Ofrece el pianista David Barandela emotivo concierto didáctico

Notimex.- “Estamos de gala, fiesta musical, relájense. Imaginen que están en la sala de su casa y yo soy su pianista invitado”, con estas palabras comenzó -en la noche lluviosa de este miércoles 18 de julio- el pianista David Barandela su concierto “De Mozart al Swing” en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”.

El director de Barandela Big Band Orchestra condujo al público asistente por un viaje que inició por el barroco de Bach, con descanso en las dársenas clásicas de Mozart, pausas en los amarraderos de Beethoven y vigilia en las escarpas románticas de Chopin, para concluir con visita al puerto rítmico del cubano Ernesto Lecuona y bojeo por los archipiélagos del ragtime, el swing y el jazz.

La mexicana Consuelito Velázquez se encarama al galeón del rumbo y David Barandela la recibe en cubierta con “Bésame mucho” ejecutada a la manera de Bach, Beethoven, Mozart y Barandela: instantes lúdicos de un pianista de clúster tonal en variantes barrocas, clásicas y jazzística.

“¿Se dieron cuenta de la transición de Bach a Beethoven? Mozart jugaba con las notas: ¿se fijaron? El dramatismo de Beethoven era evidente, ¿verdad?”, expuso el concertista con el auditorio. “La mejor versión, por supuesto, la de ‘a la Barandela’: ¿a poco, no?”. Risas. Satisfacción unánime.

“Marcha Triunfal”, de Mozart, “Nocturno en Mi menor”, de Chopin –en la versión de Eddy Duchin-, “Intermezzo”, de Manuel M. Ponce, “La comparsa”, de Ernesto Lecuona. “Concluí este entreacto con tumbao cubano. La última composición es de Lecuona, gran pianista de esa isla amada de grandes músicos. ¿Escucharon que cadencia tan sabrosa?”, explicó el pianista.

Entraron a escena composiciones de Cole Porter, Louis Prima, Nat King Cole, Leonello Casucci, Carlos Eliseo Burguete, Consuelito Velázquez, David Barandela…: sección a cargo de la invitada Mayeli Burguete -vocalista titular de Barandela Big Band Orchestra- que interpreta con swing, desde sensuales inflexiones y singular tesitura, algunos temas emblemáticos de los años 20.

Una pareja de baile inundó el tablado con pasos y corvetas que descifraron las armonías. La voz de Burguete dialogó con las teclas.

El público se contoneó con las consonancias de “Blue Rondo a la Turk” y “Take Five” del pianista estadounidense Dave Brubeck. Noche de swing a la Barandela. Por momentos el público escuchó a un solista arropado en insinuaciones de Erroll Garner y de Oscar Peterson.

Despedida con “La malagueña” de Lecuona: “Con esta pieza me gradué. La tocaba desde que empecé mis estudios de piano.

Composición difícil por las octavas. Aquí va como cierre”, precisó el responsable de un convite inolvidable. Emotivo concierto didáctico de un inquieto artista con propuestas muy interesantes.

Las autoridades culturales del gobierno capitalino deben propiciar la realización de actividades musicales como ésta.

“Lo disfruté mucho, de verdad que fue una bonita sacudida que me envolvió. Voy a buscar discos de Dave Brubeck, de Lecuona y de Cole Porter. Me encanto la versión en swing del ‘Nocturno’ de Chopin de Eddy Duchin, no la conocía. Aprendí. Ahora me doy cuenta de los poderes extraordinarios de la música.

“Veo que no hay fronteras entre un género y otro, entre una época y otra”, confiesa una muchacha a la salida del recinto de Donceles. La multitud se abalanza, en el vestíbulo, sobre la mesa donde están a la venta varios fonogramas de Barandela Big Band Orchestra.

“De Mozart al Swing”, peregrinaje que se robó los tabaleos del aguacero: lloviznaron euritmias en todos los recodos del Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”: joven concertino que se hizo dueño de las rondas ejecutando, por dos horas, un sumario de más tres siglos de buena música.