El litoral de Patzcuaro Michacán tiene 55 kilómetros de longitud, sus cinco islas Janitzio, La Pacanda, Yunuén, Jaracuaro y Urandén colman un paisaje anegado y a lo lejos se vislumbra un chico de semblante humilde, con una red de pescar José Everardo Cristobal tenía hambre, no en el estómago, sino de triunfo.
Octavo hijo de una familia de pescadores, Cristobal padeció pobreza y desdeño; fue a los cinco años que la curiosidad del atleta mexicano por ayudar a su familia lo orillaron a aprender el negocio familiar.
Desde las cuatro de la mañana Everardo y su padre salían a buscar el sustento en su bote con remos, en las tranquilas aguas de Urandén. Cazaba el máximo número de peces, cuando los cardúmenes no eran suficientes, remaba largas distancias para encontrar otros bancos de alimento, pero fueron esos ánimos que a la postre desarrollarían el talento natural del michoacano.
Con el paso de los años, el cuerpo de Everardo fue tomando forma, remaba por necesidad, pesaca y transportaba gente en Pátzcuaro; fue ahí donde Felipe Ojeda entrenador de canotaje vio el poder de los brazos del purépecha, lo persuadió de tomar lecciones y competir, pero el rechazo de sus padres lo obligó a entrenar a escondidas.
Everardo embarneció, Pero fue Gheorge Simionov quien pulió a Everardo, a través de intensos entrenamientos y disciplina, el tarasco aprendió que podía competir a nivel mundial. 15 años después estaba en Cartagena. Colombia en los Juegos Centroamericanos y del Caribe; una Plata en la categoría C-1 500 metros y el Oro en C-1 1000 metros confirmó lo que Ojeda veía en el michoacano, hambre de triunfo.
Meses después llegaba el Campeonato Mundial en Szeged, Hungría, competencia donde Everardo llegaba como un desconocido. Fue en el segundo heat eliminatorio donde Everardo destronó al entonces rey de la especialidad. Desde ahí, comenzaron a ponerle atención.
En la Final, el michoacano convirtió sus brazos en otro par de remos, con infatigable ritmo sacó al menos dos botes de ventaja sobre el alemán Andreas Dittmer y el local Attila Vajda. Era un Oro histórico. ¡Increíble! Everardo era Campeón del mundo, un hombre humilde de un pueblo desconocido puso en la geografía del Canotaje a México.
El triunfo lo hizo acreedor al Premio Nacional de Deportes 2006; Everardo asistió con sus padres para recibir el máximo galardón deportivo en México de manos del ex Presidente Vicente Fox.
En los Panamericanos de Río 2007 refrendó su calidad de favorito al ganar la presea áurea en C-1 500 metros y en C-1 1000 metros, después en el Panamericano de Montreal obtuvo Plata, por lo que para Beijing 2008 se esperaba una gran actuación del canoísta, empero, una mala preparación lo mandó hasta el sexto lugar en las Semifinales del torneo Olímpico.
Tras un 2009 sin triunfos, Everardo refrendó su título en los Centroamericanos de Mayagüez 2010 al obtener el metal dorado en C-1 1000 metros y Plata en C-2 1000 metros.
Ahora Everardo busca revancha en aguas londinenses, quiere demostrar que Urandén aún hierve en su sangre, , el hambre no se ha ido, famélico, no dejará de remar hasta conseguir su objetivo alzarse con la gloria Olímpica
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