Muy Interesante.- Se estima que el 80% de la población sexual activa estará en contacto con el virus alguna vez en su vida. ¿Significa eso que padecerá una enfermedad? ¿Cómo se puede prevenir?
La incidencia del virus papiloma humano es una de las más elevadas entre hombres y mujeres de todo el mundo. Pese a ello, es sorprendente la cantidad de desinformación y desconocimiento que existe en torno a él.
Los papilomavirus humanos (PVH) se transmiten por contacto sexual. Algunos de ellos son responsables de algunos tipos de cáncer, y también otras afecciones, como las verrugas genitales. Pero de los más de 150 tipos que existen, solo 13 de ellos son oncogénicos (asociados a la aparición de algún tipo de cáncer) y tan solo 2 tipos (16 y 18), son los causantes de la mayoría de los cánceres de cuello de útero.
Como decimos, el VPH no es algo precisamente fuera de lo común: el 80% de las personas sexualmente activas tendrá contacto con el virus en algún momento de su vida. Y lo que es más: lo habitual es entrar en contacto con él en la juventud, poco después de iniciar la actividad sexual. Este hecho, junto con la evidencia de que dos tipos concretos de papilomavirus causan el 70% de los cánceres de cuello de útero (y otros, como cánceres de ano, vulva, vagina y pene), provoca que se haya instalado cierta alarma social entre la población.
La prevención eficaz mediante profilácticos ante este tipo de virus es complicada, porque el preservativo, tanto femenino como masculino, no cubre la totalidad de la piel. Además, si no utilizamos ningún medio de prevención, la única opción posible es el celibato o bien la exclusividad con una única pareja, por ambas partes y sin que ninguna haya estado contacto con el virus. Una opción, ciertamente, difícil de compatibilizar con el estilo de vida de una persona que quiera experimentar libremente con su sexualidad y sus emociones.
Por todo ello, la vacuna es la única vía de prevención eficaz. Muchos países han implementado ya la vacunación a chicas adolescentes y, eventualmente, también a chicos; lo ideal es que se administre antes de la primera relación sexual.
VPH: desinformación y alarma social
A medida que se va obteniendo información detallada sobre el virus, aumenta en la población la sensación de alerta ante los posibles peligros de su contagio. La desinformación acerca de este tema induce a un error frecuente: el de asociar el contagio del virus automáticamente con el padecimiento de un cáncer en el futuro. Pero, ¿hasta qué punto debemos alarmarnos?
Gracias a la información proporcionada por la doctora en Medicina Mercedes Herrero Conde, de SaludSexall, en esta galería respondemos a 10 preguntas frecuentes acerca del Virus del Papiloma Humano y profundizamos en cómo prevenir su contagio para frenar su propagación en la población.
1. ¿Qué es el Virus del Papiloma Humano?
Hablamos de un patógeno exclusivamente humano. Es decir, que no existe reservorio animal. Existen más de 150 tipos, pero no todos ellos son peligrosos. De hecho, la mayoría no lo son. 42 tipos son genitales.
Los papilomavirus no provocan síntomas como tal. Pasan completamente desapercibidos a no ser que se realice un análisis específico en el organismo para su detección. Eso sí, si se posee alguno de los tipos de alto riesgo, podrían acabar derivando en lesiones precancerosas, que se suelen detectar en las revisiones ginecológicas rutinarias (de ahí la importancia de acudir al ginecólogo una vez al año). Por eso es importante tratar rápidamente estas posibles lesiones.
Los síntomas de un cáncer de cuello de útero los detalla la OMS de la siguiente manera: sangrado vaginal entre periodos menstruales o sangrado anormal después de las relaciones sexuales; dolor de espalda, piernas o pélvico; cansancio, pérdida de peso, pérdida de apetito; molestias vaginales o flujo vaginal oloro; o hinchazón de una sola pierna.
2. ¿Cómo se transmite?
Los papilomavirus se transmiten por contacto sexual vía piel con piel o mucosas. Es decir, que no es necesario que exista penetración en la relación sexual para que la transmisión se produzca.
3. ¿Cuántos tipos hay?
De los más de 150 que existen, algunos son los conocidos como de alto riesgo de producir cáncer: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68, 69, 73 y 82.
Los más importantes son el tipo 16 y el tipo 18, porque entre los dos son los responsables del 80% de los cánceres.
