Fue Garcilaso de la Vega, el Inca, el primer mestizo peruano

Notimex. En busca de solvencia histórica y legitimidad cultural transcurrió la vida y obra del escritor peruano Garcilaso de la Vega, el Inca, el primer mestizo peruano, quien es recordado hoy como uno de los más connotados escritores y cronistas del país andino.
Nacido el 12 de abril de 1539, Garcilaso de la Vega, el Inca, cuyo nombre de bautizo fue Gómez Suárez de Figueroa, nació en Cusco, Perú. Proveniente de una familia noble, fue hijo del conquistador español Sebastián Garcilaso de la Vega, y de la princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del inca Túpac Yupanqui.
Según información del sitio “biografiasyvidas.com”, en sus primeros años, el escritor peruano se crió cerca de su madre y parientes maternos, quienes le enseñaron el quechua y le hicieron conocer toda la grandeza del Imperio inca.
Sin embargo, dada su posición privilegiada recibió una educación de calidad al lado de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegítimos como él.
Con 21 años, el joven cronista viajó a España, donde siguió la carrera militar, en este periodo obtuvo el grado de capitán, participó en la represión de los moriscos de Granada, y combatió en Italia, donde conoció al filósofo neoplatónico León Hebreo.
Una biografía difundida por “www.librosperuanos.com” señala que en 1557, el joven escritor sufrió cuando su padre contrajo matrimonio con la dama española Luisa Martel de los Ríos y su madre se vio obligada a abandonar la casona donde habitaba.
Años más tarde, en 1590, probablemente por el trato que recibió como mestizo, abandonó el ejército y comenzó a frecuentar los círculos humanísticos de Sevilla, Montilla y Córdoba, y se dedicó al estudio de la historia y la lectura de los poetas clásicos y renacentistas.
De esas revisiones literarias nació la traducción del italiano al español que hizo de “Diálogos de amor”, de León Hebreo y que se dio a conocer en Madrid el mismo año de su retiro.
El sitio en Internet “www.biografias.es”, refiere que en 1591 el escritor viajó a Córdoba, España, donde se le relacionó con algunos doctores, como el jesuita Juan de Pineda, quien le instó a preparar un comentario piadoso de las “Lamentaciones de Job”.
En 1605 publicó en Lisboa su libro “La Florida”, obra que contiene la crónica de la expedición, la cual formó de acuerdo con los relatos que recogió durante años, y defiende la legitimidad de imponer en aquellos territorios la soberanía española para someterlos a la jurisdicción cristiana.
Cuatro años más tarde, en 1609, escribió su famoso libro “Comentarios reales de los Incas”, considerada su obra maestra y punto de partida de la literatura latinoamericana, ya que está basado en las historias que escuchó de niño de sus padres y familiares incas.
A los 77 años de edad, el Inca, Garcilaso de la Vega murió el 23 de abril de 1616 y fue enterrado en la Capilla de las Ánimas en la Catedral de Córdoba, propiedad que había comprado en 1612.
El 25 de noviembre de 1978 el rey Juan Carlos I de España hizo entrega de una arqueta con parte de sus cenizas que reposan actualmente en la Catedral del Cusco.