Notimex.- Escultor y orfebre italiano, quien gozó de gran reconocimiento en su época, creador de obras maestras valoradas en millones de euros en la actualidad por la perfección en sus detalles, Benvenuto Cellini nació el 3 de noviembre de 1500.
El artista vio la primera luz en Florencia, siendo su padre un músico de la banda de la Señoría y también constructor de instrumentos, de acuerdo con datos de su vida aparecidos en la Enciclopedia Británica y en los portales “itálica.rai.it” y “biografiasyvidas.com”.
Su vida es conocida gracias a su autobiografía, “Vita”, en la que cuenta detalles propios y de la época. A la edad de 16 años tuvo que salir exiliado de su tierra natal como consecuencia de un pleito, por lo que pasó por Bolonia, Pisa y Roma y estudió en varios talleres de orfebrería.
Desde entonces dejó huella de su talento, lo que atrajo al Papa Clemente VII, quien en 1929, es decir cuando Benvenuto tenía apenas 29 años, lo nombró jefe del Laboratorio Pontificio.
Antes, en 1527, combatió contra los lansquenetes de Carlos V durante los nueve meses que duró el asalto a Roma, misma época en la que mató al Contestable de Borbón con un golpe de arcabuz desde las murallas del castillo de San Ángelo.
De esos años, todas sus obras se encuentran perdidas, entre las que sobresalen candelabros para el obispo de Salamanca y una joya para la familia Chigi. Sólo se conservan de dicho periodo algunos sellos, monedas y medallas, en las que es manifiesta su maestría.
Entonces gozaba de la protección del cardenal Ippolito d´Este, lo que le permitió pasar apenas unas noches en prisión después de agredir a tres personas entre 1523 y 1530, o matar al asesino de su hermano Cecchino o ser condenado por sodomía.
Tras estos hechos, Cellini se hizo escultor en bronce, para lo cual fue fundamental haber conocido en 1535 en Venecia a Jacopo Sansovino, con quien aprendió la técnica de la fusión.
Tres años después, de regreso a Roma, fue arrestado acusado de apoderarse de bienes pertenecientes al pontífice Clemente VII. Sin embargo, la protección del cardenal Cornaro le salvó apenas unos días después de ser capturado.
Hacia 1540 se encontraba en Fontainebleau, donde trabajó en la corte del rey Francisco I, en la que trabajaron también Rosso Fiorentino y Francesco Primaticcio. Tres años más tarde realizó su famoso “Salero”, real “monumento para la mesa”, para dicho monarca.
Fue en 1554 que abandonó de improviso Francia, al parecer porque fue acusado de vaciar las bolsas reales, mismo año en el que realizó la que es considerada su obra maestra, el “Perseo”, entonces bajo la protección de la logia dell’Orcagna dei Lanzi.
Posteriormente se trasladó a España, donde en Madrid esculpió en un solo bloque de mármol el “Cristo” que fue depositado en el Escorial (1556-1557).
A todas estas creaciones les caracteriza un trazo minucioso y rico en detalles, que representan el salto que dio a la escultura desde su posición de orfebre.
Un año después empezó a escribir su autobiografía, llena de rica narrativa, hipérboles autorreferenciales y descriptivas.
Por este motivo se le considera obra fundamental de la literatura italiana y el propio Johann Wolfgang von Goethe la tradujo al alemán. Sin embargo, esos escritos los interrumpió en 1567 para iniciar sus “Tratados” de “Joyería” y “Escultura”.
Cellini se casó en 1568 con Piera de Parigi, no obstante que hacia 1544 había sido padre de una niña, producto de una relación que mantuvo con una modelo, y tres años después, el 13 de febrero de 1571, murió en Florencia. Sus restos descansan en la iglesia de Santa María Novella.
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