Notimex. El Museo Regional de Querétaro exhibe la muestra “Milpa, pueblos de maíz”, integrada por piezas arqueológicas, contemporáneas y fósiles de semillas prehispánicas, que reconocen su importancia como patrimonio biocultural.
La muestra, que forma parte de las actividades por el 80 aniversario del museo queretano, busca también advertir sobre la existencia de diversas amenazas que atentan contra la biodiversidad que representa la milpa y las múltiples razas de maíz mexicano.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) detalló que está integrada por unos 50 fósiles de semillas de maíz, calabaza, aguacate, algodón y amaranto, de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, encontradas en las cuevas de Coxcatlán en Tehuacán, Puebla, y de Guila Naquitz, Oaxaca.
Además de 23 objetos arqueológicos de diversos recintos vinculados con el Instituto, entre ellos, cuatro esculturas de deidades relacionadas con el maíz, obras plásticas como un árbol de la vida y un cuadro elaborado con semillas, así como dos carteles del pintor oaxaqueño Francisco Toledo.
Diego Prieto, secretario técnico y encargado de despacho en el INAH, recordó que la milpa es parte de la historia de México desde hace nueve mil años, cuando los grupos que habitaban lo que hoy es América Central empezaron a domesticar y diversificar plantas que dieron lugar al maíz, y junto con éste a la triada que complementan el frijol y la calabaza.
Además, recordó que de tiempos prehispánicos a la fecha los mexicanos han producido más de 100 razas diferentes de maíz, aunado a un sistema agrícola que funciona, lo mismo en las llanuras costeras como en el semidesierto.
A través de la milpa, México aporta al menos 15 por ciento de los productos (vegetales y semillas) que alimentan al mundo entero.
Un valioso patrimonio biocultural que no es sólo el maíz, aunque éste sea su centro articulador.
Por su parte, Rodolfo Rodríguez Castañeda, director del Museo Nacional de Culturas Populares, recinto que colaboró en la muestra, resaltó que la milpa tiene un papel central en la cosmovisión de los pueblos indígenas y campesinos.
Ello debido a que reproduce la vida al reunir recursos naturales, espacios, personajes y ciclos vitales para las comunidades en un acto que incluye significados y valores culturales.
Luis Felipe Crespo, curador de la muestra, recordó que el maíz es una semilla cuya planta fue domesticada en Mesoamérica, que no se presenta de manera natural como el resto de los cereales, sino que es producto de su transformación genética por parte del ser humano.
La exhibición podrá ser visitada hasta enero de 2017 y da inicio a un año de jornadas sobre las culturas milperas, el cual es organizado por el INAH y la Dirección General de Culturas Populares para abordar temas relativos a la importancia del maíz como sustancia, símbolo primigenio y destino del pueblo mexicano.
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