan cuando era adolescente y firmado como Bobby Zimmerman. Se cree que fue redactado en 1957 cuando el compositor tenía 16 años, antes del traslado del artista a Nueva York y de su ascenso a la fama como cantante folklórico y leyenda del rock.
Al mismo tiempo, su legado musical se incluyó en la nueva edición del videojuego “Guitar Hero 5”, y fue premiado con un galardón especial del Premio Pulitzer, por su “profundo impacto en la música popular y en la cultura estadunidense”.
En agosto de 2010, la revista Variety informó que Sony Legacy publicaría el 19 de octubre de este mismo año una box set titulada “Bob Dylan: The original mono recordings”, que incluye los primeros ocho álbumes de Dylan, desde “Bob Dylan” (1962) a “John Wesley harding” (1967), publicados por primera vez en CD con su sonido monoaural original.
En 2011 realizó su denominada “Gira interminable” y como objeto de diversos tributos, presentándose en 100 shows anuales, dentro de la cual también se dio tiempo para escribir, por lo que una editorial de Estados Unidos tiene previsto editar seis obras del artista estadunidense, de las que no se han adelantado detalles.
Ese mismo año, el icono de la generación de Woodstock fue reconocido en festivales de California y España, además, formó parte de una exposición fotográfica en Nueva York y otra muestra en la Galería Nacional de Dinamarca.
El 12 de mayo de 2012, Dylan terminó en México su tour que incluyó 16 fechas, en las que se presentó en Brasil, Argentina, Chile y Costa Rica.
A partir del 30 de junio de 2013 comenzó sus presentaciones por Europa; inició en Inglaterra y prosiguió en Alemania, Austria, Suiza, España, Italia y finalmente en Francia, el 22 de julio.
En 2014 se le rindió homenaje en Valencia, España, con el “Dylan day tribute”, en el que participaron agrupaciones locales. El mismo año ofreció una gira que abarcó los escenarios de Irlanda, Grecia, Austria, Alemania, República Checa, Dinamarca, Noruega y Finlandia.
Para 2015 lanzó el disco “Shadows in the night” que incluyó 10 canciones de Frank Sinatra.
Además, fue homenajeado por la Asociación de Amigos de la Biblioteca Internacional de Formentera con “Bob Dylan Fest 2015, Formentera” y participó en el Festival Summer in the Zity, el cual se realizó en Zaragoza, España, y él fue el encargado de clausurarlo.
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