Notimex. A unos 10 kilómetros de la capital, en una región con una tierra semiárida, se ubica el primer viñedo en el Estado de Nuevo León que produce sus propias marcas de vino desde el 2006.
Como una tradición familiar, el viñedo Las Maravillas, ubicado en el municipio de García, actualmente cuenta con cinco etiquetas de cosechas tardías, Don Ramiro, Rojo, Fraile, Aguijón y Elixir de la Vida, y próximamente presentarán una más, Espíritu Tinto.
Con una producción anual de cinco mil botellas, ya cuenta con presencia nacional en los festivales importantes de vino en el país, destacó Rosapola Valdez García, administradora del viñedo Las Maravillas, en entrevista con Notimex.
Pese a que esta entidad no es por tradición un estado productor de la uva, existen viñedos en los municipios de Allende y Linares de propietarios particulares, así como de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), quienes mandan sus cosechas a Coahuila donde procesan los vinos.
De manera diferente, en la vinícola Las Maravillas se siembra, cosecha y se producen los vinos desde hace unos 12 años, señaló Rosapola Valdez.
“Todo el proceso se hace manual, no hay ningún tipo de maquinaria industrial, es artesanal, bien cuidado, y todo lo que se cosecha en un día es lo que se procesa, no hay cosecha refrigerada”, refirió.
Indicó que actualmente se producen unas cinco mil botellas al año, producto de las aproximadamente 10 toneladas de uva que se cosechas de tres hectáreas.
Manifestó que cada etiqueta es la representación de un integrante de la familia Valdez García, entre la que destaca el Elixir de la Vida, el cual es diseñado a gusto de su madre de una manera muy especial y que le da el toque mexicano, que los ha llevado a presentarse en festivales nacionales e internacionales.
“Se hace el proceso normal del vino pero aparte, entre cada luna, va poniendo un ingrediente en la fermentación, cuando va iniciando o cuando va al final. Tiene un buque de romero, pétalos de rosa, olivo, entre otros, el cual no vas a encontrarte en ningún otro vino”, señaló Rosapola.
La integrante de la familia Valdez García destacó que el precursor del viñedo Las Maravillas fue su padre, quien conoció el proceso de la uva en Israel y posteriormente, apoyado por sus hijos, logró producir sus primeras cosechas en una tierra semiárida al poniente del área metropolitana de Monterrey.
“La tierra es fabulosa, cuenta con todas las características que debe de tener y que a la planta le gusta”, manifestó.
Señaló que en países como Francia o Italia, requieren de una piedra caliza para servir como reflejante y obtener así más horas sol en la uva y lograr sembrar más, situación que no es requerida en esta región, en donde el desierto sirve como un reflejante natural del astro.
Además, al tener esta región una característica semiáridas, es posible controlar el agua que requieren las plantas, con un sistema de riego por goteo, apuntó.
Este próximo 2 de julio, una vez más, la familia Valdez García llevará acabo su festival anual del Pisado de la Uva, en la cual, como tradición, se coronará a la reina, se bendecirán los cuatro puntos cardinales y el rey Baco, dios del vino, la vendimia y el éxtasis de acuerdo a la Mitología Griega, realizará un desfile.
“La fiesta como su vino es una fiesta muy amigable y familiar que rescata la cultura del vino y las tradiciones en una adaptación muy mexicana”, indicó Valdez García.
Expresó que dentro de la fiesta se hacen presentaciones musicales que resaltan el folclore Mexicano con la presencia de cantantes, desfiles, degustaciones, talleres y la ceremonia del pisado de la uva en la que todos los asistentes pueden participar.
Actualmente la casa productora de Las Maravillas, está apoyada por el gobierno del estado a través de programas como Nuevo León Extraordinario, así como por el municipio de García a través de la Secretaría de Turismo.
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