Notimex. Autor de célebres puestas en escena, entre ellas, “La silueta de humo” y “Miramar”, el dramaturgo mexicano Julio Jiménez Rueda, quien nació el 10 de abril de 1896, ha trascendido las fronteras del tiempo y el espacio, perdurando en la historia de este país e inmortalizando con su nombre un teatro, ubicado en esta ciudad.
Desde su inauguración en 1965, el Teatro Julio Jiménez Rueda da cabida a espectáculos de teatro, ópera, danza, música, variedades, espectáculos infantiles, conferencias y asambleas.
Asimismo ha sido sede del Programa de Teatro Escolar, del Festival de México en el Centro Histórico, del Festival Internacional Cervantino y del Encuentro Nacional de los Amantes del Teatro.
Desde el pasado 5 de abril, la pieza escénica “Una vez más por favor”, original de Michele Tremblay, inició temporada en este recinto, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro (CNT) y la dirección del maestro Mario Espinosa.
Nacido en la Ciudad de México, Jiménez Rueda cursó estudios superiores de leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde una vez licenciado en Derecho, obtuvo también el grado de doctor en Filosofía y Letras, según da cuenta el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
En un material de consulta sobre este connotado escritor, se dice que participó de forma activa en la vida pública y administrativa de su nación, a la que representó como secretario de embajada en las delegaciones diplomáticas de México en Montevideo (1920) y Buenos Aires (1921-1922).
A su regreso a México, ocupó los cargos de director del Archivo General de la Nación y de presidente del Centro Mexicano de Escritores.
Asimismo, fungió como director de la Escuela de Arte Teatral de la Universidad Nacional (1918), donde llegó a estrenar dos piezas dramáticas y cinco años después promovió la creación del Teatro Municipal.
Fue también director de varias instituciones docentes y dirigió también el Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la cual fue Secretario General, de 1932 a 1933, asegura un apartado de Ediciones del Centenario de la Academia Mexicana.
Por su gran trayectoria fue nombrado en 1935 Miembro Correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua y en 1950 individuo de Número.
En el ámbito literario, Jiménez Rueda publicó una vasta producción de ensayos, obras históricas y narraciones, entre las que destaca, “Cuentos y diálogos” (1918), “Moisn. Historia de judaizantes e inquisidores” (1924); “La desventura del Conde Kadski” (1935) y “Vidas reales que parecen imaginarias”.
Además de “Resúmenes de literatura mexicana” (1928), “Juan Ruiz de Alarcón” (1934), “Don Pedro Moya de Contreras, primer inquisidor de México” (1944) y “Herejías y supersticiones de la Nueva España” (1946).
De igual manera destaca su estudio sobre la “Literatura mexicana del siglo XIX”, donde Rueda analiza el neoclasismo, el romanticismo, la novela de costumbres y el modernismo.
Sin la oportunidad de presenciar la asignación de su nombre a un teatro, Jiménez Rueda falleció en la Ciudad de México el 25 de junio de 1960.
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