Notimex.- Durango. Salvador Ayala, campesino duranguense que durante estos dos últimos años de sequía en la entidad ha visto mermado su patrimonio, expresó que “lo hemos vendido todo, hay hambre, desesperación y las autoridades sólo dan lo poco que tienen”.
Apenas llegan las lluvias y la tierra empieza a recuperar su humedad, pero la sequía ya afectó varios municipios, como Guadalupe Victoria donde vive, ya que su actividad económica se basa en la siembra de frijol y maíz.
Don Salvador, quien se dedica a la siembra del frijol y a la ganadería, explicó que hace más de dos años de las 100 hectáreas que cosechaba de la leguminosa lograba sacar 100 toneladas.
Agregó que el año pasado sembró 100 hectáreas de frijol, por lo que invirtió alrededor de 300 mil pesos en semilla, fertilizantes y en el trabajo, sin embargo, sólo pudo recuperar tres toneladas, apenas para su autoconsumo.
En el 2011 fueron sembradas en las zonas agrícolas de los 29 municipios de Durango que atiende la delegación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) alrededor de 544 mil hectáreas, mientras que en la región lagunera, la cifra llegó a más de 63 mil hectáreas.
El titular de esta dependencia en la entidad, René Almeida Grajeda, refirió que en esta superficie se sembraron 150 mil hectáreas de avena forrajera, 200 mil hectáreas de frijol, 190 mil hectáreas de maíz, 36 mil hectáreas de sorgo, cinco mil 500 hectáreas de chile y el resto con diferentes cultivo como las hortalizas.
En general, solamente en La Laguna se logró obtener producción regular porque la mayoría de su superficie es de riego, expresó.
Manifestó que en el resto del estado se registraron pérdidas hasta del 90 por ciento en algunos cultivos como el frijol.
Por su parte, el director local de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Jorge Armando Nevárez Montelongo, explicó que la problemática inició en octubre de 2010 cuando dejó de llover, y a pesar de que se esperaban aguanieve durante ese año, no ocurrió así.
Agregó que cuando llegó la temporada de lluvias en el 2011, éstas se presentaron de manera puntual y sólo en algunas regiones del estado.
Aseguró que el promedio anual de precipitaciones en Durango es de 470 milímetros, sin embargo, durante el año pasado sólo se llegaron a acumular 227 milímetros.
En ese año sólo se llegaron a registrar algunas precipitaciones durante el invierno, pero tampoco ayudó en mucho en las necesidades del campo.
Actualmente se tienen más de 20 meses sin registrar lluvias constantes en la entidad, lo que trajo como consecuencia que se secaran los bordos de abrevaderos y presas del estado.
Actualmente el llenado de las presas se encuentran en promedio del 30 por ciento, pero cuatro de ellas tienen un llenado crítico, como es la Santa Elena, Caboraca, Villa Hidalgo y la Peña del Águila, mismas que se secarán una vez que concluya el actual ciclo de riego.
Según los datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del estado (SAGDR), hay localidades de los municipios de San Juan de Guadalupe que se encuentra en la zona del semidesierto tienen más de tres años sin registrar lluvias, como es el caso de la comunidad de Salitrillo.
Otras de las comunidades que tienen más de dos años sin registrar lluvias se localizan en los municipios de Santa Clara, Ocampo, Simón Bolívar y San Bernardo, entre otras regiones del semidesierto.
Ante la situación, Salvador Ayala comenta que al igual con los cultivos de frijol, lo mismo ha pasado con las reses, pues indica que el hato ganadero del ejido era de 4 mil 200 cabezas de ganado, pero ahora esto se ha reducido a escasas mil 500 y que ahora luchan por mantener.
Un porcentaje alto de estas reses se han muerto en el campo por la falta de agua y alimento en los agostaderos, una parte se han vendido a otras entidades para su engorda, y otras se han mantenido de mucho sacrificio para que no se pierda la actividad.
Explica que los bordos de abrevadero están secos, la pastura es escasa, y de su precio normal de 60 pesos de paja, llegó a los 150.
“Mucha gente dice, a que me muera yo de hambre, que se muera la vaca, o comen ellas o yo, por eso muchas se han dejado morir”, expresó Ayala.
Mientras, el presidente de la Unión Ganadera Regional de Durango (UGRD), Heriberto Quiñones Soria, manifestó que de un millón de cabezas de ganado, se ha reducido a 50 por ciento, esto debido a la mortandad, venta y sacrificio.
Durante estos meses sin lluvia, destacó que en el estado han muerto en promedio alrededor de 105 mil cabezas de ganado, mientras que otras 400 mil se han vendido a otros estados para su engorda o se han sacrificado para despoblar los agostaderos.
La situación de la sequía también ha afectado a la reserva forestal en la entidad, a la producción de miel y al sector comercial formal.
No obstante a las pérdidas, en Durango ha iniciado la temporada de lluvias y el panorama ha cambiado para el sector campesino, debido a que su tierra ha recuperado la humedad para sembrar.
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