Óperas primas: Un reconocimiento a nuevos talentos del cine

Written by Redacción. Posted in Minuto a Minuto, Sociales

Published on julio 04, 2016 with No Comments

Henner Hofmann CCCNotimex. Cineastas como Busi Cortés, Carlos Carrera, Emilio Portes, Jorge Michel Grau, David Pablos, Tatiana Huezo y Natalia Bruschtein han cultivado una exitosa trayectoria no sólo en México sino también en el extranjero a partir de su debut cinematográfico, el cual realizaron gracias al apoyo de su alma máter: El Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).

Y es que el CCC, en conjunto con el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), le brinda la oportunidad a sus egresados de filmar su primera película a través de una convocatoria llamada Óperas primas, que inauguró Busi Cortés en 1988 con El secreto de Romelia.

Se trata de una adaptación realizada por ella del cuento de Rosario Catellanos El viudo Román, cinta que recibe el Ariel y la Diosa de Plata por mejor Ópera Prima, el premio Piterre en el Festival de San Juan y el premio ACE (Asociación de Crónistas del Espectáculo) de Nueva York en 1989.

Así como Busi Cortés, otros cineastas tuvieron la oportunidad de rodar su primer largometraje de ficción de manera profesional mediante “Óperas primas” y darse a conocer en el extranjero.

Tal es el caso de Carlos Carrera con La mujer de Benjamín; Ignacio Ortiz, con La orilla de la tierra; Emilio Portes, conConozca la cabeza de Juan Pérez; Jorge Michel Grau, con Somos lo que hay, y recientemente David Pablos con La vida después.

De acuerdo con Carrera, esta oportunidad se dio justo al concluir sus estudios en el CCC y lo concibe como una suerte enorme, porque le permitió observar que no era tan difícil como él imaginaba hacer cine.

En entrevista con Notimex, celebró que haya tenido esta oportunidad y expresó sentirse afortunado y agradecido con el Centro de Capacitación Cinematográfica, que este mes celebra su 41 aniversario.

“Antes de La mujer de Benjamín ya había trabajado en otros puestos de producción; sin embargo, su rodaje y buena recepción es lo que me ha permitido seguir haciendo películas hasta el día de hoy”, expresó Carrera, quien próximamente dirigirá un largometraje de ficción.

Sobre su debut, el cineasta, ganador de varios premios Ariel y una Palma de Oro, recordó que previo a la filmación sostuvo con su elenco ensayos prolongados y muy a la manera del teatro, pues él tuvo como maestro a Ludwik Margules.

“Lo montamos primero a manera de teatro porque tenía poco tiempo para hacerlo frente a las cámaras, incluso para que saliera bien y pronto lo planeamos como “storyboard”, refirió.

Aunque reconoce que a diferencia de aquel entonces ya no siente los mismos nervios, dijo que a la distancia aún sigue teniendo la presión del tiempo de la producción.

“La verdad más que nervios ahora es un gozo enorme entrar a rodaje, pero lo importante es también valorar la primera vez que lo hiciste”, mencionó.

Para la actriz Arcelia Ramírez, protagonista de La mujer de Benjamín, filme en el que también debutaba en el cine, trabajar con Carrera fue intenso desde un principio, pues tuvieron un exhaustivo ensayo para desmenuzar el guión, “una cosa muy estructurada como en el teatro”.

Señaló que en su calidad de artista y animador, Carrera se dio a la tarea de hacer un “storyboard” del filme y siempre, pese a ser un joven debutante, mostró que tenía todo muy claro. “Hicimos muchos ensayos, cinco horas diarias en las mañanas por un mes”, anotó.

Destacó que su profesionalismo tanto a ella como a sus compañeros de elenco, Eduardo López Rojas, Malena Doria y Eduardo Palomo, entre otros, nos daba mucha confianza y daba pie a que fluyera el rodaje y salieran actuaciones de manera espontánea.

“Desde entonces he creído que el buen trabajo en equipo da resultados increíbles y acota el esfuerzo”, apuntó.

La cinta obtuvo varios premios en México y el extranjero, entre ellos el Fipresci, el del Jurado y el de la Crítica a Mejor película y Mejor Ópera Prima del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, España, así como el Premio del Jurado a Mejor Película en el Festival Internacional de Cinema Giovanni, Turín, Italia.

A 41 años de la fundación del CCC, su director Henner Hofmann asegura que el instituto que representa, gracias a sus alumnos, siguen teniendo una presencia importante en el cine nacional e internacional.

“Somos una escuela en la que los estudiantes salen con conocimientos profundos y serios, fruto del esfuerzo académico, de los maestros quienes son fundamentales. Tenemos la suerte de tener a cineastas de todos los rangos como Jorge Fons y Felipe Cazals, estamos hablando de cineastas reconocidos internacionalmente”, indicó.

El cinefotográfo sostuvo que la formación de los alumnos en el CCC es directa y que la calidad del cine que hacen es lo que ha hecho que sus filmaciones triunfen en festivales.

Expuso que el programa Óperas primas ha sido fundamental y que la idea viene de los cineastas Gustavo Montiel y Eduardo Maldonado, quienes buscaron que a través de este fuera el debut del director y el fotógrafo, “aunque a veces también son el productor y el guionista quienes hacen por primera vez su trabajo profesional”.

“Es un asunto para egresados y tiene como ventajas académicas y financieras que todos los puestos de asistente de cámaras, asistentes de dirección y producción, incluso sonidistas y micrófonistas los hacen los alumnos, toda una generación es la que participa en el proceso de realización, lo que hace que los chicos tengan una práctica profesional”, mencionó.

Y es que dijo que “a partir de ese momento su segunda película ya será una acción de profesionales, ya tendrá experiencia, contacto con el público, lo habrán visto productores. A todos les abre un camino”.

Celebró que actualmente sus egresados están trabajando en su campo.

“Tenemos una colocación enorme de alumnos, del 94 por ciento en todos los quehaceres cinematográficos”, enfatizó.

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