Notimex. A menos de un mes de las elecciones mexicanas del 1 de julio y cuando la carrera empieza a dar señales de acortamiento en la distancia entre los competidores por la Presidencia, suben de tono campañas e imputaciones.
El candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que ya arrancó la guerra en su contra, tal como ocurrió en 2006, aunque consideró que ahora esta cruzada no funcionará.
López Obrador denunció desde Michoacán el incremento de los ataques de sus adversarios, quienes tratan de contrarrestar el repunte en las preferencias electorales, lo cual se aprecia en los resultados de las más recientes encuestas.
Recordó que hace seis años, cuando también fue candidato a la Presidencia (e iba en la delantera), sus opositores engañaron al pueblo “al estar dale y dale diciendo de que era un peligro para México”, la misma fórmula que pretenden aplicar ahora, subrayó.
“Al pueblo lo pueden engañar una vez, pero no lo pueden engañar siempre, ya la gente despertó”, señaló al pedir a los michoacanos que no vendan su voto en las elecciones del 1 de julio.
“Vender su voto significa vender la dignidad, vender la libertad y aceptar la esclavitud, es hipotecar el futuro de las nuevas generaciones”, apuntó el abanderado de la coalición Movimiento Progresista (de los partidos de la Revolución Democrática, PRD; del Trabajo, PT, y Movimiento Ciudadano).
López Obrador adelantó que si no llegara a funcionar la guerra sucia se cometerá como en 2006 un nuevo fraude.
“Primero van a ver si pueden detener la caída de Peña (Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional y puntero en las encuestas) con la guerra sucia y si ven que con eso no pudieron van a apostar al fraude y por ello tenemos que orientar a la gente a que no vendan el voto”, explicó.
Reiteró que para los venideros comicios hay solo dos caminos: más de lo mismo o un cambio verdadero.
“Somos cuatro candidatos a la Presidencia de la República, pero tres candidatos que son dos hombres y una mujer, representan más de lo mismo y quien le habla, junto con millones de mexicanos, luchan para lograr entre todos, desde abajo, un cambio verdadero”, enfatizó.
Especificó que “más de los mismo”, representarían para el país más corrupción, más pobreza, más desempleo, más abandono al campo, más inseguridad, más violencia.
Mientras que el cambio de verdadero significa transformar a la nación, sacar a México del atolladero en lo que lo metieron, sacar adelante al pueblo, dijo.
El próximo presidente heredará un país con 52 millones de pobres (de una población de más 112 millones) y una crisis de inseguridad y violencia que ha saldado la vida de unas 60 mil personas en los últimos seis años.
Los otros dos candidatos presidenciales son Josefina Vázquez Mota, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), y Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza (Panal).
Según datos que reveló este martes la consultora Mitofsky, López Obrador sigue acortando su distancia de Peña Nieto.
El priísta obtuvo 35,8 por ciento de intención de voto, sin cambios respecto a un sondeo de la semana pasada; sin embargo, López Obrador subió a 24 por ciento desde el 21,7 previo.
Al parecer Vázquez Mota se consolida en un tercer puesto en medio de un escenario en el que trata de remontarse y los criterios de pesos pesados como el expresidente Vicente Fox que abandonó el barco panista y llamó a votar por Peña Nieto.
De otro lado, algunos analistas plantean prestar atención a ciertas variables de encuestas que en ocasiones no son tan manoseadas, una de ellas es que 39 por ciento de la población no considera hoy a López Obrador un peligro, contrario a 2006.
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