Redacción. Desapareció en mayo de 2011 y fue encontrada por las autoridades cuatro meses después, muerta; su cuerpo fue enviado a la fosa común en el Panteón de Palo Verde, en la capital veracruzana. Era Gemma Mávil, y a su padre, don Pedro, nunca le informaron, cinco años después se enteró por sus propios medios. Entonces pensó que su búsqueda había terminado, que por fin podría darle paz a su hija y buscar, con lo que le resta de vida, resignación; no obstante, halló un nuevo calvario: el cuerpo de su hija no aparece por ningún lado.
“La muerte no debe ser de esta manera”, dice. Donde se supone que la Fiscalía General del Estado decía que fue inhumada, no estaba, y donde tenía que estar un cuerpo, hallaron cinco; se abrió una segunda fosa y una tercera, y Gemma sigue sin aparecer; lo que desenterraron fue, una vez más el horror de los desaparecidos: el desorden, la impunidad, el silencio y la descalificación.
En una fosa común de Xalapa podría haber más de 500 cuerpos, ahí podrían estar muchos familiares desaparecidos. “Después de tantos años de cargar con una pena tan grande y dolorosa y profunda aumentan más… se abre más la herida”, cuenta don Pedro.
Tanto la ex procuraduría de justicia como la Fiscalía de Luis Ángel Bravo “han incurrido en una constante violación a los derechos en el trato de los cuerpos que levantan en calidad de no identificados y son llevados a la fosa común, les dan un trato no digno, “ya no hay respeto ni a la vida, ni a la muerte”.
Como todos los integrantes de colectivos, don Pedro se convirtió en un detective ciudadano tratando de encontrar a su única hija, y en esta labor, dice, el Ministerio Público sólo es su ayudante. “Es difícil aceptar esa dura realidad, pero le pedimos al Todopoderoso que nos dé la fortaleza para darle cristiana sepultura”.
A don Pedro lo apoya el Instituto Mexicano de Antropología Forense y pidió a la fiscalía designar peritos independientes para que, el día que encuentren el cuerpo de Gemma, tener la certeza de que es ella, porque “ha habido casos lamentables de mis demás compañeros en donde les han entregado cuerpos que no corresponden a sus familiares”.
Además, ya pidió a la Cruz Roja Internacional que se haga cargo del resguardo de los cuerpos, así como la supervisión de que los trabajos se hagan de manera científica y ordenada. Esto debido al trato que se da a los cuerpos que levantan en calidad de no identificados y que son llevados a la fosa común, “sin ningún protocolo de inhumación porque si fuera así, no debería estar sucediendo lo que estoy viviendo y lo que mi familia está pasando”.
Don Pedro contradice al fiscal Luis Ángel Bravo, quien afirma que el problema es un asunto de los panteoneros, de orden administrativo del camposanto, y que el “traslado ilegal” lo hizo personal de la extinta procuraduría de justicia: afirma que hay cuerpos de menos de un año que fueron inhumados ilegalmente.
“Lo digo y lo sustento: en la tercera exhumación se encontró un cuerpo que según los antropólogos forenses tenía menos de un año que se había inhumado, inclusive no se soportaba el olor que despiden cuando se inhuman los cuerpos con ese tiempo de descomposición”. No se puede tapar el sol con un dedo y la verdad tarde o temprano sale a la luz, dice, y reitera que es una realidad que hubo inhumaciones ilegales.
Todo está mal, no hay perfiles genéticos, no hay bases de datos, no hay carpetas de investigación, como corresponde legalmente hacer cuando ingresa un cuerpo a la fosa común en calidad de desconocido, dice. El perfil genético de su hija lo subieron hasta este año, cuando ella falleció en 2011.
El contador tiene el rostro quebrado por el dolor, su voz parece que en cualquier momento se irá, se nota el cansancio de años de desesperada búsqueda, y aún le espera arduo trabajando en la exhumación de las 192 fosas.
Desde el primer día que fue avisado de la desaparición de Gemma ha sido un calvario para él, para su esposa y su familia. “Nos desgraciaron por completo toda la vida… este viacrucis va a ser difícil que lo superemos, nos lo vamos a llevar a la tumba, esto es irreparable, difícil que algo te conforte la pérdida de mi única hija, era toda una profesional, inteligente, que se dedicada exclusivamente a sus actividades, ella no tuvo novio ni siquiera ni visitaba antros, era una hija de familia con buenos principios, de la escuela a su casa y lamentablemente fue secuestrada por el motivo y razón de que estaba buscando trabajado, desde el 3 de mayo de 2011 la llamaron con el pretexto de que se le iba a dar trabajo, ya era un plan malévolo de estas personas”, concluye.
(Con información de Quadratín)
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