En cuanto a los de bajo riesgo, son los virus del tipo 6 y 11, responsables de producir las verrugas genitales. Estos, también pueden provocar papilomatosis respiratoria (tumores en las vías respiratorias que van de la nariz y la boca hasta los pulmones).
4. ¿Qué tipos de cáncer se asocian con él?
Los papilomavirus son los responsables del 70% de los cánceres de cuello de útero, pero también se le asocia con tumores de ano, vulva, vagina y pene.
Aunque los porcentajes parezcan altos, veremos a continuación cuál es el riesgo real de contraer uno de estos cánceres.
5. ¿Cuál es el riesgo de contraer cáncer?
Existe mucha desinformación y miedos infundados a este respecto.
Poseer alguno de los tipos de virus de alto riesgo no implica que se vaya a padecer un cáncer en el futuro. Lo más probable es que el sistema inmune acabe eliminando el virus por sí mismo, en el caso de que la persona no esté vacunada.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud advierte que la mayoría, en torno al 90%, desaparece dos años después de adquirirse. Además, pueden pasar muchos años desde que esta lesión se produce hasta la derivación de un cáncer, por ejemplo, de cuello de útero. De hecho, el cáncer de cuello de útero, por ejemplo, suele tardar en desarrollarse de 15 a 20 años en mujeres con un sistema inmunitario normal.
Por tanto, no hay razón para alarmismos innecesarios. Eso sí, es cierto que todas las mujeres activas sexualmente corren cierto riesgo. ¿Cuál? Jugamos con probabilidades. Por eso, es importante la prevención que, como veremos, la única efectiva es la vacunación.
6. ¿Cómo se puede prevenir?
El uso de profilácticos amortigua los papilomavirus, pero no los previenen al 100%. La razón es que no cubren la totalidad de la piel, y recordemos que el roce piel con piel o las mucosas bastan para contraer el virus.
La circuncisión del varón también puede ayudar a amortiguar la transmisión del virus, pero, de nuevo, no lo previene.
Solo existen 3 vías de prevención completamente efectivas: la abstención sexual de por vida, la monogamia (única y por ambas partes sin que ninguna de las dos haya estado en contacto nunca con el virus), y la vacunación.
7. ¿Cuándo hay que vacunarse?
Lo ideal es vacunarse antes de iniciar la actividad sexual, en la adolescencia temprana. La vacuna es el único método que proporciona inmunidad duradera ante los papilomavirus que contiene.
¿Qué ocurre si nos vacunamos durante la vida adulta, una vez iniciada la actividad sexual? Si la vacuna se administra, por ejemplo, a los 24 años, todavía ofrece protección ante los tipos de VPH que nos vayamos a encontrar; eso sí, no proporciona protección frente a virus contraídos anteriormente.
Además, hay que puntualizar que la vacuna no tiene efecto terapéutico. No trata los virus ya adquiridos, solo protege de contraerlos desde la administración de la vacuna en adelante.
8. ¿Qué tipos de vacunas existen?
Hay tres tipos de vacunas actualmente en el mercado, y estas incorporan 2, 4 o 9 cepas del virus, dependiendo del tipo.
Las vacunas de 2 cepas protegen contra los serotipos 16 y 18, los más peligrosos, dado que son los que provocan la mayoría de cánceres de cuello de útero. La de 4 cepas protege frente a los anteriores y, además, frente a los tipos 6 y 11 (los que provocan las verrugas genitales). Y, por último, la de 9 cepas protege frente a 5 cepas más además de las ya mencionadas: 31, 33, 45, 52 y 58. Así, consigue una protección de hasta un 98% de los distintos tipos de cáncer asociados con el VPH.
9. ¿Qué ventajas y desventajas tiene la vacuna?
El efecto secundario más frecuente, además del dolor por el pinchazo, es la cefalea.
Todas las agencias de control de medicamentos recomiendan el uso de la vacuna, considerando que existe un balance positivo entre riesgos y beneficios.
Además, mediante la administración de la vacuna podríamos estar cerca de erradicar por primera vez un tipo de cáncer, el de cuello de útero.
10. ¿Y los varones?
La recomendación de los especialistas es aplicar la vacuna también a los chicos, aunque la vacuna para ellos no esté financiada. La razón de que no lo esté es que se pensó que los hombres podrían beneficiarse de la inmunidad de grupo de las chicas. Pero no es así en el caso, por ejemplo, de los homosexuales. Ellos están desprotegidos si no se vacunan, porque van a tener relaciones entre sí, con personas que tampoco están vacunadas.
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