Escultura del Cristo Roto, emblema turístico y religioso de Aguascalientes

Notimex.- Él es el reflejo de los oprimidos y los olvidados. Con su mirada compasiva, el Cristo Roto de Aguascalientes observa desde las alturas el vaivén del agua en armonía y al mundo sumergido en el desconcierto.

“Quiero que al verme roto, te acuerdes de tantos hermanos tuyos que están como yo, rotos, aplastados, indigentes, oprimidos, enfermos, mutilados… sin brazos, porque no tienen posibilidades, ni medios de trabajo”, se lee en un poema plasmado en placa metálica que yace sobre los pies de la escultura.

“Sin pies, porque les han bloqueados los caminos; sin cruz, porque les han quitado la honra, el honor y el prestigio. Todos los olvidan y les vuelven la espalda aunque son como yo… un Cristo Roto”, expone.

Lugar turístico y religioso que se ha convertido en un emblema de Aguascalientes, esta efigie de 25 metros de altura que junto con su base que mide tres metros tiene una altura total de 28 y fue erguida en el 2006 en la presa Plutarco Elías Calles, como homenaje a los habitantes del Pueblo Mágico de San José de Gracia.

La particularidad de este Cristo que se alza sobre una de las dos islas del espacio, es que se encuentra mutilado. La escultura, carece del brazo y la pierna de su lado derecho.

Para llegar hasta el Santuario donde se encuentra el Cristo, los visitantes suben a una lancha que surcará las pasivas aguas de la presa construida en 1928 y la cual fuera el primer distrito de riego y almacenamiento del vital líquido en el centro del país.

La razón del por qué se erigió esta escultura en San José de Gracia, indicó Víctor Hugo Burgos Suárez, cronista del municipio, tiene que ver con el mensaje que se le atribuye en la historia escrita por un padre jesuita durante el siglo pasado y donde la figura del Cristo Roto apareció por primera vez.

“En esa historia el padre cuenta que en algún anticuario que visitó, encontró un Cristo Roto, le gustó tanto que decidió comprarlo. Entonces el padre lo compra y lo lleva a restaurar pero le cobraban muy caro, por lo que se lo lleva a su despacho”, dijo.

Expuso que “entonces le comienza a hablar -Cristo quién te rompió yo te quiero restaurar – y una voz le contesta -no quiero que me restaures, soy el Cristo Roto… quiero que al verme te duela y que te acuerdes de todas las personas que no tienen un camino”-, manifestó Burgos Suárez.

Describió que gracias a esta anécdota, se decidió que la escultura se construyera en San José de Gracia, como aliciente a un pueblo que alberga en muchos episodios de su historia, momentos de desaliento.

“Los habitantes del primer asentamiento del pueblo sufrieron mucho cuando tuvieron que salir para reubicarse porque construyeron la presa y ese pueblito llevaba 250 años ahí. Después quedó devastado porque el agua los cubrió”, refirió.

“Además, el Cristo fue ubicado aquí porque este es el lugar más cercano de donde estaba el primer asentamiento del pueblo y coincidentemente el Cristo apunta con su brazo hacía ese lugar”, explicó.

En cuanto a su construcción, el cronista detalló que esta duró tan sólo dos meses, donde el tallador Miguel Romo Santini, junto con su equipo de más de 300 trabajadores, se inspiró en las personas que tenía a su alrededor para dar forma a cada parte del cuerpo del Cristo.

“Lo ensamblaron en tres partes, mediante dos grúas, una de ellas pesaba 45 toneladas y había que meterla en un embarcadero. El interior es de acero con poliuretano, le dan las facciones y luego recubren con fibra de vidrio y pintura color bronce”, señaló Burgos Suárez.

El Santuario del Cristo Roto, que además alberga Cristos de las Arquidiócesis del estado, se ha convertido en uno de los sitios turísticos más importantes de Aguascalientes, donde los visitantes acuden a observar la imponente escultura, contagiados por un fervor religioso, o bien por simple curiosidad.

No obstante, sea cual sea la razón de la visita, el Cristo mutilado contempla desde lo alto de su pedestal las penas y alegrías de las pequeñas olas de la presa y de los corazones de quienes acuden a él.