Se cumplen 35 años de la muerte del poeta Arturo Camacho

Notimex. Recordado por hacer trascender su poesía en un tono muy personal, a menudo intimista, el poeta y escritor colombiano Arturo Camacho Ramírez cumple 35 años de muerto.

Arturo Camacho Ramírez nació el 28 de octubre de 1910, en el municipio de Ibagué, Tolima, Colombia, sin embargo desde los dos años vivió en Bogotá, donde cursó sus estudios de primaria en el Colegio de la Presentación y el bachillerato en el Instituto de La Salle.

Más tarde, estudió la Licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional de Colombia, actividad que en los años adultos supo combinar con labores en publicidad, periodismo, cargos administrativos y diplomáticos.

De acuerdo con el portal electrónico de “ibague.gov.co”, su producción poética llegó en 1935, con “Espejo de Naufragios” de la editorial Minerva de Bogotá, que con un hondo lirismo y un nuevo vocabulario literario, inició el que fue más tarde el movimiento de “Piedra y Cielo”.

Proyecto que surgió entre los años 1936 y 1940, con el propósito de renovar de la poesía al buscar nuevos cauces en sus metáforas, su ritmo sugerente, musicalidad de los versos y la actitud frente al enigma mismo de la poesía.

La Biblioteca Digital del Banco de la República Actividad Cultural “banrepcultural.org”, señala que durante su estancia en dicho grupo, Camacho Ramírez se encontró con personalidades como Jorge Rojas, Antonio Llanos, Aurelio Arturo, Gerardo Valencia, Eduardo Carranza, Carlos Martín y Darío Samper; y estuvo a la cabeza de la tendencia americanista, de corte nerudiano.

También perteneció a la famosa terturlia del “Café Automático.”, en el que compartió momentos con literatos como León de Greiff, Hernando Téllez, Hernán Merino, Ricardo Arbeláez Sarmiento y muchos otros que animaron la tarde bogotana con debates literarios, poesía a flor de piel, gracia permanente e irreverencia ante la pompa y la vanidad, agrega el portal electrónico “ecured.cu”.

En 1938 viajó a la península de La Guajira, región entonces exótica de la geografía colombiana, experiencia que recordó en su obra posterior, para ejemplo la obra teatral “Luna de arena”, estrenada en 1943, vertida a libro en 1948 y llevada a escena en numerosas ocasiones.

En cuanto a su faceta diplomático, Camacho Ramírez llegó a desempeñarse como primer secretario de la Embajada de Colombia en La Paz, Bolivia; como político, ocupó el cargo de comisario especial de la Guajira. Mientras que como periodista, fue secretario de redacción del semanario “Sábado”, columnista de “El Tiempo”, “El Espectador”, “El Espacio” y “Acción Liberal” y colaborador de la “Revista de las Indias”, entre otras publicaciones.

Para el portal electrónico “mcnbiografias.com”, su poesía se caracterizó por la creación de imágenes, en las que imperó lo inesperado poblándose a veces innecesariamente, de símiles y metáforas oscuras y que alternativamente fue sustentado en dos temas capitales, el amor y la muerte.

Su influencia poetica se encontró con el trabajo de Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Vicente Aleixandre y Rafael Alberti, como de Jorge Manrique y Francisco de Quevedo; lo cual asimiló con esencia americanista gestada en la lectura del peruano César Vallejo y del chileno Pablo Neruda.

En 1939, año en que fueron publicados los cuadernos de “Piedra y Cielo”, destacan sus poemas “Cándida inerte” y “Presagio de amor”. Dos años más tarde, la Revista de las Indias publicó su “Viñeta de Bécquer”, así como le fue otorgado el premio del concurso de sonetos de dicha publicación.

En 1945 apareció su extensa y brillante “Oda a Carlos Baudelaire”, que reunió algunos de sus mejores momentos líricos. Unos años más tarde “Vida pública” vería la luz en 1962 y “Límites del hombre”, en 1964. Fue representante cultural en la Embajada ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en París, ciudad en la que se reencontró con Pablo Neruda, con quien tenía entablada una amistad de varios años, y con él compartió la celebración del Premio Nobel.

Además de la compañía del también colombiano Gabriel García Márquez, quien obtuvo el galardón años después, el argentino Julio Cortázar, el chileno Jorge Edwards, su traductor Jean Marcenac y su amigo del alma Louis Aragón. Para 1974, al lado de Jorge Rojas y otros piedracielistas, participó en el volumen colectivo Homenaje a Pablo Neruda, dos años más tarde el Instituto Colombiano de Cultura publicó su obra “Carrera de la vida”.

Último volumen hasta el día de su muerte, el día 24 de octubre de 1982, en Santa Fé de Bogotá, sin contar sus numerosas colaboraciones en periódicos y revistas especializadas, así como su obra póstuma “Obras completas” (1986) con prólogo del poeta colombiano Andrés Holguín.