Redacción. Entrevista. “Tengo el pendiente de escribir sobre el secuestro de los bienes, cómo quedaron y quiénes se quedaron con los bienes de Nellie, todo está documentado con entrevistas… Es de justicia histórica que se sepa quiénes usufructuaron y quiénes están usufructuando esos bienes”, dice Juan Bautista
¿En dónde están los bienes personales de la escritora Nellie Campobello (1900-1986), bienes como telones hechos por Orozco, los borradores de sus novelas o las bitácoras militares sobre las luchas de Francisco Villa? Es una pregunta que las autoridades del país deben responder, expresa Juan Bautista Aguilar, prologuista del libro Nellie Campobello. Obra reunida y quien documentó el proceso judicial sobre el secuestro que vivió la ex directora de la Escuela Nacional de Danza del INBA, proceso legal que aún no concluye.
“Tengo el pendiente de escribir sobre el secuestro de los bienes, cómo quedaron y quiénes se quedaron con los bienes de Nellie, todo está documentado con entrevistas, por ejemplo, con los dos personajes acusados del secuestro después de que salieron de prisión. Es de justicia histórica que se sepa quiénes usufructuaron y quiénes están usufructuando esos bienes”, comenta Juan Bautista a propósito de la reedición del libro editado por el FCE.
¿Dónde están parte de sus obras? es una pregunta que el prologuista tratará de responder con la publicación de un trabajo periodístico, en donde no sólo narrará el relato judicial porque —comenta—, actualmente hay un litigio sobre los bienes, ya que el sobrino de la escritora y coreógrafa demandó la reposición de los bienes.
“Se debe saber para que no se vuelva a repetir (un caso así), tanto daño que se le hace a las personas que en la última parte de su vida se ven indefensas. Por ejemplo, los 17 telones que están en el Cencropam, ni la autoridad hace algo, no se reconstruyen, ni se entregan porque están en litigio. Creo que deberían rescatarse, exhibirse o reconstruirse y montar un espacio delicado, porque son telones que hizo Orozco y Mérida para el Ballet de la Ciudad de México”, expresa.
En febrero de 1998, a través de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), se dio la noticia de que los restos de Nellie Campobello yacían en Progreso de Obregón, Hidalgo, después de que la autora no llegara a un homenaje que le rendiría Bellas Artes. A partir de ese momento se interpusieron denuncias ante la CDHDF, hasta que la procuraduría local determinó que Nellie había muerto desde 1986 y que vivió en secuestro durante los últimos años de su vida.
LA OBRA. Juan Bautista Aguilar comenta que después de enterarse y realizar la cobertura periodística sobre la muerte de Campobello, inició la lectura de la obra y de todos los estudios sobre la escritora y bailarina mexicana, de ahí que prologara el libro editado por el FCE.
El libro reúne el poemario Francisca, Yo! Versos, 54 versos sobre la vida cotidiana durante la Revolución Mexicana y sobre la figura de la mujer, estos poemas se publicaron en 1929 con una portada hecha por el Dr. Atl. La edición del FCE también incluye Cartucho (1931), relatos sobre el movimiento armado; Las manos de mamá (1937), novela que se centra en la figura de la madre desde la mirada de una niña; Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1940) construida a partir de documentos que la esposa de Villa le entregó a Nellie.
La reedición también incluye Tres poemas (1960) y el prólogo a Mis libros (1960). “El caso Nellie Campobello, desde la parte literaria aún tiene mucho por analizar. Por ejemplo, la vinculación entre coreografías y literatura, o estudiar su libro Ritmos indígenas de México que escribió cuando fue contratada por Vasconcelos para las misiones culturales, en ese entonces recuperó las danzas indígenas que luego trató de llevarlas a la parte clásica”, señala Juan Bautista Aguilar.
—¿Hizo alguna modificación al prólogo en esta reedición?
—El prólogo tuvo una reescritura y podemos decir que también una reinterpretación porque Nellie es como los diamantes: los miras a primera vista ya muy pulidos, pero cuando lo haces por segunda ocasión, observas otros ángulos, otros colores y matices.
Para el prologuista, Campobello fue una bailarina en medio del desierto, su bandera fue Francisco Villa, su territorio fue todo México, su amor fue la figura de la mamá y su ideal fue la familia. “Ella en principio no se propuso ser escritora, se propuso tener una vida más cercana a la danza. Hizo grandes coreografías, fue la directora Escuela Nacional de Danza del INBA, además ya traía en el ADN el sello del magisterio que se reflejó con su participación en las misiones culturales de Vasconcelos”
—¿Cuáles fueron las aportaciones literarias de Campobello?
—Quien lea Cartucho, obra ícono de Nellie, encontrará crónica, poesía y al mismo tiempo, relatos memoriosos porque escribió esta obra cuando tenía cerca de 30 años y es ahí donde existe una disertación entre los críticos de cómo llegó a esa fórmula y cómo se atrevió a publicarla en ese momento, cuando Villa no era bien visto.
“Cartucho son relatos y no cuentos, tiene elementos periodísticos, noticiosos, reales, concisos, maneja de forma magistral los tiempos y rescata algo que es muy importante y que Margo Glantz lo ha comentado: Campobello capturó el momento de las cosas, midió bien cada renglón y rescató la tradición oral del pueblo”.
—¿Por qué en toda la literatura de Nellie está presente la figura de la mujer?
—En mi interpretación, la mamá que Nellie retrata es la madre tierra, la patria, el cobijo, el Sol, la Luna, es no estar al desamparo, estar entre la falda, el calor y los brazos de la mamá. Convierte a su personaje (en Las manos de mamá) en la mamá de todos. Sentimientos únicos que también logra al escribir la novela desde los ojos de una niña en pleno desarrollo revolucionario.
(Con información de La Crónica)
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