Cautiva a pequeños y grandes el cuenta cuentos Mario Iván Martínez

Notimex. La imaginación, música y creatividad, fueron elementos que se compaginaron en el espectáculo “Pequeños grandes valientes: Pulgarcito y el soldadito de plomo”, a cargo del cuenta cuentos y actor Mario Iván Martínez, que se presentó hoy en el Teatro Independencia.

Con motivo del III festival de música para niños “el DO le dijo al RE”, que se realiza del 7 al 29 de julio, Martínez llevó al público infantil y no tan infantil, al mundo de la imaginación, a través de dos cuentos clásicos, acompañados de música de autores como Schubert, Schumann y Ravel.

Ante casi un lleno en el teatro del Instituto Mexicano del Seguro Social, Martínez inició su espectáculo con la narración de Pulgarcito.

En este cuento narró las grandes aventuras de este personaje tan único, que nació chiquito y no creció, pero eso no fue impedimento para ser querido por sus padres, quienes lo adoraban, a pesar de su pequeño tamaño.

Con música en vivo, a cargo de los pianistas Ricardo Rame y Héctor Rosete, el también músico Mario Iván Martínez, narraba las aventuras de Pulgarcito, que junto con su amigo ratón, pasaban por varias situaciones peligrosas.

A través de una escenografía sencilla, pero suficiente para el desarrollo de las dos historias, el cuentacuentos concluía su narración de Pulgarcito, luego de que este encontró a más niños de su estatura al final del arcoiris.

Ante los fuertes aplausos, el cuenta cuentos, continuó con el espectáculo a través de la historia del soldadito de plomo, historia que comienza en una casa, donde dos hermanos se divierten, pues uno de ellos festeja su cumpleaños, y precisamente recibe un regalo, que al abrirlo encontró a varios soldaditos.

Sin embargo, uno de ellos no tenía una pierna, porque se había acabado el plomo, por lo que quedó incompleto, pero eso no impidió que el niño también lo quisiera como los demás.

Ya casi a media noche, una vez dormidos los hermanos, el soldadito cobró vida y empezó a observar que se encontraba en una habitación llena de juguetes, pero de pronto vio una casita de papel y en ella se encontraba una princesa muy bonita.

Olvidándose de que no tenía una pierna, pues en su imaginación pensó que tenía las dos, se puso a bailar con ella de una manera que nunca había sentido en su vida.