Notimex. Convencido de que poder escribir es suficiente satisfacción para estar en este mundo, el escritor Fernando Aramburu (1959) aseguró que la escritura es la que le brinda orientación, rumbo y sentido a la vida.
Entrevistado a propósito de su libro “Años lentos”, el ganador del VII Premio Tusquets Editores de Novela afirmó que escribir “no sólo representa algo físico, sino más bien se trata de una convivencia estrecha con el lenguaje creativo (porque), cuando leo, considero que estoy dentro de la misma actividad. No me concibo al margen de la escritura, sería como no comer o respirar”, señaló.
Licenciado en Filología hispánica por la Universidad de Zaragoza, sostuvo que la manera más satisfactoria de estar en el mundo es la creación literaria, “pues cuando escribió no es que no sea feliz, sino que soy yo”.
Cuenta que es su pasión por las letras y el dejar un pequeño testimonio, lo que lo llevó a escribir “Años lentos”, una publicación en la que a través de las experiencias de un niño, Aramburu recrea el nacimiento de ETA en el País Vasco.
En más de 200 páginas, el autor habla de una familia humilde en las afueras de San Sebastián, su tierra natal, por donde asoma el nacimiento de la famosa organización terrorista vasca.
“En el origen de esta novela hay dos estímulos, el primero es mi deseo de contar historias centradas en el País Vasco, donde nací y me crié; el otro tiene que ver con la necesidad de una persona que desea expresarse ante un público, es un deseo muy humano de dejar un testimonio sobre las vivencias que tuve en la infancia”, expresó.
Afirmó que se trata de su novela más autobiográfica, pero dejó en claro que no es su vida, “sino que es una ficción y una novela de lo que yo he vivido y he experimentado”.
Bajo el sello Tusquets Editores, en “Años lentos” Aramburu se traslada a los años 60 del siglo XX, para contar la historia de un niño de ocho años que se va a San Sebastián a vivir con sus tíos.
Allí es testigo de cómo transcurren los días en la familia y el barrio: su tío Vicente, de carácter débil, reparte su vida entre la fábrica y la taberna; su tía Maripuy, mujer de fuerte personalidad pero sometida a las convenciones sociales y religiosas de la época, quien en realidad gobierna la familia.
Por otra parte, se encuentra su prima Mari Nieves, quien vive obsesionada por los chicos; el hosco y taciturno primo Julen es adoctrinado por el cura de la parroquia para acabar enrolado en una incipiente ETA. El destino de todos ellos, sufrirá, años después, un quiebre.
Alternando las memorias del protagonista con los apuntes del escritor, “Años lentos” ofrece además una brillante reflexión sobre cómo la vida se destila en una novela, cómo se trasvasa el recuerdo sentimental en memoria colectiva, mientras su escritura diáfana deja ver un fondo turbio de culpa en la historia reciente del País Vasco.
“No tengo la valentía suficiente para exponer al público una confidencia que afecte a mi familia, por ello, recurro a la ficción e invento este personaje ficticio y a través de él, cuento historias, episodios y recuerdos míos”, indicó.
Recordó haber tenido la necesidad de contar esta historia y por ello, insistió, “recurrí a los personajes, pero también debo reconocer que soy un escritor y mi manera de estar en el mundo es la de alguien que escribe”.
Destacó que la obra “nace de una cobardía personal, quizás más de un pudor porque lo que yo tengo es una incapacidad a escribir sobre mí mismo, sobre lo que me pasó”.
La obra, explicó Aramburu, transcurre en mi barrio, en las afueras de San Sebastián, donde vivían personas de clase baja en tiempos en que yo era un niño, en 1968.
“No se trata de una construcción literaria aislada, sino que es la primera pieza de una serie de textos que me he propuesto escribir y los que quisiera relatar de mi país natal, tal como lo conocí de niño y joven”, expresó.
Comentó que en la publicación habla también de cómo se ideologizaba a los niños, quienes, a su vez, caían en los abismos del terror, de la lucha armada, la violencia y el terrorismo.
Para Aramburu, “Años lentos” constituye el testimonio de un escritor que desea compartir con gente de su generación una pequeña visión de aquellos años y sentir cómo se vivió en aquella época.
